Hace dos años, el entonces presidente Tabaré Vázquez fue al balneario San Luis en Canelones a dialogar con los vecinos que le escribieron una carta reclamando más seguridad en la zona.
Ese 21 de mayo de 2018, el exmandatario -que vacaciona en el balneario- prometió que aumentaría el patrullaje y que acercaría a todas las instituciones de los tres niveles de gobierno para que abordaran los problemas sociales en forma integral, nucleados en una comisión.
Dos años después, los vecinos siguen reclamando por seguridad y este domingo cortaron la ruta Interbalnearia, a la altura del kilómetro 62. Aunque el patrullaje aumenta cada verano con personal de la Guardia Republicana y del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), una vez que termina la temporada la situación empeora, aseguraron en la movilización.
Fueron cerca de 300 vecinos que se juntaron con pancartas en las que se podía leer la consigna "San Luis quiere vivir en paz", cuya movilización provocó un enlentecimiento de la circulación durante aproximadamente cuatro kilómetros.
En enero de este año se habían movilizado bajo el mismo reclamo. "El problema es que ya no solo es el robo sino que hubo, en los últimos tiempos, copamiento con gente adentro", dijo a El Observador el alcalde de La Floresta, Jorge Fachelli.
La mayoría de las casas que fueron robadas no cuentan con buenos sistemas de seguridad debido a que "la situación cambió en poco tiempo", explicó.
Los vecinos solicitaron aumentar el patrullaje en la zona, con la incorporación de la Guardia Republicana, y colocar más cámaras de videovigilancia del Ministerio del Interior.
En mayo del año pasado, la cartera inauguró 12 cámaras. Según el alcalde, "hacen falta más". Por otra parte, Fachelli comentó que el Municipio trabajó en la mejora del alumbrado, colocando más de 100 focos nuevos en San Luis.
Uno de los problemas que plantean los vecinos se vincula a los asentamientos irregulares instalados en la zona norte del balneario y los montes que ayudan al escondite una vez que se cometen los robos. Hasta 2011 vivían poco más de 1.800 personas en la zona, aunque en los últimos cinco años la población aumentó al menos cinco veces.
El jefe de Policía de Canelones, Víctor Trezza, confirmó a El Observador que en recientes allanamientos en la zona se desbarató una boca de venta de drogas y un "centro de distribución de carne de abigeato", con armas de fuego y otras herramientas utilizadas para ese delito, además de una camioneta robada con efectos hurtados de dos viviendas.
Consultado sobre el patrullaje que solicitan los vecinos, Trezza explicó que "ya aumentó" en colaboración con la Guardia Republicana.
Según supo El Observador, la Policía continuará con las intervenciones en el balneario a raíz de denuncias de vecinos.
El diputado de Canelones por el Partido Nacional, Alfonso Lereté, explicó a El Observador que a raíz del reclamo de los vecinos se generaron dos instancias con el jefe de Policía de Canelones en las que se buscó atender los problemas de la zona.
De todas formas, a través de una exposición escrita, el diputado solicitará al Ministerio del Interior que en el próximo presupuesto aumente el número de efectivos policiales en Canelones. "Se necesitan 1.000 efectivos más -ya hay 1.000- y se debe reforzar la flota vehicular de todo el departamento", afirmó.
Lereté sostuvo que el problema de las ocupaciones aumentó "en los últimos diez años" y no es exclusivo de San Luis, sino de todo el departamento, fundamentalmente de la Costa de Oro, desde Neptunia a Jaureguiberry.
"Hay que solucionar ese tema para los vecinos y para esas familias que se instalan, para que se integren al sistema", afirmó.
En San Luis hubo tres episodios violentos en nueve meses que marcaron a sus habitantes, por lo que en 2018 decidieron convocar al presidente.
En noviembre de 2017, un hombre fue asesinado de un disparo en el pecho en pleno mediodía frente a la escuela del balneario, porque intentó evitar que su cuñada fuera asaltada. Los ladrones escaparon pero luego fueron detenidos y, por falta de pruebas, fueron liberados, aunque uno de ellos fue imputado semanas después por otro homicidio.
Tres meses después, una anciana de 88 años fue asaltada dentro de su casa y el delincuente la dejó inconsciente de un golpe en la cabeza. Murió a los pocos días.
En julio de 2018, Raúl Moller, un militar retirado de 65 años, amaneció muerto de hipotermia en su baño, y los investigadores constataron que en esa noche entraron a su casa y le robaron varios objetos: dos televisores, una garrafa, y dinero que había cobrado. Tampoco hay detenidos por este caso.
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