Recién arrancaba la tarde del 1° de enero de 2025 cuando Axel, un adolescente de 16 años de Bella Unión, vendió el celular de su madre por poco más de 2.000 pesos para comprar cocaína. Horas después, en un ataque de furia ante el reclamo por ese mismo dispositivo, el joven asesinó a su madre y a su abuela antes de intentar suicidarse.
El hecho conmocionó a la sociedad de Bella Unión, que lamentó la muerte de dos vecinas de toda la vida del barrio Tres Fronteras. En varias publicaciones de Facebook en las que se anunciaba el doble homicidio, y en otras en las que se daban detalles del sepelio de las mujeres, muchos usuarios de la comunidad apuntaron contra el consumo de drogas de los jóvenes de la localidad, algunos de ellos afirmando que dejaba a los gurises como "zombies".
La familia de Axel, quien convivía con su madre, su abuela y su hermana, sabía que consumía drogas y tomaba mucho alcohol. Ese consumo también afectó la convivencia en su hogar. Su hermana relató a las autoridades que eran frecuentes las peleas con su madre y su abuela, así como también era común que faltaran cosas en la casa.
Según se lee en la condena de Axel a nueve años de internación en el Inisa por los asesinatos, a la que accedió El Observador, la venta del celular y el reclamo por su problema con las drogas fueron los desencadenantes de la discusión que terminó en el crimen, del cual el adolescente luego se arrepintió en una carta que envió a su hermana.
El día del doble homicidio y la carta de disculpas
La hermana de Axel indicó que al mediodía del 1° de enero se fue de su casa, ubicada en la calle Italia del barrio Tres Fronteras, para ir a lo de su pareja, luego de pasar un rato con su madre, su abuela y su hermano. Ese día la mamá de Axel le había prestado al joven su celular y antes de irse la hermana le pidió que lo devolviera.
Poco menos de una hora después, el relato de la fiscal de Bella Unión Stella da Silva detalla que Axel se fue de su casa con el celular de su madre y lo vendió por $ 2.300, dinero que usó para comprar cocaína.
Cuando llegó a la casa, cerca de las 13:00, su madre le pidió el celular. "Esto encendió su enojo, un estado de ira que llevó a golpear a su madre así como a apuñalarla en reiteradas oportunidades", se lee en la sentencia.
Cuando su abuela vio la escena comenzó a pedir ayuda, pero Axel se abalanzó sobre ella y la atacó "dándole golpes con todo lo que encontraba", entre esas cosas "platos, fuentes, cuchillos". La anciana se desvaneció y cayó al suelo.
Tras herir a sus dos familiares, el adolescente fue a otro cuarto y se hizo un corte en el cuello intentando suicidarse, por el que quedó herido.
A las 13:12, mientras todo sucedía, la hermana de Axel le envió un mensaje al celular de su madre diciéndole: "Llevale el celular a mamá que ella se va a acostar a mirar”. No hubo respuesta. Intentó comunicarse con varios mensajes y llamadas en las siguientes horas, pero el teléfono estaba apagado.
A las 16:00 volvió a su casa. Intentó entrar por la puerta de enfrente pero estaba cerrada, así que decidió entrar por la ventana de una habitación que estaba en construcción. A los pocos metros vio a su hermano con un corte en el cuello.
Cuando llegó a la cocina encontró a su madre en el suelo con un golpe en la nuca, y en la cocina de la casa de su abuela (son dos casas unidas) la vio a ella "con un golpe en la nuca, mucha sangre, y los ojos abiertos".
Ante el horror de la escena, la hermana llamó a la Policía. Cuando los oficiales la interrogaron, les dijo que estaba "casi segura" que su hermano había sido el responsable.
La madre ya estaba muerta cuando las autoridades llegaron. El parte médico detalla que sufrió "múltiples" puñaladas en el cuello. La abuela, en cambio, fue trasladada con vida a un centro asistencial pero murió a los pocos minutos de ingresar, también con varias puñaladas en la zona del cuello.
El adolescente fue llevado a un hospital para atenderlo por el corte que se había hecho, que requirió puntos de sutura. Cuando un médico lo vio estaba consciente y comprendía que había matado a su madre y su abuela "bajo los efectos de la cocaína". Según el médico, había tomado por última vez el día anterior.
Axel estuvo internado con custodia policial y fue detenido cuando le dieron el alta médica. El 8 de enero, ya a disposición de la fiscal Da Silva, el joven le envió una carta a su hermana pidiéndole disculpas por lo que había hecho.
"La verdad no me dan las palabras ni los pensamientos para pensar en lo que hice. Desde el día que pasó eso todas las noches le pido perdón a dios… Perdón por todo el mal que les hice… Después que pasan las cosas es cuando uno aprende…", se lee en la carta, que la hermana después entregó a Fiscalía.
El consumo de drogas
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Dosis de cocaína. (Archivo)
Cuando su hermana le dijo a los policías que llegaron a su casa que pensaba que su hermano era el que había matado a su madre y su abuela, también les contó que Axel consumía drogas.
Incluso, afirmó que horas antes de todo lo ocurrido el joven había discutido con su madre porque ella le reclamó que "tomaba mucho y consumía", pero él "se lo negaba".
Según el parte médico, Axel consumía marihuana hacia dos años y cocaína hace uno. La hermana puntualizó que este consumo había llevado a que el adolescente, que abandonó el liceo en tercer año, tuviese varios problemas con su familia.
La sentencia marca que el condenado "peleaba" constantemente con sus tres concubinas, y "en varias oportunidades faltaron cosas en su casa". Era "agresivo" verbal y físicamente con sus familiares, siempre por "motivos de dinero": en distintas ocasiones empujó a su madre y llegó a patear a su hermana en una pierna.
La hermana contó que su madre logró que el joven se fuera a trabajar con el padre a la ciudad de Artigas, pero volvió al poco tiempo porque "tuvo problemas". El propio padre declaró a la Justicia que la convivencia con su hijo durante ese periodo fue "difícil" porque Axel "consumía e ingería bebidas alcohólicas y se ponía agresivo".
La condena
Este lunes la Justicia condenó al adolescente por un delito de "homicidio complejo muy especialmente agravado" a una internación de nueve años en un centro del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa).
La jueza Maiara Bopp Viega postuló dos agravantes al delito del joven: la primera fue el "concurso", por haber cometido dos asesinatos. En segundo lugar, la magistrada consideró que el adolescente cometió un "femicidio especialmente agravado por el vínculo", al matar a su madre y su abuela "denotando grave odio y menosprecio" a su "condición de mujeres".
Las penas por este delito con sus agravantes van de los 15 a 30 años de prisión para los mayores de edad, pero como Axel es adolescente su caso se rige por el Código de la Niñez y la Adolescencia, que califica un crimen de este tipo como una "infracción gravísima" y prevé medidas socioeducativas con un máximo de diez años de duración.
La jueza del caso consideró como atenuantes que el adolescente no tenía antecedentes penales y además confesó los hechos. Por eso, consideró "legal, adecuada y justa" la condena de nueve años de internación en un centro juvenil.