Los datos oficiales sobre el desempeño de la economía uruguaya en el tercer trimestre de año se conocerán recién a mediados de diciembre.
Una mirada a indicadores sectoriales e indirectos de avance de actividad económica muestra resultados positivos en la comparación interanual, en sintonía con las expectativas de economistas que apuntan a una tasa de crecimiento del PIB en el eje de 3,8% para ese período.
La última actualización realizada por el Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica (UCU), que dirige el economista Javier de Haedo, pone foco en 17 indicadores y en sus variaciones interanuales.
Allí se observaron crecimientos positivos en los indicadores del comercio exterior, con excepción de las importaciones de bienes de capital.
También mejoran los indicadores de la recaudación de impuestos y los referidos al mercado de trabajo: subió la cantidad de personas ocupadas, cayó el número de beneficiarios del seguro de desempleo, y aumentó el ingreso de los hogares en términos reales.
En el caso de las industrias manufactureras, crece el total del sector, pero se muestra sin cambios el núcleo industrial.
En tanto, mejoraron las expectativas empresariales y la confianza de los consumidores y subió la venta de autos nuevos.
Finalmente, en el turismo, cayeron las importaciones (ya no se viaja tanto a Argentina) y apenas subieron las exportaciones (todavía vienen moderadas, seguramente por “efecto ingreso”), dice el informe.
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Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica
Año de rebote para economía uruguaya
La actividad económica creció 0,4% el año pasado, según los datos oficiales. Analistas privados y gobierno esperan expansión en el eje de 3% para este año.
Esas proyecciones están basadas en la reversión de los efectos de la sequía en el agro que jugaron negativamente en las cuentas nacionales del año pasado. Las cifras del primer semestre ya mostraron mejor desempeño, al igual que las exportaciones de bienes. También se suma el incremento de producción de celulosa en la segunda planta de UPM.
Otro factor es el consumo privado impulsado por el aumento del empleo, el salario real y los salarios en dólares. A eso se suma la corrección de la brecha cambiaria con Argentina y que se refleja en una reversión de la fuga de consumo registrada el año pasado hacia ese país. Esto también ha favorecido la recuperación de la actividad en ciudades fronterizas del litoral, principalmente en el comercio.
El piso para 2025 y las bajas probabilidades de una sequía
Esta semana hablando ante unos 500 empresarios, el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo, señaló que en 2025 el Producto Interno Bruto (PIB) tendría asegurado 1,2% de crecimiento solo por arrastre estadístico. Hoy la mediana de pronósticos sitúa en 2,5% la expansión de la actividad para el total del año próximo.
Vale mencionar que se espera una temporada de verano con mayor llegada de argentinos, no habrá parada técnica en la refinería de Ancap, y además es baja la probabilidad, intensidad y duración de una sequía asociada al fenómeno de La Niña entre los meses de enero y marzo.
“A pesar de la incertidumbre en torno al costo del financiamiento global y los precios de los commodities para Uruguay, las perspectivas económicas para el 2025 en Uruguay mejoran con respecto a lo que se podía esperar meses atrás, fundamentalmente por el impacto regional positivo, así como por mejores perspectivas climáticas”, dijo el economista Munyo durante la conferencia.