Karina Dafonte tenía 55 años, y el sábado 26 de octubre estaba yendo a trabajar en el ómnibus de Cutcsa de la línea 121 a un edificio de Pocitos. Había conseguido una "changuita" como portera hacía tres meses e iba dos veces por semana.
Vivía en Solymar, no tenía hijos y estaba casada, detalló su abogado, Leonardo Narancio, en diálogo con El Observador.
Cuando el ómnibus de Cutcsa rompió el murallón de la Rambla, atravesó la arena y terminó en la orilla de la Playa Pocitos, Dafonte se fracturó la rodilla. La lesión le rompió los tendones y también una arteria.
En el momento, contó su abogado, la herida se le llenó de arena.
Por momentos estuvo lúcida y en esos ratos le relató a su esposo que el conductor estaba consciente cuando manejaba, que el ómnibus iba rápido y que algunas personas se pararon para hablar con él y pedirle que frenara. Esto también fue narrado por otros pasajeros que dieron su testimonio después del accidente y se puede ver en las imagenes de adentro del ómnibus que circularon días atrás.
Su abogado señaló, según la información primaria que dieron los médicos al esposo, que una bacteria complicó el panorama de la mujer. La habían operado el viernes a la noche para amputarle la pierna, estaba en CTI de la Médica Uruguaya pero a las 08:10 de este sábado murió.
Ahora la fiscal adjunta Viviana Maqueira (el titular Leonardo Morales está de licencia) ordenó que se le hiciera la autopsia al cuerpo.
En paralelo, el abogado y el esposo de Dafonte iniciarán una demanda civil contra Cutcsa, que entienden tuvo responsabilidad en el desenlace fatal.
Demanda civil
Independientemente de cómo siga el caso a nivel judicial, donde se determinarán las causas del accidente y si hay alguna responsabilidad penal, Narancio demandará en nombre de la familia a la empresa Cutcsa.
El esposo de Dafonte quiere que "se haga justicia".
"Entendemos que hay una obligación de resultado de Cutcsa. No es un accidente de tránsito convencional, por un ejemplo, un auto 'A' que choca al 'B', sino que en realidad rige otra cuestión que es la responsabilidad contractual", explicó.
Y dijo que esto último tiene que ver con el "contrato" tácito que se da en una empresa de transporte, que tiene la obligación de entregar a los pasajeros (o una carga si correspondiere) en las "mismas condiciones" que los recibió.
"Desde nuestra visión, desde el punto de vista penal no hay ningún tipo de duda", aseguró el abogado sobre la responsabilidad que le cabe a la empresa en términos civiles.
Por el momento, el ómnibus fue periciado y sigue en custodia de la Justicia, al igual que las cámaras de seguridad instaladas en el vehículo, que fueron confiscadas.