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26 de octubre 2024 - 5:00hs

“La esperanza es lo último que se pierde”. Así resumió un dirigente colorado el ánimo con que se viven las horas previas a la elección del domingo respecto a la posibilidad de pasar al balotaje. Si bien todos saben que es prácticamente imposible, por lo que marcan todas las encuestas que se han publicado, mantienen un optimismo basado más en las ganas que en datos.

El Partido Colorado se juega bastante más que su pasaje al balotaje este domingo y Andrés Ojeda buscará confirmar que la "nueva política" llegó para quedarse. Porque el candidato deberá cimentar en votos su liderazgo, tanto respecto a la coalición como dentro del Partido Colorado, y porque el piso de 12% de las elecciones de 2019 y el casi 18% de 2009 juegan como márgenes para evaluar el desempeño colorado este domingo.

Lo nuevo versus lo viejo

Buena parte de la candidatura de Andrés Ojeda, asesorado por el estratega español Aleix Sanmartin, se basó en presentar al abogado penalista como la renovación dentro de la coalición de gobierno. Con una comunicación disruptiva y apuntando a un público muchas veces distante de la política, Ojeda intentó cuestionar algunos parámetros de la vieja política.

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"Esto ha cambiado todo", suele repetir Ojeda mientras muestra el celular en la entrevista de turno. Su "nueva política" se basó, sobre todo, en un estilo particular de comunicación –con el spot en el gimnasio como punto más alto– y en poner temas bien contemporáneos como la salud mental o el bienestar animal en el centro de su campaña.

Esa estrategia y ese discurso, que acumuló elogios al presidente Luis Lacalle Pou y que tuvo una importante inversión en publicidad en medios tradicionales, serán sometidos a las urnas este domingo.

El rol en la coalición

La colectividad de Fructuoso Rivera tiene asegurado un rol más preponderante –al menos por los votos– dentro de la coalición. La caída de Cabildo Abierto, la baja del Partido Nacional y el sostenido crecimiento que han mostrado los colorados desde principios de este 2024 en todas las encuestas marca que el papel del partido tendrá mayor peso que en este período, cuando se mostró mayoritariamente como el socio leal del gobierno que, casi siempre, respaldaba las iniciativas que bajaban desde el Poder Ejecutivo.

Sin embargo, cuánta incidencia tendrá ese rol que probablemente le darán los votos dependerá de si el oficialismo logra retener el poder o las urnas lo desplazan a la oposición.

La gran victoria de Ojeda sería meterse en el balotaje y liderar la coalición. Pero para que eso pase lo que salga de las urnas debería ir a contracorriente de lo que muestran todas las encuestas publicadas que lo posicionan a alrededor de ocho puntos del nacionalista Álvaro Delgado (y por fuera del margen de error de la muestra).

Uno de los objetivos, que sí está alineado con lo que muestran las consultoras, es ampliar su bancada en el Parlamento que actualmente cuenta con cuatro senadores y 12 diputados. Tener un senador más y cerca de 15 o 16 diputados es un escenario probable.

Pero, ¿con cuántos votos consideran los colorados que es una buena campaña? El piso parece estar claro y se ubica en 12%, lo mismo que obtuvieron Ernesto Talvi en 2019 y Pedro Bordaberry en 2014. Toda votación que lo sitúe cerca o por encima del 17%-18%, que fue lo que obtuvo el exsenador en 2009, podrá ser exhibido como un gran mérito por el actual candidato.

Ojeda suele decir que cualquier votación por arriba del 12% es una buena elección porque mejora la actuación de hace cinco años. Y recuerda que el punto de partida, a principio de año, era de 3%. Sin embargo, en las últimas semanas de campaña desde de su comando intentaron instalar que la posibilidad de pasar el balotaje era real y esa visión triunfalista contrastaría con una votación que apenas supere la de 2019.

Liderazgos

Los votos que reciban los colorados no solo será medido por su cantidad sino también por cómo se distribuyan internamente. La contundente victoria en las elecciones internas parecía allanarle el camino a Ojeda para comenzar a cimentar su liderazgo partidario, pero la reaparición de Pedro Bordaberry a inicios de agosto le puso un signo de interrogación a ese trayecto.

El crecimiento sostenido de Ojeda en las encuestas es un activo que el candidato deberá confirmar el próximo domingo. Sin embargo, la correlación de fuerzas entre su lista –la 25– y la de Pedro Bordaberry –la 10– también terminará de dibujar el mapa interno del Partido Colorado.

A Bordaberry le preguntaron si iba a sacar más votos que Ojeda el domingo y respondió: “Espero que sí”. Sin embargo, consultado sobre si eso incidiría en el liderazgo partidario, la respuesta del exsenador fue para otro lado. “El Partido Colorado no tiene líderes, te aclaro. El Partido Colorado es horizontal”, apuntó en el programa de streaming Al Weso.

Los votos no solo definirán el peso interno sino también la incidencia de cada uno de los sectores en la bancada colorada.

Equilibrios internos

Además de Ojeda y Bordaberry, otras figuras coloradas están peleando por entrar al Senado. Dirigentes como Tabaré Viera, Robert Silva o Gustavo Zubía, que en su mayoría tuvieron actuaciones en lugares de exposición durante esta administración, pelean por llegar a la cámara alta.

Viera y Zubía que aparecen en las segundas líneas de la lista 10 y la 25 respectivamente están mejor posicionados que el candidato a vicepresidente Robert Silva que encabeza su propia lista –en sublema con Ojeda– pero que perdió buena parte de la estructura que hace cinco años respaldó a Ernesto Talvi y que lo había respaldado en las internas. Gabriel Gurméndez, en tanto, buscará ingresar a la Cámara de Diputados como representante de Maldonado, al mismo tiempo que se presenta como suplente de Bordaberry en el Senado.

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Andrés Ojeda partido Colorado elecciones Uruguay 2024

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