Envejecer con salud se ha convertido en una meta cada vez más alcanzable gracias a los avances en medicina y nutrición. A lo largo de nuestra vida, las necesidades del cuerpo evolucionan, y lo que requerimos a los 20 no es lo mismo que necesitamos a los 70. La alimentación juega un papel crucial en este proceso, siendo esencial ajustar nuestra dieta para prevenir enfermedades y promover un envejecimiento saludable.
Adaptar una dieta a esta nueva etapa de la vida no solo es una cuestión de reducir calorías; se trata de enriquecer nuestra alimentación con alimentos que ofrezcan un alto valor nutricional, contribuyendo así a prevenir enfermedades y mantener la vitalidad. Expertos en nutrición, como el dietista-nutricionista Natxo Gómez (Bilbao), enfatizan en la importancia de personalizar la dieta en la tercera edad, poniendo especial atención en ingredientes que favorezcan un envejecimiento activo y saludable.
Una de las preocupaciones más comunes al envejecer con salud es cómo mantener nuestro sistema digestivo y esqueleto en óptimas condiciones. Natxo Gómez, nos ofrece valiosa orientación sobre cómo abordar estas preocupaciones a través de nuestra dieta.
El proceso de envejecimiento puede ralentizar el peristaltismo, es decir, los movimientos intestinales que nos ayudan a evitar el estreñimiento. Para combatir este efecto, Gómez enfatiza en la importancia de un consumo adecuado de fibra: mejora la digestión, promueve movimientos intestinales saludables, ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre y a mantener un peso saludable.
La fibra se puede encontrar en una variedad de fuentes, como las verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y nueces.
La osteoporosis, una preocupación notable para quienes buscan envejecer con salud, reduce la densidad de los huesos, incrementando el riesgo de fracturas. Según Gómez, una estrategia efectiva para combatir esta condición es asegurar un consumo adecuado de calcio: vital para la salud ósea y se encuentra en alimentos como lácteos, vegetales de hoja verde, legumbres y productos fortificados.
Natxo Gómez alerta sobre un problema común en esta etapa de la vida: la deshidratación. Este fenómeno se debe, en parte, al deterioro cerebral que afecta la percepción de la sed, llevando a una ingesta insuficiente de líquidos.
Para contrarrestar este riesgo, el especialista subraya la importancia de incorporar a la dieta diaria alimentos ricos en agua como sopas, caldos, purés e infusiones. Además de favorecer la hidratación, estos alimentos facilitan la deglución, aspecto relevante dado que la capacidad para tragar tiende a disminuir con la edad.
Para cerrar, es esencial recalcar que envejecer con salud implica mucho más que seguir las recomendaciones alimenticias generales. Adaptar la dieta a las necesidades individuales, teniendo en cuenta los cambios que experimenta el cuerpo con la edad, es clave para disfrutar de una vejez activa y plena.
A continuación, ofrecemos una lista de consejos prácticos para mantener una dieta equilibrada después de los 70 años:
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