El Frente Amplio regresará al gobierno, esta vez liderado por Yamandú Orsi, quien se impuso en el balotaje con un 49,84% de los votos frente al 45,87% de Álvaro Delgado. Con una diferencia de 95.000 votos, Orsi logró revertir el dominio de la coalición de derecha la noche de las elecciones nacionales, y se convirtió en el nuevo presidente de Uruguay, marcando el regreso de la izquierda al poder tras cuatro años de gestión nacionalista.
La clave del triunfo estuvo en la capacidad del Frente Amplio de mejorar su votación en el interior del país, ganando en departamentos como San José, Salto y Paysandú, que se sumaron a sus tradicionales bastiones de Montevideo y Canelones. Este resultado permitió a la fuerza política superar el 43,86% obtenido en octubre y alcanzar un porcentaje que no lograba desde las elecciones de 2019, consolidando un giro en el mapa político reciente.
Pero el regreso al Ejecutivo trae consigo un desafío poco común: gobernar sin mayoría propia en el Parlamento. Aunque conserva la mayoría en la Cámara de Senadores, no lo hace en la Cámara de Diputados con 48 diputados, así que el Frente Amplio deberá negociar cada proyecto en un escenario legislativo más fragmentado en la Cámara Baja, algo que no enfrentó durante sus tres gobiernos anteriores. Este nuevo contexto político demandará mayores acuerdos para avanzar en su agenda.
Y eso, esa situación, se vio plasmada en los discursos tanto del ganador como del perdedor. El Observador realizó un análisis de discurso a través de datos, que plasma lo simbólico de las palabras utilizadas por cada candidato para cerrar la carrera hacia la presidencia.
El discurso de Yamandú Orsi: "país", "democracia" y "construcción"
Desde las afueras del hotel NH Columbia, en un escenario rodeado de banderas del Frente Amplio y de las agrupaciones políticas que lo componen, estaba Carolina Cosse vestida de blanco con un blazer rojo. Sostuvo dos rosas que le entregaron desde el público en medio de su discurso y, antes de darle paso al nuevo presidente electo, dijo "sabremos cumplir", en alusión al himno nacional, y "cuando empiece a amanecer...".
En ese momento fue que apareció Yamandú Orsi, entre cánticos de militantes y votantes, con la amenaza de la lluvia latiendo. Un traje gris oscuro, la camisa blanca y sin corbata, un reloj de malla negra y un cinturón de cuero negro, también. Futuros presidente y vicepresidenta se dieron un abrazo sobre el escenario y los cánticos se volvieron aún más intensos.
Al retirarse Carolina Cosse de las tablas, Orsi quedó solo con un escudo uruguayo proyectado en una pantalla de atrás. Encima, otro cartel lumínico con las palabras "Yamandú Orsi presidente". Con una sola mano sosteniendo el micrófono, y con mucho más soltura para utilizar la mano que tenía disponible en comparación con su discurso la noche de las elecciones nacionales el 24 de octubre, comenzó nuevamente con una frase llena de épica: "y a pesar de la lluvia está aclarando el horizonte y eso es importante".
En su discurso tras el triunfo, Yamandú Orsi eligió palabras clave que reflejan tanto su llegada a la presidencia como su intención de promover un mensaje integrador. Términos como país, democracia, triunfo, Uruguay y presidente resaltaron su victoria frente a la coalición. En cambio, palabras como construcción, abrazo, idea, política e integración evidenciaron un tono conciliador, buscando tender puentes con el 46% de la población que apoyó a Álvaro Delgado y su proyecto político.
Mientras que Orsi hizo referencias geográficas a los "rincones" del país donde se votó a su fórmula presidencial, y acompañó su discurso con lenguaje inclusivo, por ejemplo diciendo "aquellas y aquellos" (siempre poniendo al femenino adelante del masculino), la pantalla que lo acompañaba fue pasando hacia el mensaje "Yamandú presidente".
Se trató de un discurso que se paró desde el lado del triunfo. Y, de hecho, hizo referencia más de una vez a la "derrota" de los otros, sin si quiera mencionar a su contrincante Álvaro Delgado, o a la coalición de partidos tradicionales a la que se enfrentó en las urnas. En vez, se refirió a los votantes de ese proyecto político y planteó en más de una ocasión una integración con el casi 46% de la población que no lo prefirió.
"Esa gente también nos tendrá que ayudar a construir un país cada vez mejor, a ellos también los precisamos", declaró sobre el escenario.
El discurso de Álvaro Delgado: "todos", "coalición" y "acuerdo"
Mientras que Orsi empezó su discurso con los agradecimientos, sobre todo a los militantes, quien cerró con ese concepto fue Álvaro Delgado sobre un escenario en la calle bulevar Artigas a la altura de Chaná. Dicen las crónicas de esa noche que pasadas las 20:30, cuando las proyecciones de escrutinio de las encuestadoras ya daban ganador al Frente Amplio, los festejos de afuera del búnker del Partido Nacional y las bocinas de los autos eran, justamente, dirigidas al triunfo de la izquierda.
Y, sobre las tablas, minutos antes de que Delgado diera su discurso, la pantalla decía "La coalición festeja la democracia", un mensaje fuerte comparado al que habían planteado en las elecciones nacionales: "Coalición 2030". De a poco, fueron subiendo miembros del Partido Nacional, seguidos de los líderes de la coalición republicana (Andrés Ojeda, Guido Manini Ríos, Pablo Mieres y Eduardo Lust).
Los cánticos estallarían en el acto del Frente Amplio, pero en el de la coalición eran más bien pocos y con relativa constancia. Álvaro Delgado entró con una bandera de Uruguay en la mano, mientras que detrás de él se fueron posicionando Leticia Lateulade, su esposa, sus tres hijos, y Valeria Ripoll con los suyos. El traje era apenas más oscuro que el de Yamandú Orsi.
Una de las diferencias estuvo ahí, en la cantidad de personas que hubo en uno y en otro escenario, a pesar de que ambas son agrupaciones de fuerzas políticas. Es cierto, sin embargo, que el Frente Amplio está consolidado como partido, mientras que la coalición republicana no, o al menos no por ahora.
Al discurso lo dio con con un micrófono en mano, la misma que sostenía la bandera, y con la sobrante se agarraba el pecho porque fue un discurso en el que habló "con el corazón". De a ratos esa mano volvía al micrófono, y pasaba a sostenerlo con ambas, pero de a ratos sirvió para sostener la bandera y alejarla de su cuerpo, para mostrársela al público.
Delgado utilizó palabras clave que reflejaron su enfoque hacia la negociación y la gobernabilidad desde la oposición. Términos como todos, acuerdo, gente y dar evidenciaron su llamado a la integración y a trabajar junto al gobierno electo de Yamandú Orsi en el ámbito parlamentario. Se trata de un discurso que lo deja como un actor constructivo en un escenario donde el Frente Amplio no cuenta con mayoría propia en ambas cámaras.
Aunque el candidato del Partido Nacional hizo referencia a Yamandú Orsi en tres ocasiones, y una al Frente Amplio, su contrincante no le dio ninguna mención.
Mientras que una de sus hijas lloraba, detrás, él se dirigió tanto a los miembros de la coalición a sus espaldas, como a los militantes frente a él. En las únicas instancias que sonrío, habló del camino recorrido y de la campaña. Cuando se refirió a la derrota y al futuro gobierno estaba, más bien, serio.
Fue un discurso de derrota, es cierto, aunque él mismo llegó a decir "una cosa es perder las elecciones y otra es ser derrotados". Y habló, al igual que Orsi, de que nadie iba a tener mayorías parlamentarias y que, por lo tanto, Yamandú Orsi ahora tiene "las llaves para empujar, para conseguir y para habilitar los acuerdos nacionales".
Los discursos como fueron dichos esa noche