La muerte repentina de Gustavo Basso, uno de los principales socios de Conexión Ganadera, en un accidente de tránsito, sumado a la crisis de confianza en el sector de inversiones en ganado que se viene arrastrando por la caída del Grupo Larrarte y luego de República Ganadera, complicó la situación de la empresa y dificultó que se pudiera cumplir con los pagos de la rentabilidad y las devoluciones en las últimas semanas.
De todos modos, desde la empresa se informó a El Observador que está “absolutamente descartado” la presenteción de un concurso de acreedores. Se señaló que la forma de proteger el capital en este momento es no realizar movimientos financieros ni vender ganado, para esperar que pase el nerviosismo.
Los plazos que está pidiendo la empresa respecto a las obligaciones vencidas van desde los 30 a los 45 días, según informaron clientes de la firma. En tantio, desde la empresa se señaló que la intención es poder regularizar los pagos a partir de febrero, según se ha comunicado a inversores y a sus representantes.
Asimismo, Conexión solicitó una auditoría externa y recién tendrá los resultados el 27 de enero, por lo que tiene previsto realizar un encuentro por streaming con los inversores el 29 de enero para darles a conocer el estado de situación de la empresa.
Una muerte y un cúmulo de factores que complicaron la ecuación
El accidente de Basso en ruta 5 justo ocurrió el 28 de noviembre, al día siguiente de que se había anunciado que Conexión Ganadera ofrecería una solución para reabsorber a los inversores de República Ganadera, la segunda empresa del rubro que caía en 2024.
Luego de que fracasara esa salida, por la muerte de Basso, República presentó a fines de noviembre el concurso de acreedores voluntario que aún no fue aceptado por la justicia.
Para ese entonces ya el sector de las inversiones ganaderas experimentaba una crisis de confianza por la caída del Grupo Larrarte, cuya situación explotó en setiembre, luego de que El Observador informara de las primeras denuncias por estafa.
Al morir Basso, que era quién manejaba las finanzas de Conexión, su socio Pablo Carrasco, que se dedicaba al manejo del ganado, no tenía el acceso a la cuentas bancarias y a los estados contables, por eso decidió pedir la auditoría.
Ahora se sumó también el conflicto gremial de la industria frigorífica, que imposibilitó la faena de ganado donde la empresa también tenía varios millones de dólares para cobrar, se señaló.
Conexión Ganadera es la empresa más grande del sector y la más antigua ya que este año cumplirá 25 años de operaciones. En estos años nunca tuvo problemas de pago.
Ante la situación actual, hay grupos de clientes de la empresa que se están asesorando con abogados y están a la espera de que se concreten los pagos de las obligaciones.
Juan Pablo Decia, uno de los abogados que ha presentado denuncias penales en representación de clientes del Grupo Larrarte y de República Ganadera, empezó a analizar la documentación referida a Conexión Ganadera.
Decia dijo que sus clientes serán “muy cautelosos y respetuosos en los plazos de espera que está pidiendo la empresa para poder ponerse al día en obligaciones que están vencidas”.
“No descartamos ningún accionamiento judicial, máxime si tenemos presente los antecedentes recientes de Larrarte y República Ganadera que comenzaron de una manera muy similar a la que hoy se está presentando con Conexión”, agregó.
De todos modos, dijo que da “por descontado que Conexión Ganadera es solvente y tiene respaldo para honrar todos sus compromisos a medida que vayan venciendo. Estamos hablando de una empresa que hace cuestión de un mes manejó la posibilidad de comprar a una empresa con un pasivo de US$ 70 millones, como es República Ganadera”.