El presidente de Brasil sufrió una caída el 19 de octubre en su residencia, resultando en una herida en la nuca que requirió puntos de sutura. Pocos días después, experimentó dolor de cabeza y, tras una resonancia magnética, se detectó una hemorragia intracraneal. Esto lo llevó a ser trasladado de urgencia a São Paulo para ser operado. Los médicos aclararon que el accidente no causó daño cerebral, aunque el hematoma comprimió el cerebro, lo que requirió una intervención para drenarlo.
¿Qué implicó la operación?
El procedimiento quirúrgico, que duró aproximadamente dos horas, fue realizado en el Hospital Sirio-Libanés por un equipo de médicos liderado por el neurocirujano Marcos Stavale. La operación tuvo como objetivo remover el hematoma frontal-parietal entre el cerebro y la membrana duramadre, lo que permitió descomprimir el cerebro y preservar las funciones neurológicas del mandatario.
¿Cómo está Lula ahora?
Tras la intervención, el equipo médico informó que Lula se encuentra estable, sin secuelas neurológicas y en buenas condiciones generales. Está consciente, conversando normalmente y alimentándose, lo que indica una rápida recuperación. No obstante, deberá permanecer bajo observación en la Unidad de Cuidados Intensivos durante al menos 48 horas.
¿Por qué fue necesario este procedimiento?
La hemorragia intracraneal es una complicación derivada de la caída que Lula sufrió un mes antes. Aunque inicialmente parecía ser un golpe menor, los exámenes revelaron el hematoma que debía ser drenado para evitar mayores riesgos para su salud. Los médicos enfatizaron que el hematoma no causó daño cerebral, pero que la intervención era imprescindible para prevenir complicaciones.
¿Cómo ha manejado Lula su agenda?
A pesar de este incidente de salud, Lula ha continuado con su agenda política. Canceló algunos viajes, como su participación en la cumbre de los BRICS en Rusia y en la COP29, pero mantuvo compromisos clave de forma remota. Además, Lula ha mostrado su determinación para seguir trabajando, a menudo señalando que su salud es robusta y que sigue sintiéndose en buena forma para cumplir con sus funciones presidenciales.
¿Cuáles son los antecedentes médicos de Lula?
Lula, quien tiene 79 años, ha enfrentado varios desafíos de salud a lo largo de su vida. En 2011 fue diagnosticado con cáncer de laringe, del cual se recuperó tras un tratamiento agresivo. Además, ha lidiado con problemas de artrosis y, más recientemente, se sometió a una cirugía de cadera debido al dolor crónico en las articulaciones. Su historial de salud refleja tanto su resistencia como la carga física derivada de su intensiva rutina de trabajo.
Cómo sigue
Lula continuará en observación durante las siguientes 48 horas mientras se recupera de la operación, lo que también le permitirá seguir evaluando su estado de salud. Aunque la situación no parece haber dejado secuelas graves, la operación marca un recordatorio de los desafíos físicos que enfrenta debido a su edad y las exigencias de su cargo. Es probable que durante su recuperación se vea obligado a reducir su ritmo de trabajo, aunque no se espera que ello afecte significativamente sus funciones presidenciales, ya que su equipo ha logrado adaptarse a su agenda para que pueda seguir cumpliendo con sus responsabilidades desde su residencia.
Este incidente también puede generar reflexiones sobre los retos que Lula podría enfrentar en los próximos años, especialmente considerando su posible candidatura para las elecciones presidenciales de 2026. Aunque aún es temprano para definirlo, la recuperación de Lula y su estado físico podrían influir en la percepción pública sobre su capacidad para asumir otro mandato. Sin embargo, ha dejado claro que, si los partidos lo requieren, estará "listo" para postularse, aunque espera que la política brasileña experimente una "gran renovación".
Con información de AFP