“La noche es oscura y llena de terrores”. La serie televisiva Juegos de tronos popularizó esta frase que, previo a las elecciones, bien pudo haber sido un argumento a favor de la habilitación de los allanamientos nocturnos. Pero los resultados del escrutinio muestran que la sensación de inseguridad y las zonas que concentran más delitos violentos no guardaron una relación directa con el apoyo a la reforma constitucional.
La papeleta amarilla (a favor de los allanamientos nocturnos) consiguió la mayoría de los votos emitidos solo en cinco barrios de Montevideo: Punta Carretas, Pocitos, Carrasco, Carrasco Norte y Punta Gorda. Allí es donde el Frente Amplio votó peor, y donde mejor lo hizo la coalición de gobierno. Y es donde los vecinos se sienten más seguros.
Tres meses antes del plebiscito, El Observador realizó —junto a la Unidad de Métodos y Acceso a Datos de Ciencias Sociales (Udelar) y el docente de Estadística Juan Pablo Ferreira— una encuesta sobre la sensación de inseguridad en Uruguay. El método empleado permitió una aproximación a cómo era ese sentimientos en los distintos barrios de Montevideo. Y el resultado demostró que en los mismos barrios en que más apoyo consiguió la consulta por los allanamientos nocturnos, dos tercios de los habitantes había declarado que se sentían seguros o muy seguros en su zona (cuando en Maroñas o Jardines del Hipódromo ese guarismo se reducía al 1%).
Ya entonces, el criminólogo Nicolás Trajtenberg había explicado: “La percepción de seguridad no es un acto meramente racional. No es que a mayor cantidad de homicidios en mi zona, mayor la sensación de inseguridad. Pero las emociones pueden estar teñidas por esa realidad. Por eso es razonable que en los barrios con más violencia se perciba más miedo”.
Un cinturón imaginario que cruza la ciudad desde el Cerro (al suroeste) hasta Manga (en el noreste) concentra la mayoría de los homicidios y de las ejecuciones más violentas. Es allí donde los vecinos perciben más inseguridad. Y es donde peor votó la consulta por los allanamientos nocturnos.
Ahora los datos del escrutinio departamental (procesados por El Observador y el politólogo Juan Ignacio Pintos) indicó que menos de la quinta parte de los votantes del Cerro, Casabó o Manga introdujeron la papeleta amarilla en las últimas elecciones.
En más de 430 localidades del interior también perdió el plebiscito. Hubo lugares extremos como Morató en Paysandú o Puntas de Valentín en Salto donde solo uno de cada diez votantes incluyó la papeleta amarilla en su sobre de votación. Coincide que en muchos de estos poblados es donde peor votó la coalición multicolor.
El efecto cercanía
En Uruguay, la única democracia de partidos que sobrevive en América Latina según Gerardo Caetano, más de siete de cada diez se siente cercano a un partido político. Y de esos, casi la mitad se siente “muy cerca” a alguna colectividad. Así lo reveló la última encuesta de El Observador y los académicos de la Universidad de la República.
Bajo esta lógica —que lo diferencia de sus pares de la región— es posible formular una hipótesis: el apoyo o no al plebiscito de los allanamientos nocturnos se vinculó más a la identidad partidaria que a la geografía per se. Mucho más si se tiene en cuenta que los partidos del oficialismo "ensobraron" la papeleta amarilla y no lo hizo el FA.
Se requiere de un estudio más sofisticado para afirmarlo. Por ahora, el resultado de votos por circuito solo permite decir que donde mejor votó el Frente Amplio, menos se introdujo la papeleta amarilla. A la inversa, donde mejor votó la coalición multicolor hubo más adhesión al intento de reforma.
El plebiscito de allanamientos nocturnos se comportó, por tanto, opuesto a como lo hizo el de seguridad social (en que la correlación partidaria era al revés). Y también se diferenció en el apoyo etario. ¿Qué significa?
El politólogo Pintos lo explicó así: “los circuitos más jóvenes tendieron a votar más por el ‘Sí’ en seguridad social, mientras que los circuitos más viejos tendieron a votar más por el ‘Sí’ en allanamientos nocturnos”.
Dicho en número: por cada año adicional en la edad promedio del circuito, el porcentaje de “Sí” a los allanamientos aumenta en 0,38 puntos porcentuales.
En total, la papeleta amarilla logró el 39,4% de los votos emitidos (necesitaba superar el 50% para triunfar).