El hombre de 71 años que fue agredido por un grupo de jóvenes que realizaban una fiesta clandestina en una mansión de San Rafael en enero alcanzó un acuerdo reparatorio con los implicados, confirmaron fuentes de Fiscalía a El Observador.
El hecho ocurrió en la mañana del 26 de enero. La víctima se acercó a una mansión, que ya había sido comprada y días después pasaría a ocupar el comunicador Sergio Puglia, para recriminar a los presentes que estaban realizando una fiesta clandestina que había durado toda la madrugada.
Tres jóvenes que discutieron con el señor en la entrada de la mansión lo golpearon y le lastimaron la nariz, y abollaron su auto. Además, le quitaron su celular para que no registrara nada de lo ocurrido. El móvil luego fue encontrado tirado en las inmediaciones del lugar.
Después de ser agredido, el hombre fue a la Subcomisaría de San Rafael a denunciar los hechos. Cuatro hombres fueron detenidos por los incidentes, pero tres fueron liberados en la jornada y uno quedó emplazado sin fecha, a disposición del fiscal de Maldonado Jorge Vaz.
Según informó El País, un mes y medio después la Justicia cerró el caso luego de que ambas partes alcanzaran un acuerdo reparatorio, en el que los agresores reconocen su responsabilidad por las lesiones ocasionadas y pagarán a la víctima US$ 4.000.
El vecino explicó en una entrevista con el citado medio que "el monto acordado es simbólico, no es una cifra terrible", y afirmó que su intención era marcar "un ejemplo que alentara a otros ciudadanos a denunciar y evitar que queden impunes actos delictivos y que un comportamiento antisocial nos pase por arriba".
Además, criticó que él haya tenido que ir a quejarse de la fiesta por una "falta de coordinación" entre la Intendencia de Maldonado, que fue a medir los ruidos pero no les permitieron ingresar al hogar, y la Policía, que "aducía que no podía ir si no había un disturbio", aunque valoró la labor policial en la investigación del caso.
"Hay que ponerse en pie frente a estas situaciones que no se pueden tolerar simplemente por comodidad. Si hubiese sido por la comodidad, yo no hubiera ido a la casa. Estas situaciones no las podemos normalizar. Acá viven familias y no puede ser que pueda haber un parlante prendido de la noche al mediodía", agregó.
En tanto, Jorge Barrera, abogado de la víctima, dijo en declaraciones a FM Gente que "lo más importante no es la reparación" sino mostrar que "cuando se realizan fiestas clandestinas y cuando se realizan agresiones, esto no queda impune".