Ucrania ha reivindicado el asesinato este martes en Moscú del teniente general ruso Ígor Kirílov, que era jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia, según ha informado una fuente anónima del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU) a la agencia pública de noticias Ukrinform.
El propio SBU había declarado un día antes a Kirílov sospechoso de crímenes de guerra por haber ordenado el uso de armas químicas contra el Ejército ucraniano en el frente.
Según la fuente ucraniana contactada por Ukrinform, el atentado es una operación especial de ese servicio secreto ucraniano.
En el comunicado sobre su investigación contra Kirílov, publicado este lunes, el SBU dice haber documentado más de 4.800 casos en los que las fuerzas rusas utilizaron por orden de este militar armas químicas prohibidas en los frentes este y sur de Ucrania.
“En particular hablamos de granadas de combate K-1, que están equipadas con irritantes tóxicos”, dice el comunicado, que agrega que el uso de estas sustancias está prohibido por la legislación internacional.
El comunicado dice también que más de 2.000 militares ucranianos han sufrido los efectos del armamento químico utilizado por Rusia. Las fuerzas del Kremlin, añade el texto del SBU, lanzan las sustancias tóxicas con drones contra las defensas ucranianas para obligar a las tropas de Kiev a abandonar sus posiciones.
“Cuando las granadas con carga química se activan, sus componentes tóxicos afectan a las membranas mucosas de la persona, sobre todo en los ojos y en las vías respiratorias”, explica el servicio secreto ucraniano.
Kiev ha reivindicado de forma directa o indirecta varios atentados en Rusia o en los territorios ucranianos ocupados por Rusia contra militares y otras personalidades rusas implicadas en la agresión militar contra Ucrania.
QUIÉN ERA KIRÍLOV
El teniente general ruso Igor Kirílov, asesinado este martes a los 54 años en un atentado con bomba en Moscú cuando salía de su domicilio, era uno de los rostros más públicos del alto mando de la Fuerzas Armadas de Rusia.
En su condición de jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia, cargo que desempeñaba desde 2017, ofrecía regularmente comparecencias de prensa, como la que tenía prevista para el día de hoy.
Ante los periodistas acusó repetidamente al Ejército ucraniano de emplear armas químicas en el conflicto en Ucrania.
En agosto pasado denunció que Rusia ha detectado 400 casos de empleo de munición química por las fuerzas ucranianas.
Dos meses después, aseguró que las tropas ucranianas emplearon armas químicas cuando irrumpieron en la ciudad de Sudzha, en la región rusa de Kursk, parte de cuyo territorio ocupan hasta el día de hoy.
Con anterioridad, Kirílov se refirió repetidamente a laboratorios biológicos extranjeros y sus posibles vínculos con la propagación de enfermedades infecciosas, incluida la covid-19.
En particular, el teniente general ruso denunciaba que Estados Unidos amplía su red de laboratorios biológicos fuera de su territorio, donde lleva a cabo investigaciones con bacterias y virus altamente patógenos.
En 2023 aseguró que EE.UU. tenía planes de lanzar desde drones contenedores con zancudos infectados para contagiar a los soldados rusos que combaten en Ucrania.
En enero de este año afirmó que altos cargos de Estados Unidos obstaculizaron de manera premeditada la investigación de las causas de la covid-19 y manipularon la opinión pública.
La víspera del atentado que le costó la vida al teniente general ruso, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) lo declaró sospechoso de ordenar el empleo de armas químicas contra las fuerzas ucranianas.
Kirílov, bajo sanciones occidentales por la guerra en Ucrania, participó en la creación del lanzallamas pesado autopropulsado TOS-2, que tiene un alcance de hasta 6.000 metros y es capaz de cubrir una superficie de hasta cuatros hectáreas con una andanada de sus 24 bocas.
Fue galardonado con el título de Héroe de Rusia del Trabajo, entre otras muchas distinciones.
FUENTE: Con información de EFE.