El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezó este miércoles un acto en "defensa de la democracia", dos años después del asalto a las sedes del poder en Brasilia y cuando el exmandatario Jair Bolsonaro es investigado por intento de golpe de Estado.
La ceremonia en el palacio presidencial de Planalto sirvió para marcar la entrega de 21 obras restauradas tras los destrozos causados cuando los seguidores del ultraderechista Bolsonaro (2019-2022) invadieron ese predio y las sedes del Congreso y la corte suprema.
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Entre ellas está el cuadro "Las mulatas" (1962), de Emiliano Di Cavalcanti, uno de los maestros del modernismo brasileño, que fue perforado a cuchillazos, en unas de las imágenes indelebles de la asonada, grabada por las cámaras de vigilancia.
También fue reintegrado al acervo presidencial un reloj del siglo XVII hecho por Balthazar Martinot, relojero del rey de Francia Luis XIV, tras ser reparado en Suiza.
"Dos años después del intento de debilitar la democracia, dejar un reguero de destrucción e intentar, con el odio, asfixiar la esperanza, seguimos en la defensa intransigente de la democracia y de nuestro país", dijo Lula en la red X.
"Hoy entregamos al pueblo brasileño parte de su patrimonio que se intentó destruir. Nuestra respuesta a los ataques antidemocráticos es la unión, la solidaridad y el amor. Y así seguiremos", agregó.
Al abrir el acto, la primera dama, Rosangela Janja da Silva, dijo que la invasión de los edificios oficiales fue "una advertencia de que la democracia debe defenderse diariamente".
La ceremonia fue la primera aparición destacada del mandatario izquierdista, de 79 años, después de ser operado de urgencia el 10 de diciembre por una hemorragia intracraneal. Tras la convalecencia, despachó desde la residencia presidencial hasta este lunes, cuando volvió al palacio de gobierno.
El edificio fue rodeado de barreras de seguridad y un helicóptero sobrevolaba los alrededores de la plaza de los Tres Poderes, epicentro político de Brasilia, donde la presencia policial fue reforzada y el tráfico fue restringido.
"Lo que pasó aquel día fue una aberración, algo inimaginable", lamentó a la AFP Shirley Altoe, una profesora residente en Brasilia, presente en la ceremonia.
El 8 de enero de 2023, miles de seguidores de Bolsonaro atacaron las sedes de poder, disconformes con la victoria de Lula unos meses antes.
De los miles de detenidos por los actos, 371 fueron condenados, según datos oficiales publicados el martes, de los cuales 179 a penas de 14 años o más de cárcel.
Bolsonaro es objeto de una investigación policial para determinar si instigó los disturbios.
Además, la Fiscalía debe decidir si imputa al expresidente por los "crímenes de abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado y organización criminal", luego que la policía determinó que tuvo "plena conciencia y participación activa" en un frustrado plan para impedir la asunción de Lula.