7 de febrero 2025
Dólar El Observador | Auspicio BROU Cotizaciones
Compra 42,25 Venta 44,65
7 de febrero 2025 - 10:53hs

Como ya narramos en esta columna, la ofensiva relámpago que a finales de diciembre puso fin al régimen de Bashar al-Assad en Siria dejó al país en manos de su artífice, el líder rebelde y ex-jihadista Ahmed al-Sharaa.

Al-Sharaa, quien estaba al frente del grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que durante los últimos años tuvo base en la ciudad de Idlib, impuso un gobierno de transición conformado por los mismos tecnócratas que llevaron adelante la administración de la ciudad de Idlib durante los últimos años de la guerra civil.

Dicho gobierno, encargado a Mohammed al-Bashir, tuvo como primera prioridad hacer un sondeo profundo del desmadre en la arquitectura estatal que le arrebataron al ex-dictador Bashar al-Assad, quien hoy vive un silencioso exilio en Rusia. Los resultados fueron sorprendentes, aún después de 13 años de guerra civil.

Más allá del comercio ilegal de narcóticos, las relaciones comerciales del país son nulas, y por ende las reservas de divisas del banco central también lo son. La libra siria no tiene valor alguno.

Más noticias

La situación habitacional es catastrófica, luego de años de bombardeos indiscriminados por parte del régimen y de la aviación rusa sobre zonas residenciales en todo el país. La gran mayoría de la población vive debajo de la línea de pobreza. Hablar de servicios públicos es innecesario.

Lo único que funcionó hasta el último día del régimen fueron sus cárceles. Las imágenes de Sednaya recorrieron el mundo, último testamento de la violencia cotidiana e inimaginable de la dictadura.

Mientras tanto, al-Sharaa se embarcó en la misión de sanear no solo su propia imagen, proceso que se gestaba hace tiempo, sino también la de su país a los ojos del mundo.

Como lo hizo desde que HTS gobierna Idlib, al-Sharaa, quien entonces aún utilizaba su nom de guerre “al-Jolani”, prometió respetar las minorías confesionales, principalmente a los cristianos, que son numerosos en ciudades como Alepo, y a cuya condición son históricamente sensibles los estados europeos.

Europa, y el mundo occidental en general, tienen las llaves para la apertura económica del país. Las sanciones impuestas por Occidente al régimen de al-Assad, de ser suspendidas, podrían dar un empujón a la devastada economía Siria. La Comisión Europea y los líderes de los principales países de Europa ven con buenos ojos la posibilidad de dicha recuperación — no sin algo de cinismo, ya que las capitales europeas preparan desde diciembre posibles planes de repatriación para los millones de sirios refugiados en sus territorios.

La posición algo nebulosa de líder de facto de al-Sharaa podría haber complicado estos esfuerzos diplomáticos: la semana pasada, una conferencia de los principales aliados de HTS nombró a al-Sharaa “Presidente Interino” del país, quien gobernará junto a un consejo legislativo hasta que se pueda dar forma a una nueva constitución.

No es un nombramiento sutil: los gobiernos extranjeros pueden entablar relaciones diplomáticas no con un simple líder militar, más allá de su primacía, sino con un Presidente, investido de poderes más o menos legítimos.

El Presidente Interino no perdió el tiempo en hacer uso de su nueva posición, al juntarse en Riyadh con Mohammed bin Salman, Príncipe de Arabia Saudita, para discutir la reconstrucción de su país.

Más importante aún fue su viaje a Ankara, la capital turca, para entrevistarse con Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía. En muchos sentidos, al-Sharaa le debe su encargo actual a Erdogan: Turquía fue un aliado clave en las negociaciones con Moscú y Damasco que en 2020 “congelaron” los frentes de la guerra civil en Siria, dando así tiempo a los rebeldes de HTS a reorganizarse en su reducto de Idlib.

Erdogan, además, fue el primero en salir a respaldar la operación militar de diciembre. Se sospecha que los turcos brindaron ayuda logística a HTS en la etapa preparativa a dicha operación.

Esto lleva a Siria a una encrucijada. Al-Sharaa y su consejo declararon que todas las fuerzas rebeldes serían disueltas para pasar a formar parte de un nuevo ejército sirio, integrándolas bajo un comando único (el suyo). Los restos del ejército de al-Assad, quienes presentaron una resistencia simbólica en diciembre, ya entregaron sus armas. No es este el caso de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), las milicias kurdas que aún controlan el noreste del país.

Y no lo es por razones bastante claras. Las SDF tienen contactos directos con las fuerzas de resistencia kurda, que llevan décadas en guerra con el estado turco en territorio que los kurdos consideran suyo. Erdogan pretende cobrarse su asistencia a al-Sharaa con una desarticulación de las SDF.

Para Siria, la integración de sus diversos grupos étnicos y confesionalesSunnitas, Chiitas, Alawitas, Druzos, Cristianos, Kurdosno puede darse si uno de ellos queda excluido.

Es improbable que los Kurdos entreguen sus armas luego de décadas de exclusión y maltrato por parte de los gobiernos de Turquía, Siria, Iraq e Irán.

De hecho, ya se han verificado escaramuzas a lo largo del Éufrates entre HTS y sus aliados y las SDF.

Una guerra abierta entre ambos no solo llevaría a una escalada de la violencia que destartalaría el aire de pacificación que al-Sharaa busca imponer, sino que al-Sharaa perdería la fe que hasta hoy el pueblo sirio le extiende para la transición.

Si al-Assad era un títere de Moscú, al-Sharaa, Presidente de Siria, no puede permitirse caer bajo los hilos de Ankara.

Temas:

Al-Sharaa

Seguí leyendo

Te Puede Interesar

Más noticias de Argentina

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos