Carolina Cosse no ha tenido que enfrentar en sus tres años de intendencia el abucheo de un centenar de funcionarios como el que recibió a Mariano Arana al asumir por segunda vez en julio del 2000, ni un juicio millonario del sindicato heredado de la crisis del 2002 como el que terminó pagando Ricardo Ehrlich, ni los silbidos que interrumpieron la sesión de acuerdos de Ana Olivera en 2013, ni las ocupaciones al piso 2 del palacio municipal que en 2018 llevaron a Daniel Martínez a concluir: "Realmente estamos todos podridos".
De larga tradición radical dentro del movimiento sindical, la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom) no ha parado de dar dolores de cabeza al Frente Amplio en la Intendencia de Montevideo (IM).
La única que ha roto con esa regla en sus tres años de gestión ha sido Cosse, a la que no han asediado con bélicas declaraciones ni con sensibles conflictos que desbordaran los contenedores con basura o dejen las oficinas sin atención al público.
La escasa conflictividad aparece reflejada en los números del Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica, con menos jornadas laborales perdidas por conflictos que sus antecesores, según los registros desde el año 2009 a los que accedió El Observador.
Por otro lado, el Monitor de Opinión Pública para el que la IM contrata a Equipos Consultores demuestra que la evaluación de la sociedad sobre el relacionamiento de la comuna con sus funcionarios está en su menor nivel de desaprobación en, por lo menos, los últimos 16 años: solo 6%, contra un promedio que supera el 20% de personas que lo tildaban de "malo" o "muy malo".
La piedra angular de una extendida luna de miel con los municipales fue el convenio colectivo de abril de 2021, cuando la administración de Cosse aseguró que no hubiera pérdida de salario real, a pocos meses de que la recesión económica de la pandemia obligara a la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) a aceptar un ajuste de su salario por debajo de la inflación.
"No deben ser los trabajadores los que paguen por la crisis", decía entonces a El Observador el socialista Mauricio Zunino, director de Recursos Financieros de la IM, en una tónica que Cosse repetiría varias veces en el período: marcar perfil ante el gobierno de Luis Lacalle Pou en el manejo de las crisis.
A eso se suma el compromiso de que si en 2024 y 2025 hay superávit en las cuentas de la intendencia, se reservará un 40% de ese dinero para "incrementar la masa salarial". "A partir de diciembre vamos a ver si hay para repartir entre los trabajadores. Hoy podemos decir que fue un buen convenio para la familia municipal", sostuvo Aníbal Varela, presidente del sindicato y referente del ala más 'ultra'.
Antes de eso Cosse había firmado una partida de $2.000 para todos los que hubieran teletrabajado en el verano, además de dar un día de licencia a los funcionarios que concurrieran a vacunarse contra el covid-19.
Nicolás Scaffiezo
La administración de Ana Olivera debió pedir la ayuda de los militares para recolectar la basura ante un conflicto en Limpieza
"Hemos visto una administración que ha concedido mucho a Adeom. Esto, en mi opinión, se debe a las aspiraciones presidenciales de Cosse, con cierta paz sindical como apuesta política", analizó el politólogo Gonzalo Puig. "Daniel Martínez apostó a otra estrategia para ser candidato. Él fue uno de los intendentes de Montevideo más votados y ya en campaña tenía el discurso de no cogobernar con el sindicato", dijo a El Observador.
Los elogios de Ripoll
El convenio colectivo logrado en 2021 fue para Valeria Ripoll su plataforma de campaña para imponerse en las últimas dos elecciones internas como la lista más votada del sindicato, con un discurso conciliador con la intendencia de Cosse que muy atrás dejaba sus cuestionamientos a los "amarillos" y comunistas que pretendían "hacérsela fácil" al Frente Amplio en Montevideo.
Tras renunciar para militar por la candidatura del secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, la sindicalista no duda en elogiar la gestión de una de sus adversarias. "De forma muy inteligente, la intendenta puso en Recursos Humanos a Jorge Mesa, exdirector de Trabajo, con un perfil de respeto al sindicato, que estuvo en el Sunca, y no es que aseguró paz, pero sí un perfil de negociación diferente", dijo Ripoll a El Observador. "Con ella (Cosse) prácticamente no nos reunimos", agregó.
Mesa, de perfil mucho más bajo que su antecesor en la administración Martínez, el exministro Eduardo Brenta (Vertiente Artiguista), prefirió no hablar para esta nota: "Todavía me queda un año". El actual director de Gestión Humana ha hablado de los "líderes fuertes" y la "altísima representatividad" de Adeom, en contraste a la firmeza de su antecesor Brenta para asegurar que no habría "cogobierno con el sindicato", una visión que aún hoy es de recibo para varios sectores de la izquierda al hablar sobre Adeom.
Leonardo Carreño
Jorge Mesa, director de Gestión Humana de la Intendencia de Montevideo
Ripoll valoró en esta línea que "en los momentos de crisis se tomaron en cuenta planteos de los trabajadores para que no fueran caótica la limpieza", pero negó que el sindicato tenga en este período un poder de "veto" sobre la conducción política.
La gestión de Cosse sí accedió a reclamos históricos que incluso hacen ruido entre los más moderados del Frente Amplio, como la presupuestación de trabajadores en TV Ciudad y en Cultura, en el entendido que la propia rotación en esas áreas –como por ejemplo, de los intérpretes de la Filarmónica o de los actores de la Comedia Nacional– hace que no tenga sentido esa medida, a tal punto que desde la administración de Tabaré Vázquez en los '90 se habían negado a hacerlo.
Aún cuando no era parte del programa del Frente, Cosse resolvió no renovar la concesión al CAP para la limpieza del Centro, otra de las reivindicaciones de larga data en el sindicato. Su puesta en práctica a través de un fideicomiso de administración permitió de igual modo a Ripoll celebrar que estaba "alineada" con el propósito de Adeom, aunque el radical Varela y los suyos deslizaron su malestar hacia una herramienta financiera para la que, a su entender, "el movimiento sindical siempre estuvo en contra".
Valeria Ripoll, hoy vinculada al Partido Nacional, negó que haya una "luna de miel": "La intendencia no hizo nada de las propuestas de fondo". Luego de su salida del sindicato, empezaron a prenderse luces amarillas con simultáneos preconflictos que hoy salpican a los sectores de Limpieza, Saneamiento, Locomoción y de profesores de Educación Física.
Cosse renunciará en marzo con el viento a favor de haber disuadido a uno de los sindicatos más conflictivos –pero también de los más desprestigiados dentro del FA–, mientras Ripoll, hoy contrincante, lanza: "Los que entendían que cuanto peor el vínculo con el sindicato mejor para el intendente, quedó demostrado que eso no pasa en cómo le fue después a Martínez como candidato".