En el libro el hombre cuenta que tenía 17 y todavía no había cumplido la mayoría de edad cuando Penadés, de por entonces 27 años y edil de Montevideo, lo levantó en su auto, en el Centro.
Lo llevó primero a tomar una Coca Cola a una pizzería cercana y después a su apartamento de Bulevar Artigas y Maldonado.
Para la investigación, Viana contó que volvió varias veces a ese apartamento y que mantenía un vínculo sexual con Penadés a cambio de beneficios: que lo ayudara a conseguir un trabajo o que le comprara comida y los útiles para sus estudios de peluquería en la UTU. Además, agregó otra ubicación clave: la casa de veraneo de Penadés en Punta del Este, donde se organizaban fiestas, en ocasiones plagadas de excesos y que son descritas en el libro.
También apuntó a un episodio ilustrador sobre la conducta de Penadés, el día en que en un boliche frecuentado por homosexuales alguien lo identificó como uno de los chicos Penadés.
Viana narró las dos veces que fue a fiestas en Punta del Este —que cuando caían los 6 de enero eran bautizadas La fiesta de las reinas— y en una de ellas recordó que tuvo que ir prácticamente desnudo, usando un arnés que solo cubría sus genitales y un collar de perro, cuyo extremo —según recoge el libro— Penadés sujetaba para pasearse entre los invitados.
Pero las excentricidades sexuales incluían golpes y agresiones (físicas y verbales), según el relato de este hombre.
Viana dijo que Penadés le daba “sopetones” cuando se negaba a cumplir con determinada acción. Y enumeró algunos de los insultos que recibía: “marica de mierda”, “sin mí no sos nada”, “nadie te va a querer”.
"(A Penadés) le gusta el poder, tener el poder, por eso le gustan los chicos jóvenes. Yo sabía, por otras personas, que a él le gustaban cada vez más jovencitos, porque él más o menos ya con veinte años, él ya no te miraba, pero con 18, 17, 16, 15, se volvía loco. Porque, claro, a un chico de 15 años es muy fácil manipularlo, encima si tú le das dinero, aún más, es más fácil Porque cuando yo quise dejarlo, fue cuando empezó a ofrecerme dinero", relata Viana en la entrevista para el libro.
"Jugaba con tus estudios, con que no te preocupes que te van a llevar a la noche a tu casa, no te preocupes que no te va a faltar nada, no te preocupes que vas a tener para comer, no te preocupes que yo te hago la compra del supermercado. El tenía esas cosillas que te iban tomando", cuenta.
Otros episodios que involucran a Viana, pero también a otras víctimas, forman parte de esta investigación periodística sobre el fundador de la Lista 71.
Habló el excomisario Carlos Taroco: dijo que hizo un trabajo de "inteligencia"
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Gustavo Penadés
Inés Guimaraens
Para la investigación también habló por primera vez el expolicía Carlos Darwin Taroco, exdirector del Comcar, hoy preso tras ser condenado y haber reconocido su responsabilidad en la elaboración de una “trama” para dar con las identidades de los denunciantes de Penadés y eximir de responsabilidad al exsenador.
El expolicía, sin embargo, aseguró que lo que hizo no fue un trabajo de investigación, sino de “inteligencia” con el que pretendía obtener “semiplena prueba” para denunciar en fiscalía delitos que estaba convencido cometía Jonathan Mastropierro.
El trabajo de “inteligencia” apuntaba principalmente a este joven —que en 2020 estuvo preso por estafa y que es uno de los denunciantes de Penadés— y, a partir de él, a otras personas, incluyendo a Romina Papasso y a otro denunciante que declaró de forma anticipada ante la fiscal Alicia Ghione.
Taroco reclutó a colaboradores para que lo asistieran en la elaboración del diagrama de vínculos, que se muestra en el libro. Para ello se valió del acceso a información policial privilegiada y recursos de la Policía.
A uno de los presos —uno de los participantes del trío que hizo Penadés junto con Mastropierro y cuya foto fue de las primeras en ser divulgadas en el caso— lo cambió de celda para que estuviera junto con su padre a cambio de que le diera información que pudiera inculpar a Mastropierro. "El gurí me contó todo lo que pasaba, un mundo oscuro, que es lo que me impactó más a mí, porque se persigue a una persona porque es política, pero no se persigue el delito, que es gravísimo, porque esto no termina en una persona. Yo no vi a más personas tras las rejas, y yo llegué a más personas. Había caído todo arriba de este hombre por ser una figura política, que seguramente había mucha más gente involucrada que hacía lo mismo, y nunca la viste nombrar. Nadie habló de eso. Eso estaba en mi celular", dijo Taroco para el libro.
Aunque Taroco reconoció su responsabilidad y accedió a firmar un acuerdo abreviado con la fiscalía (por el que recibió una pena de tres años de cárcel), en la entrevista incluida en el libro insistió en que lo que hizo fue un trabajo de investigación más. En su argumentación, Taroco sostiene que en su celular hay información suficiente que sería de utilidad para que la Fiscalía investigue otras redes de explotación sexual, en las que, asegura, está involucrado Mastropierro. Sin embargo, dice que fue desestimada por las autoridades.
"Yo sé que Mastropierro es muy manipulador. Hay que destacar la virtud del hombre: es muy, muy inteligente. Yo mismo le dije una vuelta: 'Vos, si te dedicás a hacer las cosas bien, loco, hacés ciberseguridad para un banco, pasa que a vos te llama la plata", dice Taroco en el libro. "Es un tipo que tiene la autoestima allá arriba y eso ayudaba
También aseguró que no ayudó a Penadés por “beneficio ninguno”, porque él es “del Frente”, pero que empatizó con Penadés y vio la oportunidad de que el trabajo lo dejara “bien visto”.
"No dudo de lo profesional que es la fiscal Ghione, yo también le puse corazón al caso Penadés, no la juzgo por eso, pero creo que ella le puso más corazón que yo todavía, y se armó una teoría donde nada de esa teoría puede estar bien y no dejó la puerta ni una ventanita para la posibilidad de la mentira, el engaño y la manipulación", expresó el excomisario.
Cómo sigue la causa
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La fiscal del caso Penadés, Alicia Ghione
Inés Guimaraens
Por el momento, la fiscal Alicia Ghione cuenta con 12 declaraciones anticipadas contra Penadés (11 de víctimas y otra de la abuela de una de ellas), aunque tiene en trámite al menos otras dos, según informó El País en los últimos días.
En su declaración ante la fiscal incluida en la investigación —para la que fueron consultadas más de 100 personas e incluye documentación tanto pública como reservada en la carpeta fiscal—, Penadés negó los hechos que se le acusan. A pesar de las descripciones sobre los abusos, el exsenador aseguró que nunca agredió ni agrediría a nadie.
Dijo estar seguro de que “jamás” salió con menores, según declaró en la Fiscalía, aunque en el caso de Mastropierro —con quien reconoció haber hecho un trío— sostuvo que supo su edad “meses después”.
La fiscal tiene tiempo hasta junio para presentar su acusación, aunque puede pedir una prórroga hasta octubre. En cualquier caso, tal como recoge el libro, 2025 terminará con un juicio y un veredicto sobre el futuro de Penadés, cuya prominente carrera política ya es parte del pasado.