En la audiencia que celebró la Justicia por el caso de Gustavo Penadés el pasado jueves se encendieron algunas alarmas cuando la fiscal, Alicia Ghione, dijo que el expolicía Federico Rodríguez se encontraba “desaparecido”.
De hecho, Ghione anunció que habían solicitado una requisitoria para poder encontrarlo, dado que el efectivo es una pieza clave en la investigación porque fue mano derecha de Carlos Taroco –el exdirector del Comcar condenado por la trama que ideó Penadés– durante varios meses y hay pruebas, según dijo Ghione en esa audiencia, de que Taroco lo amenazó de muerte.
En esa misma línea, la abogada de varias de las víctimas, Soledad Suárez, dijo en esa audiencia que "cabía preguntarse no solo dónde está, sino si está vivo”.
Rodríguez ya fue condenado por la investigación paralela que detectó Ghione y firmó un acuerdo con la Fiscalía, por lo que desde el 19 de diciembre de 2023 cumple una pena de régimen de libertad a prueba por un delito de cohecho agravado y asociación para delinquir.
Entre los requisitos que tiene que cumplir, el expolicía debía presentarse en la seccional más cercana y durante algunos meses esto no sucedió, según las autoridades.
Sin embargo, Rodríguez aseguró a El Observador que es incorrecto y que sí viene cumpliendo con la pena a la que fue condenado.
“Lo que pasa es que desde hace meses se vienen dando movimientos raros cerca de mi casa, por lo que no había manera de que alguien garantizara mi integridad física”, sostuvo.
Ante la pregunta de si era seguido por personal de la Policía, Rodríguez aseguró que sí y argumentó que por trabajar como efectivo durante tantos años sabe qué tipo de autos se utilizan. “Son siempre vehículos Peugeot 208 blancos o grises oscuros”, indicó.
En la misma línea, el condenado en el marco de la causa de Penadés contó que estaba en su domicilio o en otros lugares que frecuenta y veía como pasaba el mismo vehículo “dos o tres veces a paso de hombre”.
“Yo entiendo que podés estar en la zona por algo puntual, ¿pero vas a pasar varias veces por el mismo lugar donde estoy yo?”, se preguntó. Ante este tipo de episodios, Rodríguez decidió cambiar de domicilio y “bajar el perfil”.
“No es que estaba estrictamente desaparecido, sino que decidí bajar el perfil para empezar a pasar un poco más desapercibido”, insistió. De hecho, contó que hace unas semanas les dijo a algunas personas cercanas que saldría a hablar públicamente y la “persecución aumentó”.
Rodríguez asegura que detrás de lo que denuncia está Taroco y lo define como “una persona con mucho poder”.
“Luis Mendoza (director del Instituto Nacional de Rehabilitación) declaró que él firmaba lo que le daba Taroco sin mirar porque le tenía mucha confianza. Con esto quiero decir que es una persona (Taroco) que forjó relaciones con varias autoridades y de mucha confianza. Ni que hablar con el resto del cuerpo de policías”, indicó.
El exefectivo indicó que no tiene elementos materiales que aseguren que es Taroco, pero adelantó que existen audios que lo vincularían. “Los voy a escuchar dentro de unos días, por eso no puedo decir que él está detrás con 100% de seguridad”, expresó.
El vínculo con Taroco y la trama de Penadés
Rodríguez fue uno de los que cometió delito al investigar a algunas víctimas del caso Penadés, sobre todo, a Jonathan Mastropierro a quien ya conocía porque había sido condenado por varios delitos de estafa.
Tal y como informó El Observador, existen chats entre Rodríguez y Taroco en los que el último le ordenaba al expolicía que se acercara a Mastropierro para sacarle información sobre el resto de las víctimas que denunciaron al exsenador blanco.
De acuerdo con su relato, al comienzo Rodríguez no se dio cuenta de que estaba colaborando con movimientos ilegales. “Hubo un día que le pregunté a Taroco por qué siempre nos reuníamos con políticos y no con fiscales, que era lo que hacíamos siempre”, contó.
Ante la pregunta, Taroco le respondió que era “para quedar bien con los políticos”, según su versión. De igual forma, Rodríguez siguió adelante con las órdenes que le daba el exdirector del Comcar.
“Al comienzo era una investigación normal. Tenía sentido porque nosotros seguíamos a gente que tenía antecedentes y yo a Mastropierro lo conocía, entonces no era algo que me hiciera ruido”, insistió Rodríguez.
Por último, el expolicía consideró que la causa contra Penadés “no está armada”. “Estoy seguro de que las víctimas son reales, de no ser así la Justicia lo hubiera descubierto fácilmente”, añadió y sentenció: “Y todo lo que vino detrás para evitar que Penadés pasara por lo que pasó me hace estar más seguro de que las denuncias son válidas”.