La Iglesia Católica atraviesa un momento de profunda tristeza tras el fallecimiento del Papa Francisco, quien murió este lunes 21 de abril a las 7:35 de la mañana (hora de Roma) a los 88 años de edad, y los obispos de Uruguay convocaron a una Misa de difuntos por el Papa en el día del onomástico de Jorge Bergoglio.
A través de un comunicado, el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, anunció el fallecimiento con estas palabras de profundo dolor: “Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino.”
Los obispos del Uruguay han expresado su pesar y han convocado a toda la comunidad a unirse en oración por el eterno descanso del Papa Francisco. Invitan a los fieles a recordar al Santo Padre en las misas que se celebren a partir de hoy, pidiendo por su alma. Además, acordaron celebrar una misa especial de difuntos en la Catedral de Montevideo, el próximo miércoles 23 de abril, a las 17 horas, coincidiendo con el onomástico de Jorge Bergoglio. En tal sentido, extienden la invitación a todas las parroquias del país para que celebren una Misa por el Papa en el horario que favorezca la mayor participación de los fieles.
El Papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, dedicó su vida al servicio de la Iglesia y de los más necesitados. Antes de ser elegido pontífice en 2013, Bergoglio fue arzobispo de Buenos Aires y cardenal. A lo largo de su vida, promovió una visión de una Iglesia cercana a los pobres y marginados, apelando a la humildad y a la solidaridad.
Su papado fue marcado por el llamado a una iglesia más inclusiva, con un enfoque en la misericordia y la paz. Fue un líder que habló abiertamente sobre cuestiones sociales, como la pobreza, la migración y la justicia climática, y trabajó incansablemente por la unidad entre las diferentes religiones. Además, su estilo pastoral cercano y accesible dejó una huella profunda en los fieles de todo el mundo.
El 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa en un cónclave histórico, convirtiéndose en el primer papa latinoamericano y el primero jesuita en asumir el papado. Su elección fue recibida con entusiasmo por los católicos de todo el mundo, que vieron en él un líder dispuesto a renovar la Iglesia y acercarla más a la gente común.
A lo largo de su papado, Francisco realizó numerosos viajes apostólicos, llegando a 63 países de los cinco continentes. Su mensaje de paz y fraternidad resonó particularmente entre los jóvenes, a quienes invitó a vivir con valentía el Evangelio. Entre los momentos más destacados de su pontificado se encuentran su visita a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud en 2013 y su histórica intervención en el Congreso de los Estados Unidos en 2015.
Uno de los logros más significativos fue la proclamación del Año de la Misericordia en 2015, así como la publicación de encíclicas clave como Laudato Si', sobre el cuidado del medio ambiente, y Fratelli Tutti, que abogó por una mayor fraternidad y solidaridad entre los pueblos.