La fiscalía de delitos económicos investiga una estafa millonaria detrás de las actividades de la empresa de inversiones ganaderas, Estancias del Uruguay, cuyo director fue imputado esta semana por reiterados delitos de abigeato, y falsificación ideológica de documento público por la justicia de Treinta y Tres. Según supo El Observador, en base a fuentes de la investigación, el monto de la maniobra asciende a los US$ 5 millones, aunque semanalmente llegan nuevas denuncias por lo que es esperable que esa cifra aumente con el correr de los días.
Estancias del Uruguay era una firma que ofrecía a sus clientes la posibilidad de invertir en ganado sin correr los riesgos propios de la actividad. Los inversores inyectaban una cantidad de dinero, que partía de los US$ 10 mil y podía superar los US$ 100 mil, a cambio de obtener una rentabilidad anual del entorno del 9%. Para poder otorgar esa ganancia, la empresa compraba ganado, lo criaba y lo hacía rendir. Si los animales enfermaban o una sequía afectaba la producción, los inversores igualmente debían recibir la rentabilidad acordada.
Sin embargo, la apuesta que parecía ser segura terminó siendo una estafa. En los últimos meses, varios clientes se quedaron sin cobrar la rentabilidad que les correspondía porque, según les indicó el director de Estancias del Uruguay, el ganado que era el respaldo de la inversión había sido vendido.
Asimismo, aquellos cuyos contratos vencían veían como no solo no recibían la rentabilidad prometida, sino que tampoco se les devolvía el monto de dinero que originalmente habían inyectado en la compañía.
La primera persona en denunciar al director de Estancias del Uruguay en febrero de 2018 por estafa fue la mujer que además de invertir en la compañía le había arrendado el campo en Treinta y Tres para que pudiera producir con el ganado que adquiría.
Sin embargo, ante otros inversores el director de la empresa dijo que en realidad era un testaferro y que la verdadera dueña de Estancias del Uruguay era la propietaria del campo, es decir la primera persona que lo denunció por estafa. Por esta razón, las denuncias presentadas en los últimos días apuntan tanto contra este hombre como contra la mujer, quien para la fiscalía de delitos económicos actualmente es tanto denunciante como indagada.
A raíz de esta situación uno de los inversores afectados presentó el pasado 23 de octubre en el juzgado de concursos de 1° turno a cargo de la jueza Susana Moll una solicitud de concurso necesario contra Estancias del Uruguay.
El abogado Adrián Gutierrez, abogado de la consultora Baker Tilly que representa a tres inversores que inyectaron entre US$ 15 mil y US$ 50 mil en la empresa, dijo a El Observador que en los próximos días se sumarán al pedido de concurso necesario con el objetivo de recuperar la inversión que realizaron, al tiempo que presentaran una denuncia penal en la fiscalía de delitos económicos.
Abigeato
Mientras la Justicia de Montevideo investiga la presunta estafa de Estancias del Uruguay, el 9 de noviembre su director fue imputado en Treinta y Tres por la “comisión de reiterados delitos de abigeato, especialmente y muy especialmente agravados en concurrencia fuera de la reiteración con reiterados delitos de falsificación ideológica de documento público por particular y expedición de certificados de guía falsos".
El caso se abrió a partir de que varios productores ganaderos denunciaron a principio de octubre el hurto de novillos en Treinta y Tres. Como consecuencia, efectivos policiales realizaron un operativo que permitió detener un camión en el que se trasladaba ganado que, según pudo probarse, llevaban caravanas de trazabilidad cambiadas.
Algunos de los animales incautados habían sido denunciados como faltantes por sus verdaderos dueños. Tras ese operativo se hizo un allanamiento en un campo que había sido arrendado por el imputado, en el que se encontraron 5.528 caravanas de trazabilidad, un número inusualmente alto para el volumen de actividad de ese campo.
Con esas caravanas, el responsable de Estancias del Uruguay lograba hacer pasar por propios animales que en realidad pertenecían a otras personas, y así vender los animales a frigoríficos de forma aparentemente legal.
Los investigadores intentan determinar qué relación hay entre la estafa perpetrada contra clientes inversionistas de Estancias del Uruguay y el ganado robado. Se presume que utilizaba las caravanas que correspondía a aquel ganado que había comprado a partir de las inversiones de los clientes de la empresa para ponérsela a aquellos novillos que había hurtado.
Este jueves, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, anunció que la cartera presentaría una denuncia penal para señalar el uso con fines ilícitos del sistema de trazabilidad.
“Hubo un operador que hizo un uso indebido del sistema de trazabilidad y que llevó a que la Justicia actuará y la apoyáramos. Se ha asociado en estos días el mal uso de la trazabilidad ganadera y de los dispositivos electrónicos con el abigeato. Están las dos cosas mezcladas y las quiero separar". También se detectó falsificación de documentos públicos y simulación de trazabilidad de hacienda, detalló el ministro.