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El Observador | Daniel Iriarte

Por  Daniel Iriarte

Director asociado de Glue Executive Search
14 de marzo 2025 - 11:58hs

En un contexto regional marcado por la volatilidad, Uruguay logró construir en las últimas décadas una reputación de previsibilidad, que le permitió convertirse en un destino atractivo para varias empresas. La estabilidad económica y un marco institucional sólido, entre otras cuestiones, fueron algunos de los factores que posicionaron al país como un lugar propicio para el desarrollo de negocios.

Asimismo, años de crisis económica y política en Argentina llevaron a muchas compañías a evaluar la posibilidad de trasladar o expandir sus operaciones en el país vecino. No obstante, frente a los recientes signos de estabilidad en el mercado argentino durante los últimos meses, ¿sigue siendo Uruguay tan atractivo para las empresas como lo fue hasta ahora?

Nuestro país cuenta con un entorno favorable para las inversiones, pero el crecimiento ya no está necesariamente garantizado. Según una encuesta de Perspectivas Empresariales de KPMG Uruguay de diciembre del año pasado, la percepción empresarial de Uruguay sigue siendo mayormente positiva. El 77% de las empresas califican el clima de negocios como “bueno” o “muy bueno”, lo que confirma que el territorio conserva su reputación en la región. Sin embargo, el entusiasmo parece haberse enfriado en cuanto a las perspectivas a futuro. Solo un 29,2% de las empresas espera una mejora económica en 2025, mientras que casi la mitad prevé estabilidad y un 24,8% teme un deterioro.

Uno de los factores que contribuyó a mantener el atractivo del país es su transformación en un hub de innovación en la región, como DLocal, Pedidos Ya y Nearsure. La evolución del ecosistema tecnológico del país generó situaciones para que no solo las empresas sino también los directivos pudieran crecer. El talento logró acceder a nuevas oportunidades sin la necesidad de emigrar. Anteriormente, los profesionales debían mudarse a otros mercados más grandes de la región para poder crecer. Beneficios como el hub tecnológico consolidado en Uruguay, su entorno tributario favorable y el contexto político económico argentino atrajeron a muchas empresas internacionales instaladas en el país vecino.

Uno de los problemas actuales radica en que el auge no es homogéneo cuando se trata de talentos que deciden emigrar a Uruguay. En los últimos años, muchos argentinos optaban por mudarse al país vecino impulsados por la incertidumbre política y económica en su país de origen. No obstante, con el cambio de gobierno en Argentina y las señales de estabilidad en el mercado, la urgencia por emigrar se redujo. Además, la diferencia salarial entre ambos países disminuyó significativamente, e incluso en algunos casos, los salarios en Argentina superaron a los de Uruguay. Esto afecta directamente al costo de vida que conlleva vivir en Uruguay. Montevideo, en particular, se encuentra entre las ciudades más caras de América Latina, con precios elevados en vivienda, servicios, educación y consumo diario.

Asimismo, el mercado laboral en Uruguay sigue siendo pequeño en comparación a otros países como México o Brasil. Esto implica que, una vez dentro del país, las opciones de movilidad y crecimiento pueden ser más limitadas en comparación con otras economías más dinámicas de la región.

Por último, no podemos ignorar que siempre ante un cambio de gobierno, los mercados se muestran un poco más contemplativos. Con las últimas elecciones en nuestro país varias empresas pusieron en pausa diferentes acciones —como las contrataciones de nuevos talentos— esperando a que se esclarezca el panorama. Algo lógico y comprensible, pero que no deja de ser un ingrediente más a este contexto de incertidumbre.

Las perspectivas en términos de negocios a futuro parecen depender de cómo el país maneje sus desafíos internos. La competencia regional está más fuerte que nunca, y si bien la crisis en Argentina dio paso a un flujo de inversión hacia Uruguay, la situación podría cambiar a medida que el país vecino recupera estabilidad. Para atraer talento, Uruguay necesita ofrecer un paquete de valor más amplio, donde factores como la seguridad, la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo profesional y educativo pesen más en la decisión de los talentos.

Uruguay debe adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado global y seguir impulsando la innovación y el desarrollo de talento, pero también debe reflexionar sobre cómo hacer frente a los altos costos de vida y las limitadas oportunidades de crecimiento profesional para sectores más allá de los c-level. El desafío será mantener la estabilidad, así como también fomentar un ecosistema económico y laboral que continúe siendo atractivo para todos los niveles de inversión.

Si bien se muestra como un destino muy interesante para las empresas y talento, el futuro como un centro atractivo para los negocios no está completamente garantizado. El porvenir en 2025 dependerá de las decisiones que el país tome, pero las oportunidades aún están al alcance.

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