La Justicia archivó la causa contra la expareja de Gonzalo Aguiar por su asesinato, según le confirmó a El Observador el abogado Camilo Silveira.
El fiscal del caso Sebastián Robles entendió que el asesinato de Camejo a Aguiar se trató de un caso de legítima defensa.
En la pericia psicológica de la indagada se sugiere que en la relación entre Aguiar y Camejo existió "violencia física, económica, patrimonial, simbólica, doméstica y psicológica", según informó la Fiscalía.
"Además, da cuenta del miedo que ella sentía porque estaba en juego su integridad física y la de su familia; ya que él constantemente le recordaba los contactos que tenía y el daño que podía hacerle a sus familiares, física y laboralmente", revelaron.
Esta situación "empeoró" en noviembre de 2022, cuando Camejo se enteró de que estaba embarazada, "incrementando aún más los niveles de violencia".
En otro sentido, la situación sobre la tenencia de la hija y el régimen de vista fue, además, "motivo de instancias de conflicto por parte de él, quien tenía la firme intención de quedarse con la tenencia".
La pareja se reconcilió, pero debido al "profundo miedo" a que le "concedieran las vistas al padre y al medio por la integridad de su hija". "Para ese entonces, la indagada ya se encontraba completamente aislada y peleada con su familia", recordaron desde Fiscalía.
Las conductas violentas de Aguiar no eran "solamente respecto de su pareja", sino también con otras personas con las "tuvo vínculo", los cuales en sus declaraciones mencionaron que era una persona "conflictiva, que buscaba siempre el enfrentamiento" y a quien era "difícil" encontrarlo sobrio, porque "consumía frecuentemente estupefacientes".
Un testigo manifestó tenerle miedo, ya que no se sabía "cuál era su límite" y que "él te hablaba como si no los tuviese" incluso lo llegó a amenazar de muerte diciéndole que eligiera el color de flores para poner en el cementerio a sus hijos y a él.
"El mismo testigo, además, refiere dos situaciones de violencia en la que fue torturado", agregaron.
De la investigación de Robles se sugiere también que al fallecido le gustaba presumir de sus "vinculaciones a nivel político y policial", las cuales utilizaba para amenazar a las personas de su entorno, decirles que él conocía a "todo el mundo" dentro de la Policía, por lo que si alguien lo denunciaba los iba a matar, porque "él iba se iba a enterar antes que nadie".
También destacan que, según los testigos, Aguiar acostumbraba a portar armas "constantemente" y que "amedrentaba con ellas".
"En virtud de todo lo antedicho, el Fiscal concluye que la conducta desarrollada por la imputada no es penalmente responsable de sus acciones, pues actuó en legítima defensa, por lo que se procedió al archivo de la investigación", informaron.
En este sentido el fiscal agregó que "existió por parte de él una agresión ilegítima, quien en esa misma noche le anunció a la indagada que iría a matarla y llevarse a la niña y rato después, en horas de la madrugada irrumpió violentamente en el domicilio y aun estando a escasos metros de la imputada continuó con las amenazas de muerte".
Así, en consideración de la "personalidad del fallecido", su uso "habitual" de armas de fuego, su "temperamento violento" o su irrupción en horas de la madrugada en el domicilio de Camejo con además amenazas de muerte, no haría "exigible" a la imputada una "comprobación efectiva de la presencia del arma, así como tampoco esperar pacientemente una inminente acción del fallecido".