El australiano de padre uruguayo, Alex de Miñaur, tercer favorito, plasmó su evidente superioridad ante el italiano Mattia Bellucci (6-1 y 6-2) y un año después regresó a la final de Rotterdam, la primera del 2025, que disputará ante el ganador del duelo entre el español Carlos Alcaraz y el polaco Hubert Hurkacz.
Tiene una nueva ocasión el oceánico, octavo del mundo, de abrazar el trofeo del evento neerlandés que el año pasado le arrebató el italiano Jannik Sinner. En esta ocasión, tardó solo 67 minutos en dejar fuera del torneo a Bellucci, un jugador que es el 92 del ránking ATP y que por primera vez afrontaba una semifinal ATP.
Aún así, ha sido una semana inolvidable para el transalpino, de 23 años, que por primera vez en su carrera se situará entre los setenta primeros del mundo.
De Miñaur, por su parte, jugará la decimoctava final de su carrera. Apunta a su décimo trofeo, el primero del 2025 y el primero desde que el pasado año ganó en Hertogenbosch y Acapulco.
El australiano se enfrentará por el título al ganador del partido entre Alcaraz y Hurkacz.
La historia de De Miñaur
Alex de Miñaur nació y vivió hasta los cinco años en Sídney, Australia, hasta que se fue a España. Luego, junto a sus padres, en busca de un mejor pasar, retornó al país de los canguros, donde recibió el apoyo para desarrollar su carrera como tenista.
"Yo nací en Australia. A los cinco años nos fuimos a España, donde estuvimos ocho años. Después nos mudamos a Australia otra vez por los negocios de mis padres, que tenían un lavadero de coches. Montaron un restaurante en Sídney que cerró el año pasado. Y nos mudamos de nuevo a España", dijo al portal El Español en una nota del año 2016.
"Nos tuvimos que ir de España y fue duro. No me gustó irme en absoluto. Estaba muy a gusto en casa. Fue algo que nadie de mi familia quería hacer, pero era un cambio obligado por los negocios y por la falta de recursos", agregó.
En España lamentaron que el tenista se les escapó y también lo consideran como suyo, de hecho tiene nacionalidad australiana y española, pero él indicó que eligió al país que representa por el apoyo que tuvo de su federación.
"Durante ese tiempo, me encontré muy cómodo con la Federación Australiana, que me costeó todos los gastos para poder jugar a tenis, algo que no había pasado en España. Mis padres no podían pagarme la carrera como jugador de tenis. Era imposible. En Australia me apoyaron mucho".