11 de enero 2025
Dólar El Observador | Auspicio BROU Cotizaciones
Compra 42,75 Venta 45,25
11 de enero 2025 - 7:30hs

En el mundo de los remates en Uruguay, Pablo Fattorini, martillero con años de experiencia, reflexiona sobre los desafíos y las transformaciones que enfrenta su profesión. Desde la inclusión de nuevas generaciones hasta la irrupción de los remates virtuales, el panorama ha cambiado, pero algunos pilares siguen siendo irremplazables.

“La mayoría de los compradores jóvenes llegan a este mundo por influencia de alguien cercano”, explica Fattorini. “Es raro que un joven simplemente aparezca en un remate sin ningún contacto previo. Usualmente es el padre, un allegado o algún familiar quien los introduce en este ámbito”, ahonda. Según él, el oficio también se mantiene con un promedio constante de matrículas anuales, aunque la competencia y las modalidades han evolucionado.

El valor del remate

Más noticias

Para Fattorini, el remate sigue siendo un mecanismo de venta insuperable en términos de transparencia y resultados. “Es el método más eficaz para vender, incluso más que una licitación”, asegura. “He visto casos en los que inmuebles licitados terminaron vendiéndose a precios muy por debajo de lo que se hubiera logrado en un remate. Eso te da una pauta clara”, explica.

Además, destaca que el rol del rematador no se limita a dirigir la subasta: “El rematador asesora al público, proporcionando detalles sobre el inmueble o el bien que van mucho más allá de los que ofrece una licitación. Esa información puede ser crucial para que el comprador tome una decisión bien fundamentada”.

El auge y los límites de los remates online

La digitalización ha impactado en todos los sectores, y los remates no son la excepción. Sin embargo, Fattorini se muestra escéptico ante su efectividad para inmuebles: “El remate virtual puede funcionar en algunos casos, pero el presencial sigue siendo insustituible, sobre todo en bienes raíces”, sostiene.

“Es difícil imaginar que alguien compre un inmueble online sin haber revisado personalmente la documentación o inspeccionado el bien. Para eso siempre se recurre a un profesional de confianza, como un escribano, que puede representar al comprador en una subasta judicial”, agrega.

Por otro lado, reconoce que los remates online han acaparado casi por completo el mercado de bienes muebles. “Los remates presenciales de bienes particulares prácticamente no existen. Todo se hace virtual”, señala.

La mejor época para rematar

Según Fattorini, el calendario juega un papel clave en el éxito de un remate. “Los meses ideales son abril, mayo, junio, y después agosto, setiembre, octubre y noviembre”, explica. “Diciembre, enero y febrero no son buenos meses debido a las fiestas y las vacaciones. Todo se dispersa”, argumenta.

¿Qué hace la diferencia para obtener buenos precios en un remate? Fattorini lo tiene claro: “Buena exhibición y publicidad adecuada. Esas son las claves. Si el público no conoce el bien o no tiene acceso a verlo en condiciones óptimas, es muy difícil obtener un buen resultado”.

Perspectivas para 2025

En cuanto a lo que se viene, Fattorini espera que 2025 sea un año estable, similar a los años posteriores a la pandemia. “Después de ese período inusual con una acumulación de remates, los últimos años han sido parejos, y creo que este no será la excepción”, concluye.

Temas:

#rematejudicial

Seguí leyendo

Te Puede Interesar

Más noticias de Argentina

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos