La selección de Uruguay está de regreso, lo que no es poca cosa luego de un año muy irregular del combinado que dirige Marcelo Bielsa, y cerró este 2024 con un repunte que le permitió vencer con autoridad a Colombia e igualar de visitante ante Brasil para sostener el segundo lugar en la tabla de posiciones de las Eliminatorias, igual que al final de 2023.
Luego de transcurrido el 66% de las Eliminatorias, Uruguay quedó a dos fechas de asegurar su clasificación al Mundial 2026, resurgió tras la crisis que vivió en setiembre y octubre (en medio del tsunami que generó Luis Suárez con las duras acusaciones contra Bielsa), como consecuencia de las suspensiones que sufrió tras los incidentes con Colombia en la Copa América y las lesiones que le pasaron un alto precio a los celestes.
Este martes en Bahía, la celeste volvió a mostrar autoridad, y su capacidad para plantarse ante un Brasil que estuvo más cerca del triunfo, pero que no lo consiguió por el despliegue defensivo y, sobre todo, la actitud de un equipo uruguayo que defendió con un estilo que ya había expresado ante esta misma selección brasileña en la Copa América.
Uruguay's midfielder #15 Federico Valverde celebrates after scoring during the 2026 FIFA World Cup South American qualifiers football match between Brazil and Uruguay at the Arena Fonte Nova stadium in Salvador, Brazil, on November 19, 2024. Arisson MARIN
Federico Valverde celebra su gol para la selección de Uruguay ante Brasil
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Uruguay se presentó en Brasil con espíritu de grande, con ese sello inconfundible de defender con el alma y de pisar el área rival con autoridad futbolística hasta lograr quebrar la resistencia y establecer una ventaja parcial, tras un golazo de Federico Valverde.
Uruguay está volviendo a ser Uruguay, pero ya no solo con el estilo de Bielsa sino por la capacidad defensiva y muestra de carácter que identifica a esta raza inigualable de futbolistas.
Pasando raya: Bielsa recorrió la mitad de su camino hacia el Mundial
Con el partido ante Brasil se cerró la mitad del ciclo del entrenador argentino en Uruguay (proyectado para 39 meses, entre mayo 2023 y julio 2026) y atrás empiezan a quedar claramente dos etapas bien marcadas, que dejan certezas y obligaciones para 2025:
1) el primer año de Bielsa en el Complejo de la AUF, en donde jugó solamente seis partidos oficiales por Eliminatorias, consiguió elevar el juego de la celeste a un nivel nunca visto. Logró rendimientos extraordinarios que selló con los triunfos ante Brasil en Montevideo y Argentina en Uruguay, y el segundo puesto en la tabla de posiciones de las Eliminatorias al cerrar 2023;
2) este segundo año de Eliminatorias y de Copa América, regado por el sufrimiento y la incertidumbre, se transformó en el período en el que sin desarrollar el exquisito plan de juego del entrenador, encontró en el carácter de esta selección, que tuvo puntos muy altos (ante Brasil en la Copa América y este cierre de noviembre frente a Colombia y Brasil por Eliminatorias), las razones para conseguir resultados que consolidan y la sostienen por segundo año consecutivo como segundo en la tabla de las Eliminatorias.
3) Uruguay consolidó su segundo lugar en la tabla de las Eliminatorias que podrá sostener el próximo año con un calendario favorable en junio y setiembre (Venezuela, Chile, Perú y Paraguay) y se perfila hacia su mejor versión luego de aquel soñado 2023 del plan de Bielsa y de este 2024 en el que ofreció una muestra de carácter fiel a su historia, y que le exige en 2025 conectar las dos fortalezas.
Entonces, el camino recorrido hasta ahora con Bielsa deja puntos altos porque Uruguay sigue confirmando su proceso de maduración para llegar al Mundial con un equipo competitivo, dispuesto a pelear contra todos por asuntos importantes.
AMDEP318. SALVADOR (BRASIL), 19/11/2024.- Jugadores de Uruguay posan este martes, en un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 entre Brasil y Uruguay en el estadio Arena Fonte Nova en Salvador (Brasil). EFE/ Isaac Fontana
El equipo de la selección de Uruguay ante Brasil por Eliminatorias
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Que esta selección le haya ganado un partido a Brasil (en 2023 en Montevideo) e igualado los otros dos (en Copa América y Eliminatorias en 2024) son señales que confirman el crecimiento de un proyecto deportivo, y le brindan respaldo al plan de Bielsa de cara al gran objetivo del Mundial 2026.
Que esta selección esté segunda en las Eliminatorias es otra señal de fortaleza.
Que esta selección siga confirmando rendimientos individuales de gran nivel, reafirma su evolución, que necesita cualquier proceso de trabajo.
En ese sentido, Uruguay comprobó este año que tiene un grupo de jugadores cada vez más amplio, y que cualquiera de ellos podrá cumplir con todas las exigencias que plantea la titularidad en la selección: Sergio Rochet; Nahitan Nández y Guillermo Varela en el lateral izquierdo; Ronald Araujo, Josema Giménez, Sebastián Cáceres, Mathías Olivera en la zaga; Matías Viña en el lateral izquierdo; Manuel Ugarte, Federico Valverde, Rodrigo Bentancur y Nicolás de la Cruz en el mediocampo, y Facundo Pellistri, Maximiliano Araújo, Darwin Núñez y, desde esta doble fecha de noviembre, Rodrigo Aguirre, en ataque.
AMDEP318. SALVADOR (BRASIL), 19/11/2024.- El seleccionador de Uruguay Marcelo Bielsa reacciona este martes, en un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 entre Brasil y Uruguay, en el estadio Arena Fonte Nova en Salvador (Brasil
Marcelo Bielsa, técnico de la selección de Uruguay en el partido ante Brasil por Eliminatorias
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Mientras tanto, Santiago Bueno, Nicolás Fonseca y Luciano Rodríguez esperan sus oportunidades para ingresar en esa selecta nómina.
Entonces, en ese proceso de crecimiento que recorre cualquier plantel, la selección de Uruguay avanza sobre un terreno firme y es tiempo de celebrar que la selección esté de regreso, tras el triunfazo ante Colombia y el empate en Brasil.
Uruguay volvió a descubrir otro nivel en este 2024, que exige conectar con las fortalezas del año pasado y potenciar al plantel de cara a 2025, para transformarse en la poderosa selección que este grupo tiene la capacidad de expresar.
