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22 de marzo 2025 - 5:00hs

Hay niños que se supone van a clase, pero no están escolarizados. Son niños que están inscriptos y asisten a una institución educativa, pero no figuran en las estadísticas oficiales. Son niños que pese a estar matriculados en un colegio, a efectos de la autoridad educativa es como si no existieran. Son los niños que van (o iban) a instituciones irregulares. Niños fuera del radar.

El año lectivo 2024 finalizó con el anuncio del cierre de al menos seis colegios privados (algunos de los cuales luego fueron rescatados por los padres). El sindicato de trabajadores del sector calificó el escenario como una “crisis”. Las autoridades educativas dijeron que era “esperable” ante la “gran caída de nacimientos”. Y, pese a ello, el 2025 empezó con más instituciones habilitadas y autorizadas. ¿Cómo es posible?

Primaria habilitó o autorizó 21 “nuevos” colegios. O no tan nuevos. La mayoría funcionaba “hace unos años”, habían iniciado el trámite, pero no habían tenido la validación final. Les faltaban detalles a los planos, o la construcción “ecológica” escapaba a las exigencias oficiales, o los salones eran demasiados rudimentarios, o los dueños no sabían cómo presentar los papeles, o las jurisdicciones venían con retraso (sobre todo en la costa de Canelones y Maldonado donde se dio el crecimiento poblacional), o un largo etcétera.

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Pero esa no era la realidad de, por ejemplo, dos colegios que las inspecciones de Primaria habían detectado, sus dueños se negaban a iniciar los trámites y fueron intimados.

En este tipo de instituciones —las que estaban fuera de control, como aquellas que tenían demorados los documentos—, la vieja normativa permitía que los escolares rindieran una prueba de egreso que les acreditaba los saberes. Era una medida tan flexible que, entre sus posibilidades, acababa permitiendo que alguien no curse la escuela y luego “limpiaba el legajo” con un simple examen.

La Administración Nacional de Educación Pública modificó la norma. No solo por el criterio de acreditación, sino porque la existencia de colegios irregulares dejaba a cientos (tal vez miles) de niños en un agujero negro: el Estado no podía controlar que sus derechos no estaban siendo vulnerados, las inspecciones no podían atestiguar la calidad educativa, y las estadísticas dejaban de ser universales.

Fuentes de la inspección de Primaria estiman que “el 98% de las instituciones ya están regularizadas” y esperan acabar el año con el 100% en regla. Pero eso exige un compromiso de los padres. Sucede que hay pequeñas comunidades en que, por razones filosóficas, los adultos responsables no quieren que sus hijos asistan a centros educativos habilitados o autorizados. ¿El problema? La Constitución garantiza la libertad de enseñanza, pero el mismo artículo dice que el Estado tiene que mantener la higiene, la moralidad, la seguridad y el orden públicos. Y fuera de regla, el Estado no aparece.

¿El colegio al que asiste su hijo está habilitado o autorizado? Aquí está la lista completa que Primaria actualizó este mes. Los nombres figuran tal cual están en la nomenclatura. Las instituciones que no acabaron el trámite no aparecen en la lista, pero es el derecho de los padres pedir el número de expediente.

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Las nuevas tendencias

En Uruguay mueren cada año más personas que las que nacen. Es el resultado de lo que se “veía venir”, por la notable caída de nacimientos, pero que se adelantó cuando la pandemia del covid-19 trajo más fallecimientos de los esperados. Y como consecuencia de este fin del crecimiento poblacional, las escuelas y colegios van notando cada año una pérdida de alumnos.

¿Por qué, en cambio, hay zonas en las que florecen nuevos colegios? El Arca (Atlantida), Luz del Sol (a mitad de camino entre Punta Ballena y Maldonado), Garzón School (norte de Punta del Este) e Ikigai (El Chorro de Punta del Este) son la respuesta a los movimientos poblacionales que también mostró el último censo.

La pandemia aceleró el proceso migratorio de montevideanos hacia la costa este. Y también fue impulso para la instalación de familias extranjeras (más bien argentinas) en el eje de la ruta Interbalnearia.

Estas instituciones educativas nuevas o casi nuevas —porque sí habían iniciado el trámite de habilitación o autorización— tienen la particularidad de contar con niños matriculados cuyos padres no hace tanto tiempo que están radicados en la zona.

La otra tendencia que se ve en la nomenclatura privada 2025 es el proceso de regularización de aquellos colegios con modelos pedagógicos alternativos. El colegio Rudolf Steiner del Bosque (Lagomar), Pindó (en Marindia) y Luz del Sol (Maldonado) usan el método Waldorf. A su vez, D'amore Montesssori School e Ikigai siguen los principios Montessori.

Y por último, algunas instituciones forman parte (o quedan ancladas) en proyectos inmobiliarios que las exceden: Garzón School o el Centro Coeduativo Imagine.

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