A pocas semanas de que arrecien las noches más frías del año, de Gerhard depende el Programa Calle, los refugios para quienes están sin hogar y el dispositivo al que la Policía deriva a las personas que levanta de las veredas por Ley de Faltas. La nueva administración enfrenta su primer Plan Invierno con la prioridad en que nadie se exponga a la hipotermia, pero a sabiendas de que un “nuevo modelo” o “nuevo paradigma" poco va a tener para mostrar en el correr de este 2025, según reconstruyó El Observador.
Mides
Foto: Leonardo Carreño
“El Mides puede abrir 2 mil o 3 mil cupos más con el nuevo Presupuesto. Vamos a intentar ensanchar el sistema, lo estamos dialogando con el resto del gobierno”, anticipó el jerarca ante 16 militantes del Partido Socialista. “Pero se nos van a llenar y va a llegar el momento en que, si no cambian otras cosas –en vez de un sistema de 5.500 (cupos actuales), con 8 mil o de 9 mil–, vamos a seguir teniendo gente afuera. Si acá la sociedad no le busca la vuelta, no se implica, no logramos como país, como Estado, cambiar la mirada de las personas, prevenir, no va a dar abasto el sistema”.
Parte de eso son los 75 cupos de emergencia anunciados el viernes por Civila de cara a las bajas temperaturas por entonces anunciadas para el fin de semana. “Seguimos trabajando, supeditados a la obtención de recursos adicionales, para la implementación de un conjunto de medidas de mucho mayor alcance, orientadas a cambios sustantivos en el abordaje de este problema prioritario para el país".
Frente Amplio y coalición coinciden en que al Mides le toca “la última malla de contención”. En que es imposible que por sí solo resuelva problemas que se remontan a orígenes tan diversos como hogares de INAU, migrantes en pensiones, cárceles o bocas de droga.
Pero mientras algunas autoridades de ambos lados evitan echarse culpas entre sí, no faltan las chicanas: que con cada censo a la coalición le creció la cifra de gente en situación de calle y vendió como “propuesta mágica” la internación compulsiva, o que de 2016 a 2019, bajo el último gobierno frenteamplista, los relevamientos del Mides mostraron un aumento de un 88% de personas durmiendo a la intemperie.
La “derecha” es más enfática en aplicar la ley cuando quienes están en la calle afectan los derechos de otros vecinos, y la “izquierda” más sensible a una estructura “desigual” que origina el problema.
Los nuevos jerarcas del Mides lo remarcan en su charla con militantes en la Ciudad Vieja. “Si esas mismas personas estuvieran guardadas en algún asentamiento, engrosando los cordones de la periferia, probablemente en el (Municipio) B no estaríamos haciendo esta actividad y al centro montevideano no le incomodara tanto”, cuestiona el director de Protección Social.
“Hoy la indigencia se expresa de esta otra manera que se nos vuelve más explosiva, más incómoda, no voy a decir que sea algo bueno, pero tiene como efecto que nos tenga que sí o sí interpelar”.
Gerhard sostiene que con el universo de calle no pueden simplificar, como se lo demostró una señora a la que atendieron durante la Semana Santa. “Me dijo: ‘Hace dos días que entré en el refugio, voy a quedarme hasta el 16 porque estoy esperando a que el restaurante me pague unas horas extra que me deben’”. Al jerarca lo interpeló esa idea del refugio para una “compañera de clase trabajadora formal” que precisa “un paréntesis entre el último pago y el adeudado”, o el de un paisano en Paysandú que apelaba a un cupo a la espera de la zafra de la naranja.
“El refugio como una compensación ante malos salarios. (...) Terminamos subsidiando de alguna manera salarios injustos que no dan realmente para nada”.
Mides lanza el Plan Invierno
MIDES
El dirigente socialista Santiago Acuña, nuevo coordinador metropolitano del Mides, va aún más lejos en una noche en que el olor del ganado que se embarca en el puerto impregna la ciudad. “Hoy Matías está ahí porque el que está exportando en este momento a Arabia, todos asumimos que en la economía del mercado y que tiene que ganar muchísima plata y nos tenemos que fumar este olor. Hay Matías porque hay desigualdad. Y el Mides lo que está haciendo es ser depositario de este sistema injusto, absolutamente explotador, que es el que produce eso”.
Acuña añade una catarsis, después de escuchar el testimonio sobre una “chocolatada” organizada por vecinos en el Municipio B para acercar a quienes están desamparados. “Eso siento que a veces es más importante que una reunión. Yo estoy cansado de tener reuniones de coordinación interinstitucional. Estuve todos los días haciendo reuniones de coordinación interinstitucional, y creo que no sirven para nada. Creo que sirve la chocolatada”.
Enseguida se enmienda y luego se disculpa, claro que son importantes, pero fue una “provocación” para ver que “capaz no valoramos la chocolatada”.
Ley de Faltas: “No es amable” y “habrán novedades”
Dicen todos los jerarcas del Mides que más que anuncios o virajes tienen el foco puesto en allanar un proceso de participación que involucre a todos los colectivos implicados, desde vecinos hasta Ni Todo Está Perdido (Nitep, que nuclea a personas en situación de calle).
Civila, por ejemplo, ha destacado la apuesta del anterior gobierno por diversificar las propuestas para segmentos con mayor posibilidad de autonomía. En su última memoria anual, la administración saliente de Martín Lema destacó la ampliación de la cobertura en hogares 24 horas con 360 cupos para casas colectivas de 12 personas que antes asistían a centros nocturnos, lo que implicó “una mejora sustancial en su calidad de vida”.
El presidente Yamandú Orsi habló a comienzos de abril de “poner un pie en el acelerador” en torno a esta problemática que “nos explota en la cara”, y anticipó la línea del Mides: “No esperen de mí grandes anuncios, porque lo que me gusta que pase es comentar las cosas cuando van ocurriendo (...). Hay mecanismos que tenemos que aceitar, cosas que van a seguir y cosas que vamos a tener que cambiar”.
gente en situación de calle
Foto: Leonardo Carreño.
De momento las autoridades son cautelosas, aunque adelantan a El Observador cambios en el abordaje desde la calle a quienes están en la intemperie, bajo la premisa de que hoy con la Ley de Faltas el Estado cae sobre ellos “sin saber qué precisan” en primer lugar. El formato, sea un nuevo equipo técnico o la apertura de nuevos espacios de diálogo, está aún por verse.
El director de Protección Social afirmó que están “discutiendo con la intendencia (de Montevideo) y el Ministerio del Interior qué hacer con eso”. “El método y el encuadre no es amable, pero el lugar al que van (Centro de Primera Atención en Casavalle) es un convenio con el Mides, tienen para bañarse, comen comida casera –no bandeja, ni pack, ni nada– y después se pueden retirar. ¿Cuál es el sentido de eso? Ah, muy poco”, le respondió a una militante.
“Habrá novedades”, concluyó, pero no ahondó en detalles.
“Tétrico” y “chinches”
Gerhard contó a los militantes que el martes pasado relocalizaron el refugio nocturno en 18 de Julio y Vázquez. “(Era) tétrico. Un aspecto carcelario”, describió el jerarca, bajo cuya órbita hay en Montevideo 28 refugios nocturnos con unos 1.100 cupos del total de 5.500 cupos de distinta índole que administra Protección Social.
El director sostuvo que esa última estructura de emergencia “es otro rostro violento” del Estado: “Lo que se le da a una persona que ya vivió de todo es una cucheta, en un cuarto con otras diez cuchetas, donde pueden pasar muchas cosas, donde los pican las chinches, los pulgones, donde supuestamente se pueden bañar pero el caño está roto, pero hay un baño para 25. Un montón de cosas que resultan muy frustrantes para la mínima, mínima expectativa que debería colmar un refugio”.
Gerhard continuó en esa línea que “a los últimos” el Estado le está dando “el peor mecanismo para que más o menos sobrevivan”. “Una persona entró al INAU, y la hicimos pelota en el INAU. Esa misma persona entró al INR y la hicimos pelota. En la tutela del Estado ya no los pudimos cuidar y en la última red intentamos alguna cosita”.
Gente en situación de calle, indigentes,
Foto: Leonardo Carreño.
El hombre del PVP se preguntó también por qué los usuarios repiten que buscan “trabajo” y valoró que “probablemente también le hemos devuelto que lo que tiene que hacer es trabajar”. “Y sí, si el trabajo es parte de un proyecto de vida, de autosustentarse, sin dudas. Pero desde ahí. No de una cuestión moral, que en realidad es súper hipócrita porque si nosotros tenemos una empresa no los vamos a contratar”.
A pocas cuadras, uno de ellos, revendedor de una caja de bombones, ruega por la atención de un peatón que pasa a las apuradas por la oscura peatonal.
–Me dicen 'buena suerte' y yo me estoy cagando de hambre. ¿Tenés para darme una mano?