Imagine el relleno de un sándwich que, ante la presión que recibe de arriba y de abajo, empieza a desbordarse. Esa es la analogía con la que el exdirector nacional de Educación, Juan Pedro Mir, describe la situación que atraviesa el cuerpo docente… “son la mayonesa del sándwich”.
Los resultados de la última prueba Aristas en Primaria (la evaluación nacional de desempeños educativos que, además, incluye cuestionarios de percepción para directores y maestros), muestra que los docentes se sienten mayormente insatisfechos con la sobrecarga que causó la transformación educativa y la poco “adecuada” información que recibieron para llevar adelante los cambios.
“Más de la mitad del cuerpo docente manifiesta que la información recibida desde la ANEP sobre la transformación educativa no fue suficiente y adecuada para poder prepararse para implementar los cambios”, reza el informe que el Instituto Nacional de Evaluación Educativa publicó este lunes.
A eso se le suma que “alrededor del 90% de los directores y maestros reportaron no haber recibido apoyos ni incentivos para la realización de los cursos” que exigió la reforma.
Las Asambleas Técnico Docentes de Primaria vienen percibiendo que, desde “hace años”, la soledad es uno de los sentimientos más extendidos entre los maestros y directores. Eso se traduce en la imposibilidad de abordar un problema con la ayuda de otro.
“A ese concepto predominante se le sumó la persecución dada la imposición de la política educativa. La transformación se hizo desde los escritorios, se impuso, no se le dio una verdadera participación a los docentes y, dadas las sanciones por esa propia imposición, a la soledad se le agregó el miedo”, explicó Esteban Coitiño, integrante de la mesa permanente de las ATD.
Menos de uno de cada diez directores, según Aristas, obtuvo días libres o licencia por estudio para la realización de los cursos formativos que impuso la transformación curricular. Y solo el 15% consiguió la liberación de horas de coordinación u otras horas laborales para la realización de los talleres.
Por eso en las ATD advierten que “está aumentando la carga laboral” de los docentes y los problemas asociados al “exceso de tareas administrativas”.
La otra presión
El fallecido pedagogo español José Manuel Esteve Zarazaga había escrito hace más de tres décadas sobre “el malestar docente”. En su libro explicaba que “el sistema tan masificado, hace imposible atender con calidad y eficacia a las demandas educativas, siendo este inconveniente uno de los factores que producen el malestar”.
Cuando hay reformas, ese malestar se siente tensado. Pero hay otra presión: la demanda (y a veces falta de entendimiento) de las familias.
Solo el último año, el programa de Escuelas Disfrutables tuvo que intervenir 44 veces por violencia entre familiares de alumnos y funcionarios de la escuela. Y otras 153 veces por problemas vinculares entre familias y docentes. Tanto es así que los propios docentes reclamaron como prioridad tener más herramientas para el trabajo con los padres de los alumnos.
Y a eso se le suma el deterioro de la convivencia escolar consignada en esta nota.