Alemania señaló el sábado que el presunto sabotaje de un cable submarino entre Estonia y Finlandia, se sospecha que fue una consecuencia de un sabotaje por parte de un petrolero ruso, constituye "una llamada de atención" que debería acarrear nuevas sanciones europeas.
Perjudicados dos miembros de la OTAN
El 25 de diciembre, el flujo de corriente continua EstLink 2 entre Finlandia y Estonia, ambos miembros de la OTAN, se desconectó. Las sospechas apuntaron rápidamente a un petrolero procedente de Rusia, el "Eagle S", interceptado por las autoridades finlandesas.
Un mes antes, dos cables de telecomunicación fueron cercenados en aguas territoriales suecas, en el mar Báltico.
"Hay navíos dañando cables submarinos esenciales casi una vez al mes", declaró Annalena Baerbock, ministra alemana de Relaciones Exteriores, en un comunicado enviado al grupo de medios alemán Funke.
Arrastre de anclas
"Las tripulaciones dejan las anclas en el agua, arrastrándolas por el fondo marino sin razón aparente, y las pierden al subirlas", añadió.
"Es difícil pensar que sean coincidencias. Es una llamada de atención urgente para todos nosotros", recalcó.
Baerbock urgió a imponer "nuevas sanciones europeas" contra las "flotas fantasma rusas", barcos que ayudan a Rusia a eludir las sanciones a su sector petrolero, instauradas en represalia por la invasión de Ucrania.
Estas flotas "son una gran amenaza a nuestro entorno y seguridad" dado que Moscú las utiliza para "financiar la agresión de Ucrania", añadió la canciller.
Investigan a un petrolero de Rusia
La policía finlandesa informó el jueves que estaban investigando el petrolero Eagle S, que zarpó de un puerto ruso, por el presunto sabotaje del Estlink 2.
La OTAN reforzará su presencia militar en el mar Báltico, declaró este viernes su secretario general, Mark Rutte.
Por su parte, Estonia anunció el mismo día el envío de patrullas navales en el mar Báltico para defender el Estlink 1, otro cable submarino que asegura su conexión energética con Finlandia.
Fuente: AFP