Una mañana Matías Dalmas, trabajando en el establecimiento familiar, encontró una vaquillona muerta. El autor –capaz fue más de un delincuente– puede perfectamente considerarse un profesional del delito, por cómo fue el tiro y el degüello.
Tras la adversidad, que significa un daño económico cuantificable y uno anímico difícil de medir, el productor expuso en la red social Twitter lo sucedido, con un claro objetivo: que se sepa que estas cosas siguen ocurriendo, que no quede todo en una denuncia más sin solución, para ayudar a generar conciencia sobre lo que se pierde si el problema de la delincuencia se suma a otras dificultades y termina obligando al tambero a bajar las cortinas.
Matías recordó que el sábado 27 de febrero llegó a una zona del campo para trabajar en el manejo alimenticio del ganado, concretamente para armar una nueva franja de pastoreo para su uso durante el fin de semana, para establecer una nueva parcela, momento en el que encontró la vaquillona muerta.
“Estaba en un sector medio escondido, con un solo balazo y bien dado, atrás de la paleta, de modo que la bala fue directo al corazón”, relató.
Eso, explicó, indica claramente que quien mató al animal sabía muy bien cómo hacerlo: “Era un hombre muy ducho”, que logró una muerte rápida, que el animal caiga de inmediato, para no tener que perseguirlo o hacer más ruido con un segundo balazo.
“Además, había sido muy bien degollado, eso me impresionó”, añadió, explicando que hubo un muy buen manejo del cuchillo.
No obstante, no se llegó a realizar la carneada y el animal quedó muerto, pero entero.
Matías estima que eso fue, muy probablemente, porque en un campo vecino donde hay un cultivo de soja había un chacrero utilizando un “mosquito” (un equipo autopropulsado para realizar labores de fumigación y/o fertilización), actividad que en casos se realiza de noche, para una mejor aplicación; la presencia de gente trabajando y hasta las luces de la máquina seguramente “asustaron” al autor de la muerte de la vaquillona.
Se hizo la denuncia correspondiente, hubo una inspección policial en el lugar, pero Matías piensa que poco se podrá avanzar en ubicar al delincuente, por ejemplo porque al no llevarse la carne es imposible recurrir a la tecnología del ADN para vincular carne que se venda sin un origen legal comprobable con la de un animal faenado de modo clandestino.
En tanto, descartó que la muerte tenga como causa “una bala perdida”, por cómo se produjo el tiro y cómo se hizo del degüello: “Somos gente de campo desde siempre, conocemos esto, el motivo sin dudas era matar y carnear al animal”.
La vaquillona era parte del rodeo lechero de un establecimiento manejado por una empresa familiar, que se dedica a la producción de leche y realiza además agricultura. Se encuentra en el paraje Quintón, cerca de la ruta 1, en Colonia.
Era una vaquillona, preñada, muy próxima a parir. Por lo tanto, la pérdida directa se puede estimar en US$ 1.000 a US$ 1.200, cifra que se incrementa notoriamente si se añade lo que se pierde de producir a futuro, en descendencia y leche.
“Por suerte, es la primera vez que nos pasa acá, pero hay un productor conocido, en la zona de Juan Lacaze, que le llevan ocho a 10 animales muertos en poco tiempo”, lamentó.
Agregó: “En nuestro caso el temor más grande está en si esto para acá o sigue, por eso en un momento de calentura puse lo que puse en Twitter, lo del impacto económico y sobre todo en lo anímico, la amargura, el miedo que genera”.
Matías insistió en que “está bueno que esto se sepa, a la Policía uno no le puede recriminar nada, estuvieron acá, se preocuparon, tienen una camioneta para vigilar por las noches en una zona que es muy grande. Yo no le encuentro solución rápida a esto, pero hay que ayudar, por ejemplo informando y denunciando cuando pasa”.
También reflexionó que cuando esto le sucede a un tambero chico, que tiene un rodeo de unas 30 vacas, “es terrible”, porque perder tres o cuatro vacas en 30 es algo que se suma a muchos otros problemas y significa casi “una invitación a irse del tambo”.
Eso debería ser especialmente considerado, dijo, porque sin dejar de respetar a todas las actividades un tambo genera mucho empleo, puestos que si el tambo cierran no estarán todos disponibles si el destino del campo es chacra o ganadería, a lo que hay que agregar la cantidad de empleos que se generan luego en el resto de la cadena agroindustrial lechera.
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