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14 de octubre 2024 - 5:00hs

"(Extraño) las cosas sencillas: el estar con mi gente, tomar un mate, juntarme, estar en mi país. Por más que a Madrid lo amo, viviría en Madrid si no viviera acá, pero siempre tuve claro que iba a volver". El que habla es Diego Godín el excapitán de la selección uruguaya, quien en diálogo con Alejandro Fantino hizo un repaso de su exitosa carrera desde su Rosario natal hasta su participación en las grandes ligas del fútbol. Y habló sobre Luis Suárez y su caracter "insoportable".

Alejandro Fantino: Diego querido un gusto tenerte, ¿andás bien?

Diego Godín: Muy bien, disfrutando de estar acá en mi país.

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AF: ¿Hace cuánto te fuiste?

DG: De Uruguay me fui en 2007, en julio.

AF: ¿Siempre quisiste volver? Porque no tuviste una carrera chica, tuviste una carrera de las que uno puede considerar carrera de reyes. Y cuando uno es rey, se le ofrece seguir viviendo en el palacio, aunque ya no ejerza como rey.

DG: A mí no es que me ofrecieron nada pero sí es verdad que me hicieron sentir como en casa y bueno para mí Madrid fue mi casa. Estuve en Europa 15 años, pero Madrid es mi segunda casa, lo sigue siendo, cuando voy me hace sentir así pero yo siempre tuve claro desde el día que me fui, que quería volver. Yo le cuento a la gente que no me conoce que hasta el último día que me iba a Europa, yo venía acá a pasar Navidad cuatro días, me iba con un nudo en el pecho. Angustiado con ganas de quedarme, de extrañar mi país, mi familia, a los míos.

AF: ¿Y qué extrañas?

DG: Las cosas sencillas: el estar con mi gente, tomar un mate, de juntarme, de estar en mi país. Por más que a Madrid lo amo, viviría en Madrid si no viviera acá, pero siempre tuve claro que iba a volver.

AF: Vos sabés que hay algo que nunca nadie pregunta en una entrevista y es lo micro físico, lo pequeño. Siempre vamos a las grandes cosas: los cuatro mundiales, las copas que ganaste, pero nunca uno se mete en el día a día de la vida de un deportista de elite de tu nivel. El club más grande, el institucionalmente más fuerte en el que jugaste vos ¿cuál es?

DG: Sin duda hay tres grandes clubes: Nacional, Atlético de Madrid e Inter.

AF: Cuando te tocó estar en Italia, ¿cómo es la vida de un deportista de élite como la tuya? Vos llegabas al aeropuerto, hay un chofer esperándote, te cargan, te llevan, al otro día vas a entrenar, tenés todo organizadito, ¿cómo es la vida, hermano?

DG: La verdad que siempre me manejé de la manera más sencilla. Es verdad que iba en un aeropuerto en espacios públicos y buenos la foto, el vídeo, la gente saludándote. Gracias a Dios siempre digo una buena palabra o para agradecer o para felicitar. Lo hago con gusto, porque sé que lo que uno está dando, la gente lo agradece. Obviamente que vos estás enfocado 100% en el fútbol, vas, entrenás, intentás comer bien, descansás, pero es una vida muy sencilla. Es verdad que en el Inter me implicaba más tiempo por la manera de entrenar que tenía Antonio Conte, en Atlético de Madrid, después de tantos años, teníamos una dinámica mucho más fácil y mucho más llevadera.

diego Godín Diálogos en Montevideo

AF: ¿Empezaban temprano en Milán?

DG: No. Entrenamos de tarde y al mediodía entonces te implicaba ir a comer de mañana llegabas a las 12, comías, los horarios se respetan a rajatabla, allá no hay chance de comidas, de todo. Descansabas mismo en la ciudad deportiva, teníamos un hotel, cada uno una habitación, después ibas a entrenar, te hacías una preparación de fisioterapia antes, después entrenabas, terminabas a las 5, 5 y media de la tarde, casi 6 , salías casi de noche. Llegabas a tu casa sin ganas de nada, porque llegabas cansado a descansar, a comer, iba de otro día a levantarte, tomar un mate en mi caso con mi señora estábamos un rato y ya hablábamos y otra vez en la misma rutina.

AF: Es un loop, un proceso y un protocolo. ¿Hasta dónde se te permite a un futbolista profesional de tu nivel jugar con otras cosas? Es decir, salir y entrenar por tu parte o hacer cosas por fuera de la que estás haciendo.

DG: En mi caso siempre lo naturalicé y lo llevé de la manera más sencilla posible. Obviamente que había un día que estaba concentrado, tenía un cumpleaños, no podía irme, tenía que evitar de tomarme alguna copa de vino porque no podía, porque otro día jugaba o entrenaba o lo que sea, esas cosas las tenés que ir manejando pero nunca me privé de venir a Uruguay o de estar en Madrid o de estar en Italia, de salir a cenar cuando podía.

AF: ¿Cómo hacías con la yerba al principio?

DG: En España al principio se conseguía alguna yerba. Yo llevaba varios paquetes y tenía siempre resto y si venía un amigo o un familiar, siempre yerba segura.

AF: Contame más de tu vida personal de inicio ¿de qué barrio sos y de qué familia venís?

DG: Yo soy de la ciudad de Rosario, departamento de Colonia, una ciudad chiquita de más o menos 10.000 habitantes, del barrio La Bomba. Mi papá era tornero mecánico y hacía de todo, arreglaba de todo tipo de una moto hasta máquinas de panadería que había muchas en mi ciudad.

AF: Yo vengo también de un papá que tenía máquinas cosechadoras y el olor del taller de mi papá y el sonido del taller la radio opuesta el ruido de los tornos, la viruta, el olor al aceite, la grasa de litio lo tengo en la cabeza.

DG: Yo también. Mi madre trabajaba en una peluquería que era de su hermana y ella hacía la parte de uñas, maquillaba, etc. Y mi padre cada vez que iba al taller me lo hacía barrer. Entonces o me ponía a carpir y a barrerle porque en esa época fumaba y el taller era un galpón. Entonces cada vez iba menos al taller.

AF: ¿Usaste torno?

DG: No, no. No era fácil.

diego Godín Diálogos en Montevideo

AF: Me imagino que arreglaba todo lo de tu casa.

DG: Hasta el día de hoy.

AF: ¿Y se fue del pueblo?

DG: Cuando me fui a Europa, ellos se quedaron viviendo siempre en el pueblo. Cuando me fui a Villarreal, a los dos años, les compré un pedacito de campo, una casa ahí cerquita, porque siempre mi sueño fue tener campo, caballo, ganadería. Y a mi padre siempre le gustó, por más que era tornero. Compré un pedazo cerquita de mi ciudad y hasta el día de hoy allí.

AF: ¿Tenés hermanos?

DG: Tengo una hermana más grande, que es contadora pública. Es mi brazo derecho me ha ayudado en todo, desde consejos hasta en mi vida profesional.

AF: Te falta un poquito para llegar a lo que se llama el bado intermedio de la vida. La psicología lo plantea, es un momento de mucha angustia aunque no salga para afuera a veces te repercuten otras cosas porque tenés 38 años. El psicoanálisis lo plantea, es un momento rupturista porque te das cuenta que no sos chico ni sos tan grande. Para colmo vos sos un tipo de mucho éxito que ha vivido la adrenalina constante y te da una inyección de adrenalina en cada partido que no lo tenés ahora, ¿cómo lo manejas eso?

DG: Siempre hablábamos con un compañero de la selección, Euguren que decía: “bueno cuando dejemos el fútbol una vez por semana nos vamos tirar en paracaídas para tener adrenalina”, siempre jodía con eso.

Pero una de las razones de las que yo me retiro de fútbol y dejo es también por el desgaste que genera. No la competencia, la competencia y todo lo que va atrás.

Y lo que yo tenía en mi lugar, en mi lugar como capitán y las responsabilidades que había tomado tanto en mi selección como en los equipos que estaba. Entonces todo ese desgaste, ese cúmulo de cosas me fue llevando a un cansancio, a decir “necesito parar, necesito estar en mi casa, necesito no estar todo el día pendiente absolutamente de todo”.

AF: ¿Conocés a Luis Escola al jugar de básquet? Bueno, Luis me decía: “cuando veas festejar a un equipo después de un partido, después de una final, ¿creés que nosotros festejamos por alegría? No, festejamos por alivio”.

DG: Si, la sensación de alivio del trabajo hecho, de decir me siento lleno porque realicé lo que es hasta una obligación para mucha gente. Como que estás obligado a conseguirlo si no sos un fracasado. Y uno de mis últimos posteos, cuando clasificamos al Mundial, por todo lo que pasó fue una sensación de alivio tan grande. No salí ni siquiera corriendo, me senté en el piso y sentí el alivio.

AF: Me gusta utilizar fotos e imágenes de películas muy conocidas. En Rambo 1, cuando Rambo está en la selva, no lo pueden agarrar, está preso y entra el coronel Trautman, que había sido quien lo entrenó y quien lo llevó a Vietnam. Rambo reconoce la voz y le contesta a Trautman. El tipo le dice: “es mi soldado” y también dice la famosa frase: “no vine a salvarlo a Rambo de ustedes sino a salvarlo a ustedes de Rambo”. Pero te lo conecto con el Maestro, ¿es un poco el coronel Traumant de un grupo de jugadores? O sea, si algún día te volvés loco y te metes en la selva y va el maestro Tabárez y le dan el radiollamado y dice acá Godín, Águila 1, 4, ¿le contestás?

DG: Por supuesto.

AF: ¿Es el coronel Trautman de la generación de ustedes?

DG: El Maestro para nosotros fue mucho más que un director técnico. Traspasó cualquier tipo de barrera, ni que hablar deportiva, traspasó barrera de conectar con la gente, con niños, con grandes, con mujeres y hombres. Y a nosotros obviamente que nos trató y nos llevó, nos condujo de una manera que bueno, nos sentimos propia, la hicimos propia.

AF: La maestría es un concepto que excede el saber: hay gente que sabe pero que no es maestro. El maestro conecta con otra cosa, o sea tengo un problema con mi mujer hasta podría llegar a hablarlo, ¿llegaba a esa conexión la maestría con Tabárez de poder hablar cosas personales?

DG: Por supuesto. Él estaba siempre pendiente justamente de esas cosas y sobre todo estaba muy pendiente de los comportamientos de los jugadores: en sus clubes, en su vida personal, él le daba mucha importancia a eso. Al comportamiento, en el tema del respeto, de la educación, de cómo tratar con la gente, con los empleados que convivíamos día a día.

AF: ¿Había una ética que se instalaba?

DG: No habían reglas escritas pero se sabía. Y fue eligiendo jugadores con cierto perfil también.

AF: La sensación que tengo desde afuera sin conocerlos es que ustedes, tu generación, ese grupo que jugó cuatro mundiales, es como cuando a los 40 años te juntás con tus amigos del liceo o de la primaria ¿tienen esa relación?

DG: Casi todos. Con algunos tenés más relación, hacés más amistades.

AF: ¿Tienen grupo de whatsapp?

DG: En ese momento teníamos de la selección. Vas perdiendo contacto del día a día.

AF: ¿Y los más cercanos?

DG: Soy padrino de uno de los hijos de Eguren. Concentré con él en Villarreal cuando jugó, concentramos en la selección, después tengo amistad, con muchísimos que nos juntamos y somos hermanos de la vida. Después con Luis, con Stuani, con Corujo, con Fernando Muslera. con Cebolla. Al Cebolla lo conozco de chico, con la Tota hicimos una relación impresionante, con Forlán tenemos una gran relación, compartimos Atlético de Madrid, selección. Nos vemos una vez cada tanto, pero nos juntamos y es como que estuvimos siempre.

AF: ¿Dónde vas a buscar la adrenalina?

DG: No lo sé. De hecho, paré un tiempo, cansado, totalmente agotado, no pasaba ni por el gimnasio. Viajamos con mi familia, hasta que en diciembre, el Chori Castro, me invita a jugar al fútbol amateur. Imaginate el poquito tiempo que pasó pero ya me estaba empezando a picar el bichito y me metí y estoy jugando al fútbol amateur en el interior.

AF: ¿Estás jugando para enseñar?

DG: No. Me metí por diversión, para seguir jugando el fútbol desde otra perspectiva, desde otra visión.

AF: ¿De qué jugás?

DG: De zaguero.

AF: ¿Y no tenés ganas de jugar de 9?

DG: Me encantaría. Pero acá aunque sea full amateur y full off y lo toman con una responsabilidad como si fuera profesional.

AF: Vos lo tomas así, porque sos un capitán en todo sentido. ¿En qué otro puesto te hubiese gustado jugar?

DG: Me hubiese encantado jugar de 9. De hecho de chico cuando arranqué en Rosario siempre jugué de delantero. Cuando vine a Defensor Sporting era volante, era 10, era enganche. Cuando Defensor me deja libre quedo en Cerro jugando de volante, de 8 y después fui retrocediendo.

AF: ¿Si hubieses perfeccionado eso, podrías tranquilamente haber jugado ahí?

DG: No creo. Me han hecho esa pregunta y no creo.

AF: ¿Jugaste con Riquelme?

DG: Llegué a entrenar con él varios meses en Villarreal. Lo conocí y compartimos bastante tiempo. Una bestia. De hecho me hizo pasar mal. Siempre cuento, mi padre aparte me acompañó una semana cuando yo recién fui, que estaba solo. Y claro, yo venía de Uruguay, joven, corría para todos lados, una fuerza, unas ganas. Pero cuando llegué a Europa, otra cosa. A un toque, la cancha de Villarreal era un villar, mojadita, la peinaban antes de entrenar y yo iba a marcar y llegaba siempre tarde. Los tiempos son diferentes, porque juega a un toque, porque la velocidad de la pelota es otra, hasta que te vas acostumbrando. Iba a marcar a Román, te metía el culo y pasaba de largo, te amagaba con el cuerpo y te ibas con la pelota.

Aparte ahí en su momento él estaba entrenando porque se estaba por ir y entrenaba a media máquina, pero cuando hacíamos reducido te llenaba de goles.

AF: ¿Fue de lo mejor que viste?

DG: Yo lo compartí entrenando, viéndolo de fuera, en esa época de los mejores jugadores que vi.

AF: En la búsqueda de la adrenalina, viste que hay deportistas profesionales que se enojan con el deporte, engordan, se dejan estar. ¿Qué relación tenés vos?

DG: Cuando dejé de jugar en esos meses me puse a jugar al tenis porque siempre me gustó el tenis y nunca tuve tiempo. Además nunca me permití hacer algo que pudiera minimizarme o quitarme algo de energía o perjudicarme en el fútbol. Entonces no me lo permití.

AF: Si te pones a jugar al tenis ahora, podés jugar un mundial amateur. Pero, ¿te gusta el deporte?

DG: Me encanta el deporte y me gusta competir.

AF: ¿Te ves dirigiendo?

DG: De momento no quiero porque no estoy preparado para retomar esa vorágine.

AF: ¿Tenés el curso hecho?

DG: No, y quiero ponerme a hacer el curso y sé que me va a llevar un tiempo.

diego Godín Diálogos en Montevideo

AF: Tirame entrenadores que te dirigieron.

DG: Gerardo Peluso acá en Uruguay me hizo debutar. Martín Lasarte, , Daniel Carreño. En Europa Manuel Pedrini, Ernesto Valverde en Villarreal, después Quique Sánchez Flores en Atlético Madrid, Manzano en Atlético Madrid, “El Cholo”, Antonio Conte en el inter y después en el Cali tuve dos o tres.

AF: ¿Y te parecería interesante dirigir?

DG: Es que es una cosa que me atrae. Yo me siento capacitado para poder transmitir, me gusta hasta enseñar, me gusta ordenar. Entonces me siento con la capacidad, por lo menos de eso. No sé si es un buen entrenador y me gusta competir y lo más cercano lo veo por ahí. Lo más cercano de estar un día a día cerca del deporte lo veo por ahí, lo tengo latente.

AF: Tenés 38 años y para mi hoy el fútbol es una industria de entretenimiento. Es más, el futbolista juega pero ante todo debe entretener. Vinicius Junior tiene que entretener además de hacer goles, Mbappe también. Después en la semana tengo que tener un seguimiento del jugador: qué hace en Instagram, a qué yate se sube, etc. Vos sos de la última camada de jugadores que se dedicaron a jugar. La selección argentina son todos pibes que se dedican a intentar ganar. Pero hay una cosa que me gusta en esto de determinar con un tipo como vos, cómo el fútbol va cambiando día a día y no sabes qué fútbol podrías dirigir en tres, cuatro años. Hoy es un fútbol de entretenimiento.

DG: Es tal cual, yo arranqué en una época de fútbol donde hoy los entrenadores que tuve en esa época y en el fútbol que yo aprendí, que yo debuté, es totalmente diferente al fútbol de hoy. Hasta en la forma de llevar la semana, lo que decías, hasta en la forma de cómo convivís en un vestuario. Porque antes los grandes te hacían pasar mal, antes los grandes te marcaban el territorio, te hacían pagar derecho de piso. Hoy ya ha cambiado, hoy los jóvenes, viene alguno capaz que todavía te pisa con 20 años.

De hecho hoy, cada vez más es estadístico, cada vez más es físico, cada vez más es estructurado y ha ido cambiando. Antes por ahí se apelaba mucho más al talento.

AF: Generalmente para que algo se convierta en ciencia, tiene que tener algo que se llama comprobación científica o empírica. O sea que una misma prueba de siempre el mismo resultado, si permito cruzar esa línea tengo ciencia. Pero claro ustedes son futbolistas pero ante todo son humanos, entonces yo noto que el fútbol en el mundo hoy está intentando llegar a una especie de comprobación científica, pero si tenés que cuidar a tu nene a la noche porque llora, empieza la dentición, explicame cómo vas a rendir igual. Eso es lo que me molesta del fútbol, que quieran llevarlos a ustedes a un lugar científico como si fuesen droides.

DG: Siempre pienso en compañeros que convivían con hijos. Yo toda mi carrera la hice sin hijos. Porque había momentos donde llegaba a mi casa, comía, me tiraba a descansar, pero los que tienen hijos e hijos chicos y están enfermos y tienen que ir, no es fácil. Porque el descanso es una pata fundamental en el deporte y más en el de hoy.

Hay técnicos que definen si jugás o no con el GPS de la semana.

AF: Qué asco.

DG: Pasa por ahí. Y como el fútbol de hoy es un espectáculo y cada vez el fútbol se juega a más intensidad y te tenés que preparar mejor. Con todo el calendario de viajes y partidos. Hay que descansar, cada vez es más complicado. Yo no sé cómo hubiera hecho con hijos, me las hubiera arreglado seguramente de alguna manera pero no es fácil. Sobre todo lo emocional, lo que no se puede ver, los problemas que tiene uno en el día a día con su familia, con su pareja, con sus hijos.

AF: Por ejemplo en otros deportes, Agassi número uno del mundo en el tenis, él cuenta en su libro que en un momento tuvo tanto nivel tenístico, jugó tan bien, que había momentos en que se concentraba en punto a punto. Por ejemplo iba a jugar Roland Garros. Sabía que primera ronda Godin, segunda ronda Fantino y era 6-2, 6-1, 6-2 6-0, 6-0, 6-3, entonces él no contaba los puntos. Solo los games y había momentos semifinal y final donde sentía algo de presión, pero nunca miedo. Y DJokovich dice que sí, que sintió miedo, en alguna devolución, en un Wimbledon, cuando está por jugar, siente miedo, siente presión. Contame esas sensaciones, ¿si llegaste a sentir miedo o solo te paraste en la meseta de la presión?¿Sentiste miedo alguna vez?

DG: Miedo te podría decir que sí. Pero yo nunca me paralicé, no es que me quede duro. Yo he estado en estadios o he estado en definiciones o en lugares donde sentí la presión.

AF: Cambio la pregunta, porque de última ese es un miedo colectivo y si vos perdés pierde el equipo. ¿A vos te tocó jugar contra Messi en España en El Barcelona? Entrabas al Nou Camp, veías 140 mil personas, sabías que ibas televisado, y sabías que ibas a hacer un corte, este pibe venía y te metía un caño y vos quedabas como un pelotudo clavado con la cabeza contra un cartel publicitario, esos miedos, ¿cómo los maneja un tipo como vos?

DG: Lo que me pasaba es que ponía en un nivel de tensión, de defensa, de decir estoy al 175% de mis posibilidades para que no me suceda eso. Y cuando te pasaba agachabas la cabeza y la pasabas mal después. Pero no sentía miedo de paralizarme, yo creo que sacaba más adrenalina de mí para intentar doblegarme a situaciones donde el entorno, el contexto, los rivales te exigían y te hacían dar lo mejor de vos. Mi carrera deportiva en Europa fue contemporánea con Messi, con Cristiano Ronaldo, con el Barcelona de Guardiola, de Luis Enrique.

AF: O sea vos tuviste que enfrentar al mejor Iniesta, que venía por tu lado, tenías que pararlo a Cristiano Ronaldo. Enfrentaste al mejor Robben.

DG: Al mejor Robben, al mejor Lewandowski, al mejor Müller, al mejor Ribery, al mejor Ibrahimovi. Sentí miedo, pero no era el miedo que me paralizaba, sino el miedo de que como decimos en el lenguaje futbolístico “apretás el culo” porque no te queda otra y tenés que correr.

AF: Hay una teoría que yo esbocé sobre los centrales que está en Tiktok cortadita. En la antigua Grecia hubo un ejército invencible que era el ejército espartano: Leónidas, los 300, los tipos no perdían una batalla. Pero había un solo ejército que los vencía, que era el batallón de Tebas, el batallón sagrado de Epaminondas de Tebas. ¿Por qué? Porque el tipo había juntado un tipo que se acoplaba con su escudo, con su panople, con espada, juntaba a parejas. En ese momento la homosexualidad o la heterosexualidad era algo absolutamente etéreo. Las formas o las normalizaciones sexuales eran absolutamente comunes, que hubiera parejas gays. Pero Epaminondas decía, si hay dos tipos que son pareja y uno está siendo atacado por un enemigo, la pareja o por amor o por vergüenza se va a quedar ahí. Porque si yo tengo mi pareja y te veo que lo van a matar con una espada, yo no voy a salir corriendo porque por la vergüenza de que mi pareja me vea correr y por amor voy a defenderla a muerte. Entonces yo dije los centrales de la selección tenían que ser pareja. que por amor o por valentía vos te tenías que quedar ahí. El otro día me lo recordaba por supuesto no son pareja pero el Cuti Romero y Lissandro Martínez parece que son pareja. Pero contame la relación con los centrales. ¿Tenés que ser amigo?

DG: Ceo que hay que llevarlo a todo el equipo. De hecho retrocediendo un poquito en lo que hablábamos el gran éxito que tuvo los años de la selección de mantenerse en el Atlético de Madrid, en mi Atlético de Madrid, compitiendo contra todo lo que competimos, fue justamente ese lazo de amistad. Te da un plus. Mis compañeros que compartíamos en el vestuario, éramos amigos, nos juntábamos a comer, nos juntábamos en mi casa con la familia.

Yo terminé de padrino con el hijo de Eguren, padrino de la hija de Antoine Griezmann, vinieron a mi casamiento la mayoría de mis compañeros de España. O sea, lazo realmente de amistad, pero un lazo de verdad. Lo mismo pasó en la selección y seguramente lo mismo debe estar pasando en la selección argentina o debe haber algo importante . Cuando vos jugás con tu compañero al lado, cuando vos competís para defender a un amigo... te voy a defender a muerte.

Porque si vos te llevás mal, como cuando los jugadores se llevan mal con un técnico o se llevan mal con un compañero dicen “corro un metro menos, total, si, no pasa nada”. A veces cuando dicen “bombearon a este o a este otro”, no es que lo quieran bombear, es que les da lo mismo y cuando jugás con amigos no querés que te vaya mal y siempre das un plus. En cualquier deporte, en cualquier trabajo de equipo, ese plus de cada uno más hace la diferencia.

AF: Te pregunto un poquito de ahora, para mí el último 9 de la historia del fútbol es Luis Suárez. Se está yendo el último 9, el universal de 9, la idea perfecta del 9. Se fue, ya está. Cuando se apague este flaco se termina el 9.

DG: La gente me habla de Luis, de esto, y yo siempre digo, Luis se va a retirar, va hasta rengo, gordo, y va a seguir haciendo goles donde lo pongan. Va a hacer goles siempre, y se va a engañar para sacar provecho de cómo esté él, y va a hacer goles. Porque obviamente el Luis de hoy no es el Luis de hace 10 años atrás y sigue haciendo goles.

AF: ¿Cómo era ese Luis?

DG: Insoportable. Como compañero y como rival, es insoportable en todo el sentido de la palabra. Es insoportable por cómo jugaba, cómo competía, era un animal competitivo, de que te quería ganar, sacar provecho de un centímetro. Te lo demostraba en jugadas, en actos, te sacaba ventajas, se tiraba, se simulaba, te pegaba amarilla, si vos le pegabas a él te puteaba, totalmente competitivo como lo sigue siendo hoy. Capaz que en algún momento todavía mucho más. Después como compañero era insoportable en el sentido de que estaba todo el tiempo queriendo ganar, pero se peleaba hasta con la sombra. Protestando al línea al árbitro, imaginate las charlas del maestro con él. Por eso te decía que fue mucho más que un técnico el maestro. No puedes perder un truco, la concentración. No puede perder una cebada de mate. Le decís: “vos cebás peor que aquel y al otro día hace un curso de cebada de mate”.

AF: ¿Cómo es Eguren?

DG: Seba es un tipo pensante. Siempre estaba dando vuelta a todo, quería solucionar el mundo. La charlas de él en la sobremesa en la selección, siempre solucionando temas tácticos. Yo aprendí mucho de él.

AF: ¿Griezman toma mate por ustedes?

DG: Antoine empezó a tomar mate con Carlitos Bueno en la Real Sociedad. Empezó con Carlos, creo que fue el primer compañero uruguayo que tuvo y ahí Carlos lo pasaba a buscar porque era juvenil, entonces le quedaba de pasada de su casa y lo llevaba. Lo cargaba en el auto y le daba el mate, entonces decía “pendejo empezá a servirme mate”. Y ahí fue aprendiendo. También conoció el dulce de leche y alguna otra cosa más que le habrá enseñado a comer y a tomar. Le encanta nuestra cultura: los asados, la música. Porque es raro que un francés, un europeo, tenga esas ganas de invitar gente a la casa.

AF: Contame qué estás viendo ahora. Fuiste parte de esta última selección, ¿qué proyecto ves?

DG: Primero veo un potencial de jugadores con una edad y una experiencia que creo que más tarde, más temprano van a hacer algo grande. A el mundial van a llegar un grupo de jugadores con una edad y un potencial físico y de experiencia brutal. Porque la mayoría de los juegos están en un nivel y en equipos competitivos que sin duda te hacen crecer en el día a día. Pero no lo sabemos, todos se preparan igual, todos tienen la misma ambición. Pero yo veo un gran nivel futbolístico, un grupo humano lindo.

AF: Buscás una adrenalina que te pueda hacer continuar tu vida.

DG: Va a estar en el fútbol. La estoy dilatando, porque hoy me pesa más el cansancio o el querer no tener compromiso, no tener la obligación de ir a entrenar todos los días, etc.

AF: ¿Tenés equipo armado en tu cabeza?,¿Con quién te gustaría trabajar? Yo voy a ser polinizador en Argentina de tu llegada en algún momento como técnico.

DG: No lo tengo armado. Pero estoy seguro que me centraría mucho en elegir un gran profe. Un profe actualizado que pueda manejar el grupo y que tenga por supuesto lo que buscan todos, carisma. A a mi lado tener a alguien que me haga ser yo. Más que me ayude en lo táctico, que es importante por supuesto porque tiene que ser entrenador, que potencie lo mejor del Godín persona, del Godín entrenador. Eso sería lo que buscaría. Y para eso tenés que buscar ahí un amigo con un perfil humilde, con un perfil donde sea querido.

Porque si quiero que potencie lo mío, no puede ser una persona que no sea querida. Desde mi personalidad intento empatizar, intento transmitir seguridad, transmitir tranquilidad, transmitir confianza más allá de la exigencia que pueda dar porque estoy seguro por mi forma de ser y lo competitivo que soy voy a hacer también bravo. Entrar y salir: entrás, metés la puñalada y después salís. Es como un hijo cuando lo tenés que retar, lo retás nomás.

AF: ¿Sos frontal? ¿Si me tenés que sacar me lo decís?

DG: Intentaría ser frontal porque es algo donde creo que mi experiencia como jugador, el jugador lo valora. Vos te podés enojar en el momento, pero capaz que seguramente lo valorás. Ahora, después tengo que actuar en consecuencia.

AF: ¿Cómo querés que te digan las cosas? Porque un tipo de elite como vos, yo te digo: “Diego, mirá, ¿sabes qué? estás jugando mal, Diego. Estás jugando mal. Lamentablemente”. Ya me estás poniendo cara de culo. Ya te estás enojando, boludo. Ya te enojaste. ¿Cómo lo dirías?

DG: Intentaría decirte las cosas pero poniéndome en tu lugar. Decirte: “mira, yo sé que te vas a enojar, sé que no te gusta, que no lo vas a aceptar, que yo te diga que estás jugando mal”. Porque por lo general uno piensa que siempre estás haciendo las cosas bien o que las hace bien. Por lo general el ego del futbolista es así, y más en un vestuario. Pero ponerme en el lugar tuyo: “decirte mirá Alejandro, la verdad sé que capaz que no lo vas a aceptar, que no me vas a entender, que vos pensás que tenés que jugar, pero yo estoy viendo que para el equipo en este momento necesito esto y no lo que me está dando vos”.

AF: ¿Y todo lo que hice por vos, cuando jugué infiltrado y todo y ahora me limpiás?

DG: Pero el tema es que yo tengo que mirar por el equipo.

AF: Dale, ¿así sos en la vida?

DG: Hay que priorizar el equipo.

AF: Dale, dale.

DG: Bueno, entonces te echo a la mierda. Y ahí te pasas para el otro lado y te enojás.

AF: Sos un fenómeno, ojalá que todo lo que venga sea con suerte.

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