Los salones escolares llevan el pulso de la sociedad. Cada vez hay más bancos vacíos: nacen menos niños, hay menos repetición y más ausentismo. Cada vez hay más acentos caribeños que salen de esos cuerpos vestidos de túnica blanca y moña azul. Y cada vez hay menos hijos de uruguayos retornados ensayando el cual retazo de los cielos, de los cielos.
Un nuevo informe del Monitor Educativo de Primaria revela que en 2023, últimos datos disponibles, hubo niños matriculados en la escuela pública uruguaya que habían nacido en 64 países diferentes. Pero esa aparente diversidad no es tal cuando se analiza los números al detalle.
Porque así como cada vez hay más venezolanos y cubanos, cae la cantidad de nacidos en España y Estados Unidos. “Se observa una disminución importante de la participación de los orígenes de retorno”, posiblemente como consecuencia de que se cortó la vuelta al país de uruguayos que se habían ido a hacer “la Europa” o “el sueño americano”.
Menos del 5% de los extranjeros matriculados en la escuela pública uruguaya nacieron en Estados Unidos o España (hace un lustro eran la tercera parte de los escolares inmigrantes). En cambio, los “nuevos orígenes latinoamericanos” (con Venezuela y Cuba a la cabeza) pasaron del 31% al 64%.
Cuando se observa todavía más en detalle, dice el informe de Primaria, solo el 2% de los nuevos ingresos (de quienes se matricularon en la escuela por primera vez el último año) era de orígenes de retorno. Eso muestra el enfriamiento de ese flujo migratorio.
¿Efecto ghetto?
El Observador había contado que la avenida 18 de Julio, la principal arteria de la capital uruguaya, es como una columna vertebral de la que se ramifican, a ambos lados, las escuelas más diversas. En ellas más de la quinta parte de los bancos de clase —y en algunas hasta más del 40%— están ocupados por niños que pronuncian la “y” como si fuera una “i” y no una doble “l”, con alumnos que hablan de autobús, de buseta y guagua en lugar de ómnibus, de paladares acostumbrados a la harina de maíz, el desayuno con frijoles o el plátano maduro.
Es el reflejo de cómo los nuevos inmigrantes se distribuyen en el territorio. El último censo demostró que en el Municipio B de Montevideo, donde se concentran los servicios, la mayoría de refugios del Mides, pensiones y oficinas, uno de cada diez habitantes nació en el extranjero. Más de siete de cada diez (72%) se vino a vivir en la última década. Es decir, barrios como Ciudad Vieja, Cordón, Barrios Sur, Palermo, Cordón, Centro y Parque Rodó dieron cobijo a más de 11.000 inmigrantes recientes.
En Montevideo es donde se verifica mayor cantidad de escolares inmigrantes: en números absolutos y relativos. En el interior, Rocha, Rivera y Maldonado son quienes concentran porcentajes más alto, pero lejos de lo observado en la capital.
Y eso que la cantidad de niños inmigrantes viene en aumento:
¿Cómo es posible que aumente la cantidad de niños nacidos en el extranjero y, a la vez, caiga la matrícula escolar en general? Otra vez: los salones de clase son el termómetro de la marcha de la sociedad. Nacen menos niños, los pocos que hay transitan más rápido (porque cae la repetición), y como dijo el director del Instituto Nacional de Estadística, Diego Aboal: "Todo indica que la inmigración en Uruguay sirvió para compensar a la gente que se fue. Todos los cálculos apuntan a eso, a un saldo migratorio cercano a cero".
El perfil de los escolares extranjeros
En Primaria hay una máxima: la escuela siempre está abierta para recibir a un niño. Por eso no importa la época del año —siquiera la documentación—, la “educación es un derecho”. Prueba de ello, muchos de los recién llegado quedan desfasados de grado, o bien han perdido parte de su escolarización en la ruta migratoria antes de llegar a Uruguay.
Por eso “los estudiantes inmigrantes reportan niveles más altos de extraedad que los nativos”, advierte el informe del Monitor Educativo. Eso tiene un correlato etario: los extranjeros son, en promedio, más grandes que sus pares escolares nacidos en Uruguay. Y tiene un efecto cascada: se estancan más que los locales.
“En 2023 la repetición entre los inmigrantes más que duplicó a la de los nativos (2,3% y 1% respectivamente). Si se controla por grado, estas diferencias se acrecientan, tanto en 3° como en 6°”, reporta Primaria. En realidad los nacidos en países de retorno o en los tradicionales Argentina y Brasil tienen un desempeño casi idéntico a los nacidos en Uruguay. La diferencia se da en los nacidos en Venezuela, Cuba y otros países de América Latina y el Caribe cuya repetición triplica a la de locales.
Eso sí: tras el primer año de ingreso —el shock y la adaptación inicial— “mejora el rendimiento de los niños inmigrantes”.
InmigrantesPrimaria2024.pdf