El temporal de agosto de 2005 y el tornado en Dolores son dos eventos que los uruguayos suelen recordar con frecuencia y que surgen espontáneamente en conversaciones en las que se habla sobre fenómenos climáticos adversos.
Ambos marcaron a quienes los padecieron y motivaron algunos cambios a nivel gubernamental con el objetivo de disminuir al mínimo posible su impacto.
En ese contexto, en una etapa denominada por el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) como “del diálogo a la acción”, este martes se presentó el primer estudio sobre percepción del riesgo de emergencias y desastres en Uruguay.
“Hoy es un día trascendental. Por primera vez estamos unidos, desde diferentes sectores, para enfrentar un desafío común: entender cómo percibimos el riesgo en nuestras vidas diarias y cómo convertir esa percepción en acciones concretas que protejan lo que más amamos”, dijo al abrir el evento el director del Sinae, Santiago Caramés.
El jerarca consideró que los avances que presentaban no eran solo el “resultado de un estudio pionero en el país” sino “el primer paso hacia un Uruguay más consciente, más preparado y más seguro”.
“Entender el riesgo no es solo una tarea técnica, es una responsabilidad compartida. Y lo hacemos no solo por nosotros, sino por las generaciones que vendrán”, expresó.
La encuesta
El trabajo, al que accedió El Observador, fue realizado por la Universidad Católica y la consultora Equipos. Profundiza acerca de las preocupaciones de los uruguayos de que ocurran algunos eventos extremos y revela la confianza que tienen sobre la capacidad de respuesta de la mayoría de las instituciones.
Una de las principales revelaciones es que el 73% piensa que los eventos meteorológicos extremos como inundaciones, sequías, olas de frío, olas de calor y temporales ocurren con mayor frecuencia que antes. Hay un 20% piensa que se dan igual y un 7% dice que son menos.
Entre los que respondieron que los eventos se dan con mayor frecuencia, se destacan las personas mayores de 65 años y quienes tienen nivel educativo bajo.
A su vez, el informe señala cuáles son –para la población– las instituciones más preparadas para hacer frente a emergencias y desastres. En primer lugar aparecen los bomberos, seguidos por el sistema de salud, las fuerzas armadas y el gobierno nacional. En el último lugar los uruguayos ubicaron a la policía.
La encuesta también revela cuál es el evento que más preocupa, aunque los investigadores destacan que el promedio de mujeres preocupadas es “sensiblemente mayor” que el de los hombres en todos los casos y que encontraron preocupación “por encima del promedio en todos los casos” en las personas de nivel socioeconómico bajo, entre las personas mayores de 65 y las personas del interior del país (excepto Canelones).
Así, que se produzca un incendio en una vivienda es el evento que provoca mayor preocupación, seguido de la contaminación de cursos de agua como ríos o arroyos y contaminación industrial. Accidentes de tránsito, turbonadas, sequías y epidemias o pandemias siguen en la lista. En los últimos lugares aparecen las preocupaciones por olas de frío, granizadas e inundaciones.
Las advertencias
Por último, el trabajo indaga sobre cuánto están dispuestos a cambiar su rutina los uruguayos cuando se emiten advertencias meteorológicas tanto de color rojo como naranja.
En el caso de las alertas rojas, un 43% dijo que “siempre o casi siempre” cambiaba su rutina, mientras que 18% señaló que “algunas veces”, 10% dijo que “pocas veces” y 29% mencionó que “nunca o casi nunca”.
A su vez, respecto a las alertas naranjas, un 19% dijo que cambiaba su rutina “siempre o casi siempre”, 27% señaló que lo hacía “algunas veces”, 15% mencionó que lo hacía “pocas veces” y 39% que no lo hacían “nunca o casi nunca”.
Ante estos eventos, la gran mayoría contestó que se informaba por la televisión, mientras que en segundo lugar quedó la radio. Luego les siguieron las redes sociales de sitios oficiales, los portales digitales de información y las redes sociales de los medios.
