La última encuesta de El Observador y académicos de la Universidad de la República muestra un escenario “competitivo y de suma paridad” hacia el balotaje del próximo domingo, con una “leve ventaja” del frenteamplista Yamandú Orsi.
Dada esta paridad —en la que existe la posibilidad de que la ciudadanía se vaya a dormir en la noche electoral sin la definición de un ganador claro— se realizaron dos olas o rondas de "encuestas representativas" de los uruguayos en edad de votar. La primera fue antes del debate presidencial y la segunda luego de este.
¿Cómo interpretar estos datos? Lo primero a tener en cuenta es que la distancia entre ambas fórmulas presidenciables es corta (tan pequeña que, teniendo en cuenta el margen de error de distancia, se solapan). Lo segundo es que existe una consistencia entre la primera y segunda ola: Orsi lleva la delantera.
La ventaja del frenteamplista era de 1,6 puntos en la primera ola (47,8% a 46,2%) y pasó a 2,9 puntos en la segunda (49,0% a 46,1%). Es un dato que coincide con la percepción de la mayoría de uruguayos sobre quién creen que será el presidente sin importar sus preferencias políticas y personales.
Entonces vienen las hipótesis. Una opción es que el paso del tiempo —entre ambas mediciones— evidencie una tendencia creciente del frenteamplista. La primera toma fue entre el 6 y 11 de noviembre. La segunda comenzó a las 23 horas del domingo 17 y cerró este martes 19. En el medio hubo un debate —el que a priori no parece haber movido demasiado la aguja, aunque puede hacerlo un poco—, y Orsi tuvo su raid mediático —concedió entrevistas donde no lo había hecho antes—.
La otra opción interpretativa es que, en realidad, los cambios entre ambas olas son tan mínimos que, desde lo estadístico, parece más una cuestión del margen de error de la encuesta que de tendencias o cambios verdaderos. Dicho de otra manera: las fotos son casi idénticas y puede que las leves diferencias sean fruto de cómo se encuadró la imagen o la nitidez de las misma.
Por eso el estadístico Juan Pablo Ferreira —uno de los coautores de este proyecto de encuestas— estimó cuál es el intervalo de confianza de la distancia entre los competidores. "Con una 95% de confianza, la distancia entre Orsi y Delgado se encuentra entre 0,1% y 3,3% en la primera ola; y entre 1,3% y 4,5% en la segunda ronda". Es una referencia que en Uruguay no se suele publicar y que ahora se pone a disposición de los lectores.
Supóngase que la foto final —la que arroje la urna— sea exactamente como la primera o segunda ola de esta encuesta. Bajo ese supuesto, ninguna de las fórmulas presidenciables conseguiría más del 50% de los votos emitidos. Repetirían la novedad que se había dado, por primera vez, en el balotaje de 2019 (en que Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón vencieron con el 48,9%). Y si bien este ejercicio no tiene relevancia a efectos de quién es el ganador (porque importan los votos válidos a las fórmulas y no se cuentan los anulados y en blanco), es significativo porque demuestra la alta exigencia para que en Uruguay se evite la segunda vuelta.
De octubre al balotaje, ¿qué pasó?
A priori, con los datos de esta encuesta, puede decirse que “la capacidad de retención de votos de la coalición tras la experiencia de gobierno es mayor que en las elecciones anteriores, aunque menor al 100%”, explica el politólogo Fabricio Carneiro, coordinador de la Unidad de Métodos y Acceso a Datos de Ciencias Sociales de Udelar que es parte de este proyecto investigativo.
Cabildo Abierto es, dentro de los partidos de la coalición gobernante que tienen representación parlamentaria, el que menos porcentaje de su votación de octubre la traslada a Delgado y Ripoll para el balotaje.
Así se ve el flujo de votos entre octubre y noviembre:
Identidad Soberana, el lema de Gustavo Salle, es el partido con representación parlamentaria que más le aporta votos a Orsi y Cosse. Por fuera del Legislativo, casi la mayoría de los votantes de Asamblea Popular dicen que apoyarán la fórmula frenteamplista (aunque la captación de casos es tan baja que no permite hacer demasiadas consideraciones).
Los votos en blanco y anulado, a nivel porcentual, se mantienen en niveles similares a los observados en octubre. De comportarse así, coincidiría con el escenario 2019 en que apenas crecieron 0,1 puntos porcentuales entre la primera y segunda vuelta.
Sexo, educación, edad y región
Imagine que la elección del domingo se realizase un siglo atrás. Solo los varones pueden votar. En ese escenario, el nacionalista Álvaro Delgado saca ventaja. ¿Y si votan solo las mujeres? Al revés (Orsi consigue una delante de casi nueve puntos porcentuales).
El ciclo electoral viene demostrando que las mujeres se han inclinado más hacia el Frente Amplio, que la izquierda recuperó parte del apoyo que había perdido en las clases medias y bajas (sobre todo tras el derrumbe de Cabildo Abierto), y que Montevideo sigue siendo el departamento en que mejor vota Orsi.
Ficha metodológica de la encuesta
El Observador, la Unidad de Métodos y Acceso a Datos de Ciencias Sociales (Udelar), y el docente en Estadística Juan Pablo Ferreira aplican, por primera vez a nivel masivo en Uruguay, un monitoreo de la opinión pública con encuestas no probabilísticas que permiten inferencias a través de modelos alternativos.
Este proyecto de encuestas —anónimas y cuyos datos no son usados con otros fines que académicos y periodísticos— es una apuesta a la innovación en la aplicación de nuevos modelos de investigación social, la confección de trabajos comunicacionales de calidad e independientes (no reciben apoyo de empresas ni de políticos), y la elaboración de documentos académicos que permiten generar conocimiento.
En la primera ola de este sondeo previo al balotaje participaron 7.371 casos entre el 6 y 11 de noviembre. Una segunda tanda incluyó 5.993 entre el 17 y 19 de noviembre.
A continuación puede ver la metodología en más detalle:
Ficha_metodologica_observador-19-11 (1).pdf