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20 de octubre 2024 - 5:00hs

Cuando Richard Porta tenía 10 años, hizo un trato con su padre. Podía ir a entrenar a River Plate en ómnibus, desde Toledo al Prado, pero no se tenía que enterar su madre. Hasta que un día, de casualidad, se enteró. Aquel niño que nació en Sidney y a los dos años se afincó con su familia en Canelones, tenía un sueño: ser futbolista, y lo logró.

Se formó en River, su primer auto fue un Fiat Uno todo roto que le dejó su hermano, se fue a Italia y se compró una camioneta china, la rompió con Juan Ramón Carrasco, se peleó y se reconcilió con Juan Ramón Carrasco, lo dirigió Diego Maradona en Emiratos Árabes, y le demostró a Marcelo Gallardo (y a él mismo) que podía ser protagonista principal de un título con los tricolores.

Hizo un curso de periodista deportivo para desempeñarse mejor ante las cámaras y terminó como panelista en Punto Penal de canal 10. Pero su deseo ahora es dirigir a un equipo de Primera división, y en ese camino se encuentra.

El Canguro que nació en Sidney

Los padres de Richard se fueron de Uruguay a Australia durante la dictadura militar, cada uno por su lado. Se conocieron allá y formaron una familia con tres hijos varones. Gonzalo, Robert y Richard, el más chico que nació en 1983, y heredó el apodo de Canguro.

Dos años después regresaron al país, cuando se consolidó la apertura democrática. Se fueron a vivir en Toledo, aunque después de un tiempo, "toda la familia por parte de mi madre que era la que estaba en Australia, porque mi padre se había ido solo, retornaron allá hasta el día de hoy; y quedan mis tías y primos porque mis abuelos fallecieron, mi madre también y mi padre también", contó a El Observador.

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Richard Porta donde todo comenzó, en River Plate

Richard Porta donde todo comenzó, en River Plate

De muy niño jugó al fútbol en el Libertad y prosiguió en La Tentación, que quedaba frente a su casa. Hasta que el papá de un compañero, Víctor Laserre, lo invitó a River Plate. Jugó los últimos dos años en las categorías de fútbol infantil y después continuó en juveniles.

Trasladarse desde Toledo al Prado no es tarea sencilla, y menos para un niño. Por eso, "el primer año me llevaba el padre de Laserre y el segundo año, como él pasó de categoría, teníamos diferentes horarios. Le dije a mi padre que yo quería ir, y empecé en ómnibus a los 10 u 11 años".

Pero la mamá no se tenía que enterar, "porque le iba a dar algo si sabía que yo me iba solo en ómnibus". Como ella trabaja todo el día, cuando volvía de noche a la casa, encontraba siempre al pequeño Richard.

Bueno, no siempre. Un día, el futuro futbolista perdió uno de los ómnibus que tenía que tomar y se subió al siguiente. Con tanta mala suerte que se encontró con su mamá: "El relajo que se armó".

Viajó en transporte público durante toda su etapa de juvenil y los primeros seis años de Primera división. En la temporada 2007/2008 fue goleador del Campeonato Uruguayo con 19 goles, junto a Cristhian Stuani de Danubio.

"Ese año que salí goleador me había ido a vivir con mi señora al Prado. Mis hermanos se habían vuelto para Australia y quedaba yo solo en Uruguay con mis padres. Me fui a vivir con mi novia y mi hermano Gonzalo me dejó un Fiat Uno que tenía, todo roto. Pero yo andaba con ese auto para arriba y para abajo", recordó el ex delantero.

El Fiat Uno y la camioneta china

El primer automóvil propio se lo compró recién cuando fue transferido al Siena de Italia, luego de ese campeoanto fantástico lleno de goles.

"Eso te hace valorar todo, el primer auto me lo compré a los 24 años después de haber llegado a Italia. Y compré una camioneta china, porque tampoco iba a gastar plata en un auto que yo sabía que ese dinero lo podía utilizar en otra cosa. Cuando llegué a Europa me llevaron a ver Audi, BMW, y me compré un auto usado de una señora; en vez de gastar 100 mil euros, gasté ocho", contó.

No era cuestión de malgastar la plata. "En mi cabeza y en la de mi señora, siempre estuvo vivir en Uruguay, entonces tenía que guardar todo. Sabíamos lo que era pasar mal, pasar hambre, entonces cada peso que se ganaba era ahorrarlo para el día de mañana", era la filosofía.

Creció en una familia que se forjó a puro sacrificio. "Nunca tuvimos de mas, y a veces hasta de menos. Era todo sacrificio y para comprar un par de zapatos había que cuidarlos mucho, porque no teníamos dos pares. Yo le compraba los zapatos que se le rompían a algún compañero y los mandaba al zapatero o le pedía prestado a algún conocido".

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Durante su etapa en Dubai

Durante su etapa en Dubai

Persiguiendo el sueño de jugar al fútbol, había que renunciar a otras diversiones. "En vez de salir a bailar guardaba esa plata porque la necesitaba para ir a entrenar toda la semana".

No tuvo que salir a trabajar porque River siempre lo ayudó con los viáticos. Además, el tiempo era escaso. "A los 17 años empecé a concentrar y tuve que dejar de estudiar. Yo salía de mañana de mi casa en Toledo y el viaje me llevaba una hora y media. Almorzaba en el club, entrenaba y después volví al Prado, de ahí a la terminal de la calle Río Branco de vuelta a Toledo. Llegaba de noche a casa. Así era siempre. Y cuando no estaba la plata me bajaba en General Flores y caminaba de Luis Alberto de Herrera hasta el Saroldi. Era el sacrificio que yo no lo tomaba como tal en ese momento. Agarramos el bolso y arrancamos a caminar. No me quedaba otra, yo quería jugar al fútbol, era lo que tenía y había que meterle".

Después de aquel año fantástico en River, comenzó a recibir llamadas de los empresario. Porta había arreglado con Francisco Casal, pero solo de palabra, sin haber firmado nada ni recibido dinero. Los valores antes que todo.

La lealtad, antes que la casa

"Estaba por terminar el torneo y yo iba goleador. Un día estábamos con mi señora en un apartamento que era de mi hermano y me llamó un empresario, un argentino. Me ofreció una cantidad muy improtante de dinero para que yo le firmara y él me vendía a fin de año. Me dijo, pasame un número de cuenta y te deposito la plata y cuando llegue fin de año te venis conmigo. Mi señora me preguntó si lo conocía. No, pero nos podemos comprar la casa, esas cosas de gurí. Ella me dijo, 'yo prefiero mantener la palabra y ser buena gente, que comprar la casa'. Si tenés una palabra es más importante. Le dije eso y a los 20 días recibí un llamado de Paco Casal, que estaba casi hecho el tema Europa. Cerca de Navidad me llamó para firmar y firmé el precontrato y el 2 de enero de 2008 me fui para Italia".

En el calcio se encontró con un mundo diferente. Era su primera salida al expterior y tuvo que irse solo, porque su esposa tenía siete meses de embarazo: "Tuve que manejar un dinero que nunca había manejado, ir solo. No la pasé bien, no jugué, porque me había llamado un entrenador y cuando llegué había otro... Uno va con el pensamiento de acá, de que juega el que está mejor y allá no, es negocio y a veces lo que es lógico no pasa".

Extrañó y le costó adaptarse: "Estaba lejos de mi señora, me perdí el nacimiento de mi hija, no jugaba, extrañé mucho, y no tenía la cabeza para estar en un equipo de Europa. La experiencia tampoco fue buena porque a mitad de año me dieron a préstamo a Portugal (al Os Belenenses) y si bien la vida fue hermosa, el equipo no pasaba su mejor momento económico y deportivo. Era una oportunidad para poder crecer en lo económico mediante una multa que tenía que pagar el Siena; un año nefasto en lo deportivo porque se buscó todo lo posible para cobrar esa plata. Un año y medio que perdí en lo deportivo pero crecí mucho como profesional, como persona y eso también suma", señaló.

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Trofeos de sus 18 años de carrera como futbolista

Trofeos de sus 18 años de carrera como futbolista

Su esposa, con la niña de casi un año, habían podido viajar con él a Portugal, pero esa dinámica tambié fue difícil. "Casi no dormía de noche porque ella no dormía, no tenía un año, estábamos solos con mi señora, era la primer salida nuestra. Tampoco teníamos el dinero para decir me llevo 10 personas para estar acompañados. Era mi primer contrato en Europa y nosotros siempre tuvimos la mentalidad de vivir en Uruguay. Después volví y lo poco que había hecho lo invertí y la gente se piensa que vos venis de Europa y sos millonarios. A los millonarios los contás con los dedos de la mano, jugadores de élite, el resto gana bien, pero se termina a los dos días".

Si bien estaba en Europa, Richard quería jugar, quería sentirse importante dentro de un campo de juego. Viajó a Croacia y a Grecia, desde donde le llegaron propuestas, pero no firmó, porque los equipos querían que entrenara antes de firmar y el Siena, que era el dueño del pase, dijo que no.

"Yo quería jugar al fútbol, y en ese y vuelta apareció la propuesta de jugar la Copa Sudamericana con River. Fue lo mejor que me pasó, me volví a sentir jugador de fútbol, tuve una Copa muy buena, y me abrió el mercado acá en Uruguay.

Nacional, los goles y los títulos

Al terminar el año en River, tenía que regresar a Italia, pero el Siena se vendió. "El nuevo presidente del club propone la rescisión del contrato porque no me iban a tener en cuenta y me quedaban dos años. En ese período River no podía esperar una resolución de lo que podía pasar conmigo y sale la propuesta de irme a Colombia y a Perú. Que viajo mañana, que viajo pasado y al final no viajaba. En una charla con el Pollo Madrid que trabaja con el Grupo Casal en ese momento, me dijo de la posibilidad de Nacional. En dos días me avisó que me tenía que presentar y salió esa chance, que no estaba en los planes, no era algo que yo estuviera manejando, y por suerte decís 'salió bueno'. Soy un agradecido porque pasaron por los equipos grandes muchísimos futbolistas y no a todos les fue bien, y yo tuve la fortuna de dejar una huella en el club, quedé en la historia, salí campeón y lo valoro muchísimo".

Richard Porta festeja el primer gol
Richard Porta festeja un gol en Nacional

Richard Porta festeja un gol en Nacional

Cuando llegó el técnico tricolor era Luis González. El club había hecho un recambio grande en el plantel y para el mismo puesto llegaron Diego Chavez, Santiago García, Martín Cauteruccio y Richard Porta. "Había que pelearla. No tuvimos el mejor arranque pero con Juan (Carrasco) pudimos ganar el Clausura, y cambió el panorama. Mejoramos el funcionamientos y tuvimos una buena participación a nivel local, y salimos campeones".

A Carrasco, Richard lo conocía de River Plate, pero estaba distanciado después de una discusión.

"Juan es un entrenador que te guste o no, te dice las cosas, siempre buscando lo mejor para uno primero y para él segundo. Si a vos te va bien a él también. Y en ese ida y vuelta uno tiene que comprender qué te hace bien y qué te hace mal. Si vos lo llevas para el lado de que es en tu contra, no vas a dar el máximo, al contrario. Si vos lo tomás como que el tipo quiere una mejoría tuya buscando que te vaya bien, porque a él le va a ir bien, ahí vas a sacar rédito de todo lo que te dice", analizó Porta.

Luego, contó el problema: "Como todo jugador que pasa por Juan, tuve mis idas y vueltas, pero siempre con mucho respeto. Me acuerdo de haber tenido un encontronazo con él estando en River en 2009. Yo estaba pasando por un mal momento, no le hacía un gol a nadie, erraba y erraba. Y Juan me dijo, 'quedate tranquilo, que estás ahí, estás generando, ya va a llegar'. En un partido con Atenas se genera una chance, la sacan atrás y lo erré. En el entretiempo, Juan agarra y dice (irónicamente) 'con este muchacho queremos ganar, no puede ser'. El vestuario de Atenas es chiquito y yo no me quedó callado, porque veníamos de una charla donde él me había respaldado. Entonces él dice, 'Montelongo, alcanzame el violín de ahí, que tenemos una serenata'. Todos miraron para arriba pensando que había un violín de verdad. Quedaban cuatro fechas y no jugué más. Cuándo Juan asume en Nacional me llama por teléfono y me dice, 'Richita, empezamos de cero, ¿no?'. Y ahí arrancamos otra vez".

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Richard Porta

Richard Porta

Durante esa temporada en Nacional, 2010/2011, fue compañero de habitación de Marcelo Gallardo, quien asumió como entrenador del equipo al año siguiente. "Empecé jugando, pero a la tercera fecha me sacó. Había arreglado Boghossian y estaba el Cacique, y Marcelo me dijo que él quería un referente de área, más posicional y por eso lo trajo. Estoy un par de partidos afuera, vuelvo a jugar y me lesioné. En ese lapso me llamó Maradona diciendo que me quería llevar a Emiratos".

"Maradona me pidió tu teléfono"

Diego Maradona era entonces el técnico de Al Wasl: "Previamente me avisó Juan Manuel Olivera que ya estaba allá y me dijo, 'Maradona me pidió tu teléfono, si me das permiso se lo doy'. Lo primero que te imaginás es que no te va a llamar. Y me llamó: 'habla Diego', ¿quién? 'Maradona'. Yo quedé paralizado, habló varios minutos, me dijo que se está cerrando todo. Creo que pasaron dos semanas y me fui. Era el fútbol árabe, no es el que está hoy en día, pero si con esas cosas que pasan, costumbres y vida diferente. Para la familia es distinto, no me fue bien en lo deportivo, no pude convertir lo que pensaba, llegué lesionado y me costó encontrar el nivel. En tres meses se abrió el período de pases y como no me pudieron vender porque había muchos agentes de por medio, en diciembre se abrió el mercado, vino un iraní, pudieron hacer el negocio que querían, el lugar que querían liberar era el mio y así pasó".

Pese a que esa primera experiencia árabe terminó pronto, "fue lo mejor que me pudo pasar porque volví a Nacional, salí goleador y volví al mundo árabe a otro equipo después".

"Había convertido algunos goles en el Apertura antes de irme y cuando volví, como en la séptima fecha del Clausura, fue impresionante la cantidad de goles que hice. Eso también te demuestra los procesos, yo me sentía cómodo en Nacional, el equipo funcionaba de una manera maravillosa, me habitué a la idea del entrenador, y quería revancha; a veces cuando te tocan un poquito el ego, uno da un plus que pensaba que no lo podía dar".

Richardo Porta y Darío Ubríaco
Richardo Porta y Darío Ubríaco, durante una entrega de Fútbolx100 de El Observador

Richardo Porta y Darío Ubríaco, durante una entrega de Fútbolx100 de El Observador

Nacional fue campeón uruguayo nuevamente y Porta el goleador, con 17 goles (tres en el Apertura y 14 en el Clausura), dando varios partidos de ventaja. "Ese año me sentí protagonista, porque si bien en 2010 jugué bastante, fui el segundo goleador detrás del Morro; pero esta vez me sentí muy parte de ese campeonato".

Luego, regresó a Emiratos para jugar en el Dubai. "Ya conocía las costumbres, los equipos rivales y tuve un año espectacular en lo deportivo y en la convivencia. Teníamos a nuestra segunda hija, sabíamos dónde vivir, disfrutábamos de la playa, el shopping. Fue un año hermoso".

Luego de un año y si bien había firmado por dos, un nuevo llamado de Nacional le removió el piso y regresó a Uruguay. Pero ya no fue igual. Nacional comenzó el año con Rodolfo Arruabarrena, siguió con Gerardo Pelusso y terminó con Alvaro Gutiérrez. Porta participó en 15 partidos y marcó cuatro goles.

El pique final de su carrera

Y se marchó al Independiente del Valle de Ecuador. "Era una institución joven en ese momento, que estaba marcando los cimientos para lo que es hoy, había empezado su complejo que era hermoso en ese momento pero ahora es 10 veces más. El eslógan del equipo era 'el futuro campeón del Ecuador', y antes de concretarlo peleó la Copa Libertadores. Para mi fue hermoso haber ido, pero en mi cabeza tenía no salir más, porque había vuelto de Dubai, de seis meses malos en Nacional, donde no tuve oportunidad y la idea era salir un poco del radar para cargar energía, pero también no era que había ido por convencimiento a Independiente del Valle y eso me jugó en contra. Después de cuatro meses volví a empezar nuevamente en el club donde me abrieran las puertas".

Ese club fue Rentistas, luego de un par de propuestas que no se concretaron. "El último día previo a empezar el torneo salió esa chance y para no quedar sin equipo terminamos arreglando. Firmé un viernes en la AUF y el sábado viajé a jugar a Tacuarembó sin haber entrenado con los compañeros. Terminé el año y fui a Cerro, donde tuvimos un año maravilloso de la mano de Eduardo Acevedo. En la segunda parte de esa temporada peleamos el campeonato con los dos grandes hasta la última fecha, en la segunda parte llegó Gustavo Ferrín y clasificamos a Copa Libertadores".

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Richard Porta en Cerro

Richard Porta en Cerro

River lo llamó y volvió al equipo donde todo comenzó con la idea de jugar un año y medio y retirarse. Pero no fue así. "Cuando el entrenador de turno en River dijo que no haga la pretemporada, terminé yendo a Cerro los últimos tres meses del torneo sin haber hecho la pretemporada. Después dije fue hasta acá y terminé una carrera que fue más de lo que pensé, con logros personales y grupales, pero sobre todo sabiendo que di todo en cada equipo que estuve como persona y como futbolista y entonces no me reprocho nada".

En 2017 le puso punto final a su trayectoria como futbolista profesional.

"Hello, I'm calling from Australia"

Porta defendió a Uruguay en selecciones juveniles y fue convocado a la mayor, pero también estuvo muy cerca de jugar para Australia, el país donde nació.

"Cuando me fui el segundo año a Emiratos, me hicieron un seguimiento intenso, los ayudantes estaban en todos los partidos, los referentes de la selección en ese momento, Lucas Nill, Marc Bresciano, Tim Cahill estaban en Emiratos. Me seducía esa posibilidad y les dije que si. La Federación Australiana mandó documentación a la AUF, porque para jugar en Australia tenía que hacer un papeleo dejando de lado a la selección uruguaya, donde yo había jugado en juveniles y había sido convocado en dos partidos de la mayor, pero sin sumar minutos. Firmé todo en el consulado y me dieron el teléfono del entrenador", recordó.

Llamó, pero como su equipo era del desierto, "la comunicación no era tan buena y no pudimos entablar un diálogo porque yo no le entendía a él, se cortaba, supuestamente no me entendía porque mi inglés era muy malo. No hubo diálogo, y cuando dio la lista yo no estaba y lo que dijo fue que la barrera del idioma era el motivo. Es valedero porque él pretendía que uno hablara inglés y yo no hablo, pero tambíen estuve en la liga de Emiratos y me comunicaba. Pero se ve que no tenía muchas ganas tampoco de que yo estuviera".

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Richard Porta en su etapa de integrante del panel de Punto Penal, en Canal 10

Richard Porta en su etapa de integrante del panel de Punto Penal, en Canal 10

En 2016 hizo un curso de periodismo deportivo para perderle el miedo a las cámaras. Luego concurrió como invitado un par de veces al programa Punto Penal de canal 10. "Les gustó y me volvieron a llamar, hasta que me propusieron quedarme fijo. Me servía porque yo estaba sin trabajo, me gustó y no lo descarto a futuro, pero tengo el bichito de dirigir, me gusta mucho".

El año pasado estuvo al frente de la Sub 16 de Liverpool y actualmente dirige a la Tercera. "Estoy muy cómodo, agradecido a Liverpool por abrirme las puertas, esperando la chance de dirigir Primera división, que es a lo que aspiro".

Buenos técnicos, para hurtarles conocimientos, ha tenido en su carrera: "De todos sacás cosas buenas y malas. Me gusta mucho el manejo de grupo y como ve el fútbol Eduardo Acevedo, no se encasilla en una sola manera de jugar, puede ser tanto ofensivo como defensivo; el manejo de grupo de Marcelo Gallardo es impresionante; la verticalidad que le puede dar Carrasco a sus equipos, vértigo directo y punzante; la parte defensiva de Martín Lasarte. Después estará en mi armar el rompecabezas", tiró.

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