"Es momento de estar adentro, vienen a dormir", dijo la directora del proyecto Pájaros Pintados, en referencia a los testimonios de adolescentes que pasaron por ese hogar del INAU y dijeron sentirse "encerrados" porque les trancaban las puertas durante la noche.
La información es parte de un informe técnico que realizó Unicef a solicitud del INAU, en el que especialistas independientes estuvieron durante un mes asistiendo a las dos puertas de entrada que tiene el Instituto de la Niñez: Magnolia, destinado a adolescentes mujeres, y Centro de Breve Estadía (antes Tribal), destinado a adolescentes varones. Cuando en la puerta de entrada de varones se quedan sin camas, los derivan en ocasiones al proyecto Pájaros Pintados, a un espacio destinado a "camas de emergencia".
El informe dice: "Este es un lugar al que los adolescentes no quieren ir. Relatan vivencias y situaciones inadecuadas, como el cierre de las puertas de las habitaciones por la noche, hechos de extrema violencia entre adolescentes y ausencia de referentes adultos". "No me gusta la forma en que nos tratan, nos encierran hasta el siguiente día en que venimos para acá", describió un adolescente en las notas de campo que hicieron los técnicos y que aparece en el estudio.
El documento también describe que durante julio, mes en el que se realizó el trabajo de observación, "se constató que se utilizan estas camas de emergencia aún cuando no se haya completado el cupo máximo de 15 adolescentes en el CBE". "La lógica de utilización de Pájaros Pintados parece ser otra: como 'desagote' al clima complejo de convivencia" en el ex Tribal. Por otra parte, los equipos de la puerta de entrada de ese centro plantearon una visión distinta y describieron que, si bien antes se usaba "para descomprimir" la violencia, enviando a los adolescentes más problemáticos para Pájaros Pintados, por lo que terminaba siendo como una "sanción o castigo" hacia ellos. Ahora, sin embargo, los trabajadores mencionaron que el criterio cambió, y se envían a "los mejorcitos". Ese último criterio, sin embargo, no se corresponde con las vivencias de los adolescentes que van para ese centro.
Nada de esto cayó bien a la directora de Pájaros Pintados, Mabel Germán, que, en diálogo con El Observador, cuestionó el relato de los adolescentes plasmado en el informe de Unicef. "Hay un trabajador que está con ellos toda la noche, se cierran las puertas del sector por razones de seguridad. Es como la puerta de una casa", dijo Germán.
En Pájaros Pintados tienen ocho camas de emergencia, distribuidas en cuchetas en dos dormitorios. "Se cierran las puertas con llave de la entrada del sector, vinieron a dormir. Si tienen problemas, si se quieren ir, se pone al tanto al responsable, en este caso del ex Tribal. Viene la camioneta y se lo lleva. Después de las 9 de la noche no se pueden ir solos, salvo que lo habilite el responsable por escrito", agregó.
Cuando se le pregunta por qué cree que lo adolescentes dieron testimonios negativos con respecto a Pájaros Pintados, Germán respondió que puede estar vinculado con lo que pasó a principios de año, cuando en otro sector había tres adolescentes que ejercían "suma violencia", "los escupían cuando pasaban por el patio" y hasta "les robaban las cosas" o los "amenazaban verbalmente". "Capaz que tienen resabios de esa época", agregó Germán. Afirmó, sin embargo, que eso "hoy no pasa".
"Tenemos chiquilines violentos, que apedrean ómnibus, con problemas serios, de bandas del Cerro. Es el único hogar de Montevideo especializado en violencia extrema y vulnerabilidad extrema", dijo la directora de Pájaros Pintados.
El proyecto está ubicado en el barrio Conciliación. Es una casona grande, con un patio en el centro que es el que divide a los cuatro sectores, que no tienen contacto entre sí: en uno de ellos están los adolescentes con "discapacidad severa" en cuando a su conducta, en otro hay niños de 11 años que "pueden convivir" con otros de casi 18; está el sector de los que están por egresar, y por último el de las camas de emergencia.
Pájaros Pintados, además de tener camas de emergencia para el ex Tribal, tiene convenio con el Mides, y recibe a adolescentes que salen de su internación en el Inisa, que es donde se interna a los adolescentes que cometen delitos.
A la vuelta, además, el proyecto tiene una casona, la Casa de Contexto, en donde tiene a 12 adolescentes que tienen vínculos con su familia y donde trabajan en la inserción y los vínculos.
Los mayores problemas, sin embargo, se presentan en la casa principal. "Tenemos montones de dificultades, por supuesto que sí, cuando se enojan, rompen todo y tenemos que internarlos en clínicas por consumo (de drogas). Es casi cuerpo a cuerpo, es complejísimo. Nos equivocaremos, aceptamos la crítica cuando corresponde, cuando no, no", dijo Germán, quien puso en duda "el rigor técnico" del informe de Unicef.