Álvaro Cóppola y su familia en su regreso a Uruguay tras el Rally Dakar
Álvaro Cóppola y su familia en su regreso a Uruguay tras el Rally Dakar
El piloto de 47 años se presenta como “el canario de la Tercera sección de Lavalleja”, que es la zona en la que creció y en la que comenzó a apasionarse con las motos a los 16 años, cuando el Rally Dakar le parecía algo muy lejano. “El río Santa Lucía nace en Lavalleja. Y yo vivía a una cuadra del río, en esa parte”, explicó.
Laurent Lazard, el piloto leyenda Dakar, siete veces finisher, que lo acompañó como una especie de coach en la carrera, empezó a llamarlo con ese apodo en los videos y quedó. “La verdad que está bueno que se sepa de dónde viene uno, que yo soy del campo, le llama la atención a la gente”, agregó.
La emoción al recordar a su amigo fallecido
El Dakar 2025 fue el segundo para Cóppola, pero el primero en el desierto árabe. Ya había corrido el de 2018, pero en la prueba que en ese entonces se realizaba en Sudamérica, lo que fue una primera experiencia que le resultó muy difícil.
Álvaro Cóppola en el Rally Dakar 2025
Álvaro Cóppola en el Rally Dakar 2025
Prensa Álvaro Cóppola
“La verdad que teníamos miedo”, dijo al recordarla. “Fue durísima, la más dura de Sudamérica por lo que dicen, con dunas impresionantes, una locura”, señaló. En esa prueba tuvo complicaciones con su moto, lo que lo llevó a tener que ir atrás en muchas etapas en la que lo pasaban hasta los camiones.
“Eso la hizo complicada. Por eso digo que hubo momentos muy difíciles en ese Dakar”, señaló sobre su debut en el que finalizó en el puesto 82°.
Varios años después, le volvió a picar el bichito, tras ver que en siete años nadie había podido llevar la bandera uruguaya a la meta.
El uruguayo Álvaro Cóppola al finalizar el Rally Dakar 2025
El uruguayo Álvaro Cóppola y su equipo al finalizar el Rally Dakar 2025
“Hice un intento, pero económicamente no podía. Y este año le dije a mi señora: ‘Vamos, voy a ir al Dakar’. A pesar de que había tenido algunos problemitas de salud, me sentía bien. Mi hermana me decía ‘estás loco’. Mi madre no, porque ella confiaba en mí, se ve que siempre confió en mí”, contó, entre risas.
Con el apoyo de su señora y su hijo, quienes lo acompañaron a Arabia Saudita, en el mes de febrero de 2024 Cóppola inició un plan de entrenamiento que comenzaba todos los días a la hora 06:00, antes de ir a trabajar.
Luego, le sumó travesías y competencias en Argentina, el lugar indicado en la región al que suelen ir grupos de pilotos para practicar en las dunas y la arena, para llegar al desierto saudita con algo de conocimiento en el terreno.
Pero una de esas jornadas tuvo un trágico desenlace. Mientras corrían por las dunas de El Nihuil, en Mendoza, Matías Carballo, piloto y amigo de Cóppola, sufrió un accidente que le costó la vida, lo que impactó al minuano y a su círculo más cercano.
Álvaro Cóppola y su homenaje para Matías Carballo
Álvaro Cóppola y su homenaje para Matías Carballo
A modo de homenaje, en la largada del Dakar llevó una bandera uruguaya firmada por familiares y allegados a su amigo fallecido, la que lo acompañó durante toda la competencia.
Para esta edición del Dakar, Cóppola no hizo entrenamiento psicológico, algo que si había hecho en 2018. “En este Dakar no. Tenía a mi familia, yo y el campo”, señaló. “He crecido y me consideró bastante fuerte, me enfocó en algo y voy. Por ahora la vengo llevando así. No digo que no lo necesite. Pero mirá si el psicólogo me hace abandonar la carrera”, dijo, entre risas.
Álvaro Cóppola y su homenaje para Matías Carballo
Álvaro Cóppola y su homenaje para Matías Carballo
La navegación y la dificultad con la carpa
El piloto minuano fue sorteando las etapas con un objetivo claro: lo importante era llegar a la meta final y lograr la medalla finisher, la que lució con orgullo durante toda la recepción en Montevideo. En ese sentido, trató de cuidarse al máximo como también a su moto, si bien tuvo algunas complicaciones propias de una carrera y de un terreno difícil.
Mejorar la navegación fue clave, ya que entiende que saber utilizar el GPS a bordo es importante para tener buenos rendimientos y no perder tiempo. “Tenés que tratar de leer la ruta lo más rápido posible, coordinar eso con la velocidad. Si acelerás pero no aprendiste a leer rápido, ahí empezaba a cometer errores”.
Así es el sistema de navegación de la moto de Álvaro Cóppola en el Dakar 2025
Así es el sistema de navegación de la moto de Álvaro Cóppola en el Dakar 2025
En las etapas es habitual que los pilotos se pierdan y no pasen por los way points, por eso no hay que confiarse para seguir a otro competidor ya que también puede estar desorientado. “Cuando es una camioneta la que te pasa, confiás en ella para seguirla porque va con un navegante. Pero también se equivocan. Eso es lo peor de todo. Ahí, en mi caso, me detengo, leo el GPS, y veo si voy bien”, comentó.
El uruguayo también tuvo que asistir a otros corredores que tuvieron problemas. “A mí siempre me toca eso. Parece que tengo un imán”, bromeó. “Pero en este caso, como estaba accidentado, primero fue un español, en la etapa dos. Y es la obligación: parar y ayudar, y quedarte ahí”, agregó. Luego, tuvo que asistir a un compañero de equipo, por lo que se le restó el tiempo que estuvo detenido.
Álvaro Cóppola en el Dakar 2025: los fogones en el desierto
Álvaro Cóppola en el Dakar 2025: las carpas en las que duermen los pilotos en una etapa maratón
Otra de las dificultades que tuvo fue con el armado de una carpa para dormir en una de las etapas de 48 horas en la que los pilotos no cuentan con su equipo y deben ser autosustentables. “Me costó trabajo armarla porque soy canario”, comentó. “Me llevé dos linternas en el bolso y ese día no llevé ninguna para la etapa maratón. Y llevé el celular de mi hijo que no tenía ni batería. O sea, con el relumbre de los demás, armé la carpa. Y arriba de las piedras porque hicieron el campamento en una explanada donde era todo piedras. Y con la colchoneta de un centímetro”, dijo.
El desayuno de Álvaro Cóppola en el Rally Dakar
El desayuno de Álvaro Cóppola en el Rally Dakar
En ese campamento también se las tuvo que ingeniar para cocinar una sopa instantánea para la que contó con la ayuda de otros pilotos ya que las instrucciones no se entendían. “Te dan una comida militar que venía en la bolsita, que era queso, pollo o de carne”, contó. ¿Era rico? “Para mí, sí”, dijo.
Pese al cansancio acumulado y al dolor en ambas muñecas por un duro impacto en su moto, Cóppola logró sortear los más de 7.500 acumulados del Dakar. “Fue complicado, pero estaba muy enfocado. Mi único objetivo era llegar, representar bien a Uruguay, a todos ustedes”, señaló. “Pasaron 7 años y nadie había podido llevar la bandera a la meta y está bueno que estemos representados mundialmente”.
La emoción del uruguayo Álvaro Cóppola al finalizar el Rally Dakar
La emoción del uruguayo Álvaro Cóppola al finalizar el Rally Dakar
Sobre su futuro y la frase que dice que no hay dos sin tres, el minuano tiene ganas de ir por su tercer Dakar en 2026. Pero para eso necesita apoyo. “Traté de que el gobierno me ayudara y no tuve mucha respuesta hasta hoy. También me dije que no me conocen lo suficiente y que tengo que sembrar para ver si cosecho. Y está dando su fruto, así que esperemos tener suerte y cumplirle el sueño a todos de poder volver a correr otro Dakar”, dijo Cóppola, quien ya volvió a Lavalleja para retomar su trabajo en los montes, con la ilusión de volver a llevar la bandera uruguaya al desierto.