El asesor del Ministerio del Interior e integrante del Partido Colorado (PC) Diego Sanjurjo se refirió este lunes a su continuidad en la cartera durante el gobierno de Yamandú Orsi.
Sanjurjo fue asesor en seguridad de Andrés Ojeda cuando este era candidato del Partido Colorado y ocupa el cargo de coordinador de Estrategias de Seguridad Integrales y Preventivas en el Ministerio del Interior.
En entrevista con En Perspectiva, explicó que su trabajo es “analizar problemas y evaluar políticas, y en base a eso diseñar, proponer, y en algunos casos, gestionar e implementar políticas que para los ministros son importantes”.
Al ser consultado sobre si este se trata de un cargo de confianza, el asesor respondió: “Es un cargo de confianza en el sentido de que no es un cargo político. Yo no represento ni nunca representé al Partido Colorado en el Ministerio del Interior”.
“La realidad que también generó bastante confusión con algunos compañeros miembros del Partido Colorado”, dijo.
De esta forma, el jerarca insistió: “Yo no represento al Partido Colorado. Soy del Partido Colorado, lo cuido, pero mi lealtad siempre ha estado con el Ministerio del Interior, porque es un cargo en el que me han contratado como técnico independiente”, señaló.
Sanjurjo también mencionó que no estaba “en sus planes” seguir en el cargo, pero dijo haberle “agarrado mucho cariño al Ministerio del Interior”.
“Decidí ingresar a formar parte de un Ministerio del Interior liderado por el Partido Nacional porque entendía que la importancia del tema lo ameritaba; lo mismo vale ahora. Me produce cierta satisfacción poder seguir trabajando”, afirmó.
Consultado sobre si su continuidad en el Ministerio fue iniciativa de Carlos Negro (futuro ministro del interior), contestó: “No lo sé, entiendo que sí, él me ha dicho que sí. Todas las reuniones que ha habido las he tenido con él y con su equipo”.
Por último, Sanjurjo resaltó la importancia de continuar con las políticas públicas, independientemente del ministerio o el rubro: “Una política que no tiene continuidad está prácticamente abocada al fracaso. Uno de los problemas que tenía la política de seguridad en Uruguay era que no tenía continuidad. Cada cinco años se hacía un viraje demasiado profundo. Si uno hace borrón y cuenta nueva, seguro te va a ir mal. Es un fracaso asegurado casi”, aseguró.