Tenía a Carolina Cosse a un costado y en el otro al presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, pero el secretario general del Partido Socialista no escapó a reivindicar un plebiscito de la seguridad social que tiene dividida a toda la izquierda y del que los dos compañeros a su lado ya se habían desmarcado: “Es un tema incómodo, difícil, pero creemos que sin incomodidad no se puede cambiar la historia”, proclamó Gonzalo Civila en la Casa del Pueblo en agosto.
El candidato al Senado por la lista 90 no ha sido el único en aguijonear a la campaña central del Frente Amplio, ni el plebiscito es el único motivo de cuestionamiento para ciertos sectores de la izquierda.
En las conversaciones de pasillo es un frecuente comentario –en especial entre quienes respaldaron a Cosse en las internas y militan por el plebiscito de la seguridad social – cierto desánimo por lo conservador de la campaña liderada por el candidato Yamandú Orsi, aunque nadie niega que es el camino que hoy en las encuestas más los ha aproximado a los guarismos necesarios para tener la mayoría parlamentaria.
Prueba de ello fue hace dos semanas la intervención de la dirigente del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), Gabriela Iribarren, ante los cabezas de lista del Secretariado Ejecutivo, en que enfatizó en la "falta de entusiasmo" de la militancia izquierdista.
En esa reunión con cabeza de listas –previo a las grandes barriadas y al acto multitudinario de este martes en el Parque Batlle– el comando refirió a “despertar al mamado” de la estructura militante para poder garantizar la victoria. Antes lo fue una carta del comité Nelson Mandela a la Coordinadora A –planteo al que prefirieron no adherir otros comités de esta zona céntrica de Montevideo–, aunque explicitando su disgusto por una campaña que venía siendo “tibia y poco firme”.
"Revolución de las cosas complejas"
Esta vez, los cuestionamientos quedaron plasmados en una columna del dirigente Juan Pablo Pío –coordinador general de campaña de la lista 90– publicada por el órgano partidario El Sol. “La revolución de las cosas complejas”, tituló este exasesor de la Presidencia de la República durante el último gobierno de Tabaré Vázquez, polemizando con el eslógan alzado por el comando de Orsi en los últimos meses para justificar la estrategia escogida: “La revolución de las cosas simples”.
Pío repasó la trayectoria desde el primer triunfo del gobierno, cuando a su entender los frenteamplistas comenzaron a naturalizar los logros. “Y ahora siento que focalizamos la idea de progreso en las condiciones materiales, sin ahondar un poco más en el sentido colectivo y político del proyecto, en sus causas y sus razones y también de la propia vida. Perdimos la épica, y con ella el contacto con la realidad. Dejamos un país muy diferente al del 2002, pero de eso ya ni nos acordamos. Y yo siento, personalmente, que le falta eso a la campaña”.
Este abogado que asesoró a Vázquez y luego a Daniel Martínez en la Intendencia de Montevideo (IM) consideró que “aun ganando, hay muchas maneras de vencer”. Señaló que pueden “tener la sensación de que las estrategias electorales se guían cada vez más por lo que dicen los estudios de opinión pública” y que eso “no puede condicionar la totalidad de nuestras acciones”.
“Para ser más claros: me resisto a plantear solo las cuestiones que parecen suscitar acuerdos evidentes. Las ideas más desafiantes nunca son mayoritarias en su origen, pues los límites suelen ser más nuestras propias limitaciones. Nuestra campaña no puede reducirse a esto”, objetó Pío.
El dirigente agregó que “es una trampa” la “sensación vox populi” de la “famosa corrida hacia al centro, un centro que no existe y que, de ser tal, debe ser politizado”. “El centro como punto de acuerdo no es el problema sino su definición como espacio político por el que se pelea. Para ser de centro, se deben compartir las razones de la parte poderosa del conflicto. El centrista tiende a enterrar un poco más los temas políticos bajo soluciones pseudo técnicas. ¿Cuál es el centro en el acceso a derechos fundamentales como vivienda, educación, trabajo y jubilación justa?”.
En una línea similar se ha pronunciado en los últimos meses el líder del Partido Comunista, Óscar Andrade, quien varias veces ha conminado a la izquierda “a sacarse con peine fino” la idea de que los indecisos son un público de centro por el que disputar, al tiempo que ha desafiado a la estructura a “no esconder su programa” y dar una “batalla cultural” para que también la gente milite desde el llano los cambios impulsados por el gobierno.
Pío afirmó al respecto que “la politización de la sociedad es tan importante como la socialización del Estado y la radicalización de la democracia”. “Y el gobierno es válido si implica un paso hacia la meta final. El centro de la estrategia sigue siendo la sociedad. Además de ganar las elecciones, importa la orientación de las políticas públicas. De aquí la importancia de los equilibrios internos en un futuro gobierno”.
El dirigente añadió que el Partido Socialista pretende una discusión “más ideológica y menos pragmática” en “el marco de la campaña general”. También sentenció que el plebiscito de la seguridad social supone “una gran oportunidad para contrastar modelos y poner el foco en cómo se distribuye el peso de nuestra sociedad”. “En explicar cómo nuestra sociedad es más rica, crece, pero es más desigual. En evidenciar las contradicciones estructurales de un sistema injusto”.
