Con la autocrítica por la derrota postergada hasta después de las elecciones de mayo, los senadores del Partido Nacional comenzaron a discutir cómo será su posicionamiento frente al gobierno de Yamandú Orsi.
Aunque no estaban todos, y por eso no fue laudado, el tema surgió este miércoles en la reunión de bancada posterior a la primera sesión del Senado. En el encuentro, en el que también conversaron sobre la integración de las comisiones especiales y las bicamerales, los blancos debatieron acerca de cómo pararse como oposición ante la nueva administración.
En particular, los intercambios estuvieron marcados por las decisiones –comunicadas por el canciller Mario Lubetkin– de dejar de reconocer a Edmundo González Urrutia como “presidente electo” de Venezuela y el apoyo al candidato de Surinam a la OEA en lugar del propuesto por Paraguay.
Ambas resoluciones son leídas como un “retroceso” en la política exterior.
En la bancada, la mayoría de los nacionalistas se mostraron partidarios de “salir ya” a marcar la cancha aunque otros –como Nicolás Olivera– plantearon su desacuerdo ante esa estrategia, dijeron a El Observador fuentes blancas. El intercambio motivó cruces políticos acerca de la conveniencia de insistir en estos temas o dejarlos pasar.
Semanas atrás, en una columna en El País, el senador Javier García había adelantado que se posicionaría en contra de todo lo que supusiera algo que llamó “avanzar para atrás”.
“Los anuncios van hacia la restauración, tienen aroma refundacional”, escribió en referencia a la intención de volver a la dirección colegiada de los organismos de la educación desconcentrados y derogar la vigencia de varios otros artículos de la LUC aunque también adelantó su posición en caso de surgir otros temas: “De nuestro lado el respeto y la lealtad democrática obvia. Y una conducta: si se amplían las libertades cuentan con nosotros, si se recortan y se avanza hacia atrás no, aunque la luna sea de miel”.
Si bien no se tomaron resoluciones, en la tarde de este miércoles los blancos descontaban que podrían preguntarle al canciller en el Senado ya que es de estilo que poco después de que asuma vaya a la comisión de Asuntos Internacionales para explicar sus planes de gestión.
A su vez, se encomendó a los coordinadores Graciela Bianchi y Carlos Camy a conversar con el Partido Colorado para actuar “en clave de coalición”.
Las voces
En la entrevista con El Mundo, el periodista afirmó ante Lubetkin que Lacalle Pou había reconocido a González Urrutia como “presidente de Venezuela” y le preguntó si eso se mantenía.
Si bien le dio su apoyo y consideró que había ganado las elecciones –en base a la veracidad de las actas divulgadas por internet– formalmente la administración de Lacalle Pou nunca lo nombró así y siempre habló de “presidente electo”, un detalle que no pasa desapercibido en términos diplomáticos ya que reconocerlo como “presidente” –a secas– supone otras consideraciones.
Más allá de esto, Lubetkin respondió que Uruguay no reconocía “a nadie” en este momento y ante otra pregunta agregó que era una “situación ambigua” aunque no era “el único país que tiene esa posición”.
Las declaraciones del canciller fueron cuestionadas por buena parte de la oposición. Blancos y colorados sacaron comunicados y este miércoles en el Senado sus principales dirigentes aludieron al tema.
Álvaro Delgado dijo que era “contradictorio” y un “retroceso en materia institucional y de prestigio internacional”, mientras que García agregó que era “funcional al dictador Maduro” y habló de “política exterior ideologizada”.
A su vez, Andrés Ojeda del Partido Colorado señaló que era un “paso atrás enorme” y que rompía la vista “la contradicción”. “Es hacer malabares con la incomodidad”, expresó y consideró que Uruguay se estaba volviendo “un apéndice de Lula”.
La vicepresidenta Carolina Cosse, en tanto, defendió el posicionamiento y dijo que Uruguay tenía que manejarse “ajustado a derecho”. El senador Daniel Caggiani, por su parte, expresó que notaba mucho nerviosismo en la coalición acerca de los posicionamientos y que debían ser “más cautos y tranquilos”.
“Queremos tratar de ayudar a que en Venezuela se pueda recobrar la democracia, haya menos autoritarismo y que los uruguayos también estén cuidados, hoy están desamparados”, sentenció Caggiani.