Mientras su papá trabajaba en un barco pesquero y no estaba mucho en la casa, su mamá Nelsa fue la que tomó las riendas de la misma.
“Éramos tres hermanos: tengo dos hermanas, Gabriela, la mayor, y una más chica, Luciana. Y mamá era la que estaba a cargo de todo. Hacía lo que podía en esas épocas, pero siempre nos educó de la mejor manera. Eso es lo que tengo de recuerdo más lindo de ella que dio todo por nosotros tres”, comenta.
Y la sigue recordando: “Ella era costurera, trabajaba en casa, hacía vestidos, buzos, ropa. Después trabajó de limpiadora en una empresa y aparte nos cuidaba a nosotros tres”.
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Mariano Bogliacino junto a su mamá Nelsa, y sus dos hermanas
Pero más allá de todo ese esfuerzo, no venía mal algo más de dinero. “Entonces a los 16 años empecé a trabajar. Lo hacía en una panadería y ayudaba a mi madre con las cosas; mi hermana mayor también cuando pudo, estudió y empezó a trabajar en un hotel”.
Un técnico de baby de Plaza Colonia, “El Piraña, tenía una panadería y yo iba a las 6 de la mañana. Cuando estaban para salir las cosas del horno, yo aparecía para juntar los bizcochos, meterles chocolate, y después salía a repartir los pedidos con el hijo. Tenía una moto que me habían regalado, y así repartía. Es peligrosa porque el paragolpes es uno, pero era el medio que se usaba mucho acá en el interior y se usa hasta hoy”.
Después trabajó de cadete en una empresa de construcción. “Iba a los bancos, hacia mandados, iba a comprar cosas. El presidente de Plaza Colonia era Milton Gonnet y yo fui un poco como un hijo suyo, y trabajé muchos años ahí con él en la empresa”.
Cuenta que su mamá Nelsa “sentía agradecimiento al verme trabajar, porque ella sola no podía con todo. Y la verdad que era un agradecimiento constante y ella estaba feliz por nosotros y por ella”.
En aquellos años tenía como ídolo a Enzo Francescoli. Explica que le gustaba “mucho cómo jugaba y también la personalidad, cómo era fuera de la cancha”.
Sus inicios en Plaza Colonia, el club de su vida
Con solo cuatro años comenzó a jugar en los babys de Plaza Colonia y después jugó en inferiores. “Con 15 años me subieron a Primera a jugar en el fútbol amateur. En 1999, fueron a jugar con nosotros el campeonato del interior el Chueco Perdomo y el Pollo Vidal, ahí en Plaza y al otro año, el Chueco empezó de técnico en Villa Española y me llevó a jugar mitad de año, que ahí ascendimos a la A, y en 2000 ya arrancó el profesionalismo en Plaza, volví hasta 2002, que fue la primera vez que estuvimos la A con Diego Aguirre que estuvieron (Diego) Lugano, (Daniel) Balbi, Mario Leguizamón y (Eduardo) Espinel –que después nos terminó dirigiendo–, entre otros”.
20250225 Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Foto: Inés Guimaraens
Cuando Plaza Colonia aún era amateur, todo era muy especial. “Me aprontaba el bolso y no te daban nada, yo llevaba mi ropa de entrenamiento. De repente te podían dar un chaleco para entrenar, pero cada uno se llevaba la ropa y su bolsito, se limpiaba los zapatos. Era amateur y de a poco eso fue cambiando. Son lindas cosas que aprendí, que a veces se las inculco también a mis hijos”.
En su primer año en dicho club, trabajó al mismo tiempo que jugaba, “ya que entrenábamos de noche. En la panadería no trabajé tantísimo (sic, le sale el idioma italiano en plena charla). Muchos de los jugadores trabajábamos. Eduardo Espinel trabajaba en la construcción. Teníamos de golero a uno de mis mejores amigos, que trabajaba en un banco, y lo hacía hasta los sábados. Esos días, tenía que ir volando para ir a jugar el partido”.
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Mariano Bogliacino en su primer período profesional con Plaza Colonia
Por momentos, la falta de recursos que aún hoy persiste en algunos clubes, hizo que le costara cobrar y así estuvo algunos meses. Lo recuerda: “En Villa Española cobré muy poquito. Me ayudaba gente a tener la diaria, más que nada, la familia. Pero los sueldos ese año se habían demorado y estuvimos seis meses sin cobrar. Ese año el Chueco (Perdomo) hacía muchas comidas, le ayudaba el Pato Aguilera mandando cosas; hacíamos unos guisos bárbaros. A su vez, mis tíos hacían queso en Colonia y cuando iba para allá, me traía una horma de queso y los convidaba a todos mis compañeros, hasta el punto que me llamaban ‘Quesito’” (se ríe).
Siempre fue volante con llegada, era el típico ‘10’. “Era más técnico que de marca”, dice.
Recuerda que “el año 2002 fue divino. Se armó un plantel muy bueno con la llegada de Diego (Aguirre) quien debutaba como técnico. Veníamos de una base que fue buena también, tras los dos años que estuvimos en la B. En el segundo, ascendimos con Daniel Torres de entrenador. Eso nos dejó muy bien preparados y ese 2002 vinieron buenos jugadores, incluso alguno tenía minutos en los cuadros grandes como Lugano, Leguizamón, Linares, (Fernando) Albermagger, y después se sumaron otros con experiencia como (Ruben) Alzueta, (Yari) Silvera, (Gabriel) Candia. Había una camada de Plaza que eran buenos jugadores como Osvaldo Carro, Daniel Baldi, Espinel. Armamos un lindo grupo dentro y fuera de la cancha que fue lo que nos llevó, partido a partido, a hacer el campeonato que hicimos y terminamos jugando una Liguilla que para nosotros fue muy linda”.
20250225 Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Foto: Inés Guimaraens
Pese a su juventud, cuenta que “Lugano ya tenía pasta de capitán, ya tenía personalidad. Fue capitán todo el año con esa juventud. Tenía gran responsabilidad, era muy profesional, se quedaba siempre después de las prácticas a entrenar, a mejorar y así se vio la carrera que por suerte hizo para todos los uruguayos”.
El apoyo de allegados a Plaza Colonia fue fundamental para él cuando su mamá se enfermó. “Cuando tuve el problema de mi madre que estuvo enferma de cáncer, todo el club estuvo siempre cerca de mí”.
Campeón uruguayo con Peñarol y sus inicios en Europa
En 2003, Diego Aguirre lo llevó a Peñarol y fue campeón uruguayo. En poquitos años, pasó del amateurismo a un equipo grande, todo un cambio radical.
“Creo que Diego me llevó a Peñarol por el buen campeonato que tuve (con él en Plaza Colonia) que pude demostrar y llegué con un cuadro de muchas estrellas porque la verdad que había jugadores como (Gabriel) Cedrés, (Pablo) Bengoechea, (Antonio) Pacheco, Carlitos Bueno, el Cebolla (Rodríguez), el Pepe Herrera, (Federico) Elduayen y (Adrián) Berbia en el arco, el Galgo Emanuele, (Fabián) Canobbio, (Fabián) Estoyanoff. Yo llegaba del interior medio tímido, pero fue algo muy lindo para mí, y la experiencia que tuve. Pude jugar, no lo que yo hubiera querido, porque me estaba adaptando, pero creo que las veces que jugué, lo hice bastante bien”, explica.
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Mariano Bogliacino en Los Aromos en una nota para Referí cuando jugaba en Peñarol en 2003
Pese a jugar la mitad de aquel año, fue campeón uruguayo en 2003 con los aurinegros. “Recuerdo que llegó (José Luis) Chilavert y fuimos campeones uruguayos. Estuve cerca de un mes con él. Una persona que llegó al club, que se puso disposición de todos los juveniles. Me acuerdo que hizo cambiar los colchones de Los Aromos, trajo una barrera para que él pudiera patear los tiros libres, a los más jóvenes les regalaba zapatos. La verdad que fue un muy buen ejemplo para nosotros, él y todos los grandes como Bengoechea y Cedrés. Nosotros los teníamos que mirar a ellos que eran ejemplos y nos dieron el ejemplo”.
Y agrega: “Diego me estaba dando la continuidad para jugar y en una gira por España, me salió un pase para Las Palmas y ahí me quedé. Mi sueño era jugar en Europa y él lo entendió. También Bengoechea y Chilavert me aconsejaron que me quedara”.
20250225 Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Foto: Inés Guimaraens
Pero le sucedió un imprevisto recién instalado en Las Palmas. “Cuando me fui con Peñarol, llevé el bolso y la ropa de Peñarol. Todo bien, pero ya en España, me quedaba sin ropa, no tenía nada que no fuera de Peñarol. Justo el Kily González había ido a jugar con la selección uruguaya a Italia, luego iba a firmar el contrato a Las Palmas y después volvía a Uruguay por un tema de permiso porque no tenía pasaporte comunitario. Entonces me dejó ropa suya de invierno y con 40 grados, yo andaba con pantalones de pana y buzos de lana. Estuve como una semana y pico así porque al final cuando se volvió, mi hermana le mandó la valija con mi ropa. Era mi primera experiencia y allá era todo caro, entonces no quería comprar nada (se ríe)”.
La primera experiencia europea no fue buena, “porque la verdad que no anduve bien, tampoco el equipo. Cobramos menos de la mitad de lo que teníamos que cobrar. Fue positivo haber estado y haber empezado a mostrarme en Europa”.
20250225 Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Recuerdos de Mariano Bogliacino en su paso por Italia y el short con el que debutó en Napoli
Foto: Inés Guimaraens
Volvió a Plaza Colonia y Pablo Bentancur, su contratista, le dijo que se fuera para Italia, aunque no tenía equipo. “Con Nicolás Amodio y Germán Domínguez fuimos a una concentración donde un socio de Bentancur tenía contratado un técnico, un profe, un cocinero y un masajista. Te hacían una pretemporada y vos, que eras jugador libre allá, le pagabas. Te daban todo, te entrenaban y te hacían mostrar contra otros, como una Mutual. Hacías partidos contra equipos y si le gustabas, podías ir a probarte a esos equipos".
"Por ejemplo, yo fui a Pescara con Germán y Nicolás Amodio, a Parma. Y estando en Pescara nos vino a buscar, Mario Barilko que en ese momento trabajaba con Bentancur, para decirnos que habían comprado un club que era Sambenedettese. Y ahí arrancó mi carrera en Italia. Hicimos el primer año espectacular. Ese año habían descendido a Napoli por problemas económicos. Llegamos a jugar playoffs contra ellos. Hice dos goles a Napoli, uno en el torneo y otro en los playoffs y me contrataron”.
Sus cinco años en Napoli y jugar con la 10 de Maradona
En castellano, la ciudad se llama Nápoles y al club se lo conoce como Napoli. Allí vivió cinco años notables.
El club estaba en la C, descendido por problemas económicos y había que levantarlo.
“La pasión de los hinchas ahí era la misma, estando en la C, en la B, en la A. Llegábamos al Estadio San Paolo y jugábamos con 30.000, 40.000 personas todos los fines de semana. Si bien Napoli ya había retirado la camiseta número 10 tras el retiro de Diego Maradona, en la C en esa época, obligaban a jugar a todos los equipos con los números del 1 al 11 en los partidos, y a mí me dieron la camiseta 10. Habíamos arrancado medio mal y los hinchas me hacían recordar a cada momento qué camiseta estaba usando. Por suerte me fue bien, pudimos ascender ese año, al otro jugamos en la B, ascendimos y bueno, en la A, cuando llegamos al primer año, jugamos la Copa Intertoto (para clasificar a la ex Copa UEFA) que yo hice el primer gol de la era de (Aurelio) De Laurentiis en Europa contra Panionios que ganamos 1-0. Fue algo soñado para mí que de chico soñaba jugar en Europa y jugar en un club grande como Napoli, y ser reconocido, porque la gente hasta hoy me aprecia bastante”, dice.
20250225 Reproducción de fotos de Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
¿Y cómo fue ser el último en jugar con la 10 de Diego Maradona? Así lo explica: “Jugué todo el año con la camiseta número 10. El año anterior a que yo llegara, el Pampa Sosa, se fue de Udinese en la A, a jugar con Napoli en la C, y él le había dicho al director deportivo que su sueño era jugar con la última camiseta 10 de Napoli. Él jugó por el campeonato en la última fecha con ese número. Pero yo jugué después de haber ganado el campeonato contra el ganador de la otra serie. Y ahí sí, la última vez, la usé yo. Pensando ahora, es algo tremendo, el haber usado esa camiseta”.
Mariano dice que cuando jugó en la B con Napoli, luego de haber ascendido, “se veía más la B que la A ese año, porque estaban Juventus, Genoa, Bologna, Lecce. Era un campeonato muy emocionante y llegamos a jugar ahí con Juventus y ascendimos. Ellos ya habían ascendido y ahí vivimos una fiesta en el último partido. Empatamos 0-0 con Genoa de visita y los dos equipos subimos. Empezaron a entrar todos los hinchas a la cancha, porque allá las hinchadas son gemelas, son amigas, entonces festejábamos de un vestuario al otro, fue algo increíble”. Allí fue que la hinchada de Napoli lo tiró para arriba en los festejos.
20250225 Reproducción de fotos de Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Uno de los ascensos conseguidos con Napoli, en este caso, de la B a la A; varios hinchas del club festejan con Mariano Bogliacino tirándolo para arriba
Cuenta que los seguidores de Napoli, “se odian con Juventus, Verona, Milan, con el norte de Italia en general. Hay mucho racismo”.
“Los hinchas son tremendos, se posesionan tanto... En esa época en la ciudad de Nápoles, los basureros no recogían la basura porque estaban de huelga. Íbamos a jugar a los estadios y tenían bolsa de basura en la tribuna. Entonces, son bravos. Nos agarraban con esas bolsas como diciendo que éramos sucios. A los del centro para abajo de Italia, los del norte les dicen terrones, los que trabajan la tierra. Son terribles. Por eso lo que hizo Maradona cuando fue allá, fue algo increíble. Como el gol de tiro libre contra Juventus, que fue impresionante. Todavía no se sabe cómo le pegó”, explica Mariano.
Vivir en Nápoles durante tanto tiempo, le dio una noción de la trascendencia que tuvo allí -y aún tiene- Diego Maradona.
20250225 Reproducción de fotos de Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Así lo cuenta: “Es Dios para ellos. Les dio algo increíble. Se recuerda siempre, y ahora está el mural de Maradona, hay lugares en los que hay pelos de Maradona, es como un santo. No sé cuántos Diego se llaman hoy en la ciudad de Nápoles por Maradona”.
En ese club jugó con algunos uruguayos destacados y a uno lo admira por su fútbol. “Pude jugar con Marcelo Zalayeta y Walter Gargano. Con Nicolás Amodio, hicimos ahí casi toda la carrera juntos. Con (Miguel) Britos, tuve la pretemporada y no pude jugar, pero la verdad que me saco el sombrero con Marcelo Zalayeta porque tenía una calidad para jugar que fue de uno de los mejores futbolistas con los que jugué. También estuvo el Pocho Lavezzi, el Tanque Denis, (Jesús) Dátolo. Jugué con (Marek) Hamsik que es cuñado de Gargano. El primer año en la A él vino de Brescia, y estábamos disputando el puesto, y bueno, arrancó a ser el mejor y no paró más. Me sacó el puesto (se ríe). Fue increíble la carrera que hizo, batió el récord de Maradona”.
20250225 Reproducción de fotos de Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Además, explica que en Nápoles “se respira fútbol. Con mi mujer íbamos los lunes a hacer las compras al supermercado, pero íbamos si habíamos ganado el fin de semana. Si ganábamos nos ayudaban, nos sonreían. Si perdíamos, nos daban vuelta la cara. Era así, era literal. La gente es pasional. Si el fútbol va bien, se olvidan de todos los problemas. Si el fútbol va mal, aparecen todos los problemas”.
Hace dos años, cuando Napoli fue campeón del Scudetto, Mariano estuvo allí. “Tuve la suerte que fuimos a ver a Napoli con mi señora cuando salieron campeones en el último partido. Y pensar que yo estuve ahí es algo grandioso, increíble, que lo pude vivir, y a mis hijos les trato de hacer ver lo que hice en mi carrera. Cuando ellos ven las camisetas que tengo de recuerdo con los jugadores que las intercambié, me dicen ‘ah, jugaste contra este, contra este otro’, y a medida que pasa el tiempo, vamos poniéndonos más viejos, más melancólicos y vamos recordando cosas que viví, algo precioso”.
20250225 Reproducción de fotos de Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
¿Cómo hubiera reaccionado Nelsa, su mamá, si lo hubiera visto 12 años jugando en Europa? Así lo responde: “Estaría loca de la vida porque me acompañó siempre, desde chico a todas las canchas. Fuimos al primer partido cuando debutamos con Plaza, en la cancha de Salus. Ella estaba siempre. Cuando ascendí con Villa Española, también estuvo. Me acuerdo que me fue a saludar por el tejido y se cortó la mano. Creo que hubiese estado loca de la vida, de la carrera que hice, y como yo estoy. La verdad es que no me arrepiento de nada”.
Entonces recuerda a algunos de los rivales que enfrentó, sobre todo, en el periplo por Italia.
“Por suerte fueron muchos fenómenos. Jugar contra (Alessandro) Del Piero, (Francesco) Totti, (Zlatan) Ibrahimovic, (Paolo) Maldini, ¡Ronaldo! Tuve la suerte de jugar contra Ronaldo, el gordo. Le pude hacer un gol a (Gianluigi) Buffon. Si comparás nuestro juego con el de ellos, es como que jugáramos un tiempo atrás nosotros. Lo ibas a marcar y ya tenían la jugada en la cabeza. Impresionante. Fue algo lindo vivirlo”.
Y agrega: “Jugar contra esos equipos y jugadores, me daba una motivación más, quería demostrar un montón, porque era precioso jugar en esos estadios, contra esos fenómenos y estar viviendo eso fue muy bueno”.
20250225 Reproducción de fotos de Mariano Bogliacino, ex jugafor de fútbol.
Tiene muchas camisetas guardadas, entre ellas las de Luis Figo, Del Piero, Ronaldinho, (Daniele) De Rossi. “Lavezzi que me regaló la que usó cuando fue campeón olímpico con Argentina. Con él hicimos una gran amistad. Mis hijos las están disfrutando ahora y las tienen colgadas en sus cuartos”.
Comenta que el gol que más recuerda “fue cuando estábamos en la B con Napoli ante Juventus. Íbamos perdiendo 1-0 con gol de Del Piero y yo hice el del 1-1 que explotó todo el estadio. Había nacido mi hija Celeste hacía poco, y por eso me acuerdo mucho. Ella se llama así por los colores de las camisetas de Uruguay y de Napoli”.
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Mariano Bogliacino cuando defendió a Chievo Verona en Italia
De allí se fue a préstamo a Chievo Verona. “Nápoles era una locura, y Chievo Verona era un barrio de Verona, no era el Hellas Verona que está ahora. Pasamos de la locura de Nápoles, que andaban helicópteros arriba del estadio, policías para allá, para acá, a pasar en un equipo mucho más tranquilo y estuvo preciosa la experiencia porque la verdad que vivimos espectacularmente en Verona y fue donde nació también mi tercer hijo, Tomás, y tuve un año que yo quería jugar y jugué, y terminamos salvándonos que era el objetivo”.
Después fue a jugar a Bari con Diego Polenta. “Estuve un año con él. Más que nada lo fui a cuidar a Diego (se ríe). Es un amor, afuera de la cancha es espectacular. Estuvimos con su primera mujer y el hijo recién nacido. Estaba la madre, nos juntábamos siempre. La verdad que fue un lindo año que vivimos los dos ahí. Él después estuvo muchos años más, igual fue medio ídolo en Bari”, recuerda.
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Mariano Bogliacino celebrando un gol para Lecce de Italia
El fútbol italiano lo seguía atrayendo. “Me fui a Lecce tres años y estuve con (Javier) Chevantón y (Guillermo) Giacomazzi. Jugamos en la C con un cuadrazo. De la B lo habían descendido a la C por un problema de apuestas del club. Íbamos primeros como con 10 puntos de ventaja en la primera rueda y terminamos perdiendo el campeonato. Fue algo tristísimo porque se metía la gente a la cancha para matarnos literalmente. Nos salvo un guardia. Fue un campeonato que tendríamos que haber ganado. Con los hinchas estuvo complicadísimo”.
El sueño de ser campeón con Plaza Colonia
Volvió de Italia y cumplió otro sueño: ser campeón con Plaza Colonia ante Peñarol, dando la primera vuelta olímpica en la historia del Estadio Campeón del Siglo.
“Nos terminamos viniendo para Uruguay todos en diciembre de 2015. Y bueno, me volví para acá a Maldonado porque mi cuñada y mi mejor amigo estaban viviendo acá y nos encantó. Dejé a mi familia acá (en Maldonado) mis niños estudiaban y mi mujer atrás de ellos durante tres años, en los que estuve en Plaza Colonia en mi regreso al club. Y ese año salimos campeones y fue algo increíble. Volver y salir campeones con el equipo que yo soy hincha y que me hizo crecer como persona y como jugador, fue un sueño. Fue contra Peñarol y la primera vuelta olímpica en ese estadio fue de Plaza Colonia y yo la pude vivir, y mis hijos y mi familia, lo disfrutaron”.
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El plantel de Plaza Colonia que dio la vuelta en el Estadio Campeón del Siglo ante Peñarol en mayo de 2016
Inés Guimaraens
Estos tres años viviendo en Colonia y su esposa y sus tres hijos en Maldonado, fueron “de mucho sacrificio, yendo y viniendo de Colonia a Maldonado para estar unas horas con su familia. Venía los fines de semana, a veces llegaba sábado de noche y ya el domingo de noche me tenía que ir porque al otro día entrenaba. Fueron tres años difíciles, pero viví el título y lo pudimos coronar. Mi señora es abogada, y un poco me vine para Maldonado también por eso porque ella empezó a trabajar acá”.
Sus tres hijos, Celeste, que tiene 18 años, Francesco 16 y Tomás 13, son todos italianos. Son dos nacidos en Nápoles y uno en Verona. “Se odian -dice en broma- por lo que no se quieren allá entre esas ciudades (se ríe)”.
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Cristian Rodríguez de Peñarol, seguido por su excompañero en los aurinegros, Mariano Bogliacino, de Plaza Colonia, quien celebraba 100 partidos y jugó con la camiseta con ese número
L. Carreño
Estaba cerca del retiro y jugó en Deportivo Maldonado. “Tuvimos la suerte de ascender por primera vez jugando en campo, porque la vez anterior habían jugado en Primera por licitación. Me trajeron Francisco Palladino y Nacho Borjas”, explica.
Luego de su retiro, siguió trabajando en el club fernandino hasta hoy. “Borja, Alfredo Tellechea y Paladino me dieron la chance de trabajar con los juveniles y hace tres años que estoy acá, muy contento en la parte de coordinación, para tratar de aportar mi experiencia a los chiquilines”.
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Mariano Bogliacino con su esposa y sus tres hijos: Celeste, Tomás y Francesco, todos nacidos en Italia
“¿Qué les digo? Primero, que estudien es importante, porque ahora los jugadores te hablan tres, cuatro, cinco idiomas, es impresionante. Y después, sacrificio. No es fácil llegar, llega uno cada tanto. Es un largo trayecto de Preséptima hasta llegar a Primera. Van a tener de las buenas, de las malas, pero hay que trabajar para el objetivo que tengan ellos si es jugar al fútbol. Después se mira siempre al que llega allá arriba y que hace millones, pero el jugador hace una cantidad de sacrificios que no se ven”, sentenció.
Mariano Bogliacino se codeó con lo más granado del mundo del fútbol. Doce años en Europa, enfrentar a verdaderos fenómenos, terminar en andas de la exigente hinchada de Napoli, ser el último en utilizar la camiseta 10 que había dejado Diego Maradona, hablan de por sí, de un futbolista ejemplar.