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Muertes en Salto y Artigas revelan la tensión del sistema de salud
Desde Colonia 18 de Julio, en Salto, una localidad donde viven 750 personas y que está ubicada a 14 kilómetros del Hospital de Salto, Óscar Presentado y su familia solicitaron asistencia médica al hospital público debido a que el hombre estaba infectado de covid-19, pero los médicos les hicieron saber telefónicamente que los síntomas que tenía "no eran más que parte del proceso de la enfermedad" y le pidieron "que mantuviera la calma" porque "pasarían pronto".
El martes 13 de abril la salud de Presentado se agravó y comenzó a tener dificultades para respirar. Sus familiares solicitaron una vez más asistencia médica de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) pero la respuesta del otro lado del teléfono fue que estaban saturados, y le volvieron a decir que sus síntomas eran previsibles, según contaron a El País este domingo. Horas después falleció.
Después que se conoció la noticia, y casi una semana después de la muerte, ASSE dispuso una "investigación urgente" por la omisión de asistencia por parte de la Red de Atención Primaria (RAP) de Salto, que derivará en una investigación administrativa a cargo de la Dirección Jurídica, según informó el prestador público en un comunicado.
El presidente, Luis Lacalle Pou, dijo en una rueda de prensa este lunes que el caso ameritaba una "rápida" investigación y que la omisión de asistencia de este paciente era una caso "atípico".
Pero horas más tarde la historia se repitió. En Bella Unión Alberto Fernández, de 49 años murió en su casa infectado con covid-19.
Los familiares reclamaron que el pasado 17 de abril solicitaron asistencia y se le negó "porque no tenían" ambulancias, según relató un familiar a la periodista Nancy Uscudun.
"Hace dos días que pidió que la ambulancia fuera a su domicilio y le dijeron que no podía ir porque no tenían, supuestamente, ambulancia", contó el cuñado de Fernández. En menos de 24 horas, ASSE dispuso una segunda investigación urgente por la muerte del paciente.
Sistema tensionado o saturado
Pero, más allá de la búsqueda de responsabilidades a través de las investigaciones administrativas que dispuso ASSE, la muerte de dos pacientes por covid-19 en sus domicilios revela el estado "de tensión" que tiene el sistema de salud, como afirmó el presidente del prestador estatal, Leonardo Cipriani, días atrás.
En el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) prefieren llamarle "saturación". "Lo que no queremos es que el hilo se corte por el lado más fino y se responsabilice a algún colega, por una acción o inacción, cuando están desbordados por la emergencia sanitaria. Acá no es un tema de omisión y responsabilidad que derive de una investigación administrativa. Acá hay un problema sistémico de desborde y de saturación del sistema", dijo el presidente de la gremial, Gustavo Grecco, a El Observador.
La alta demanda de camas de cuidados intensivos y moderados derivó en un corrimiento hacia la atención primaria, que también se empezó a ver sobrepasada.
"Esta situación la estamos viendo hace varias semanas, están quedando pacientes en domicilio con sintomatología que antes ingresaban –a un centro asistencial– y ahora no lo logran porque no hay camas", explicó la presidenta de la Confederación Iberoamericana de Medicina Familiar, Jacqueline Ponzo a El Observador.
La "tensión" o "saturación" del sistema también se reflejó en otros dos casos que denunciaron falta de asistencia en las últimas horas. Este domingo la madre de un joven de 23 años con síntomas de covid-19 que vive en Salto denunció que tras sucesivos llamados al sistema de salud, alertando que su hijo no podía respirar y que ellos estaban imposibilitados de trasladarlo al hospital por ser positivos de covid, no le enviaron una ambulancia.
El caso llegó al periodista local Hugo Lemos, quien alertó sobre la situación. Poco tiempo después Gabriel Pereyra, que también informó sobre el caso a través de su cuenta de Twitter, escribió que el ministro Daniel Salinas aseguró se ocuparía de la situación.
"Alguien tiene que arrobar al ministro para que tome cartas en el asunto, para que vaya una ambulancia. El sistema no puede funcionar así", consideró Grecco.
A su vez, este lunes el sociólogo Matías Dodel expresó en su cuenta de Twitter que una paciente que sufre de asma y vive en Montevideo tenía síntomas de covid-19 y esperaba respuesta del SAME 105 desde el jueves.
Fuentes médicas contaron a El Observador que la mujer de 29 años fue asistida luego de que una funcionaria de ASSE se comunicara –de forma voluntaria– con el 105 para pedir asistencia. Según contaron las fuentes, la paciente tenía "falta de aire" y una vez asistida, se le indicó internación domiciliaria debido a sus comorbilidades.
El Observador intentó comunicarse con las autoridades de ASSE para consultarles sobre los cuatro casos (los pacientes que murieron en Salto y Bella Unión y los pacientes que reclamaron asistencia en Salto y Montevideo) pero no obtuvo respuesta.
Por su parte, el SMU no tiene hasta el momento una contabilización de casos de pacientes que hayan muerto en su domicilio o no hayan recibido asistencia, más que los que se conocieron públicamente en las últimas horas.
Sin embargo, Grecco consideró que "algo está pasando, porque la saturación del sistema de salud, particularmente en el primer nivel de atención y en el interior, es una realidad".
El problema, según Grecco, es que en el CTI es "mucho más fácil" de medir el estado de situación que en el primer nivel de asistencia –que incluye la atención en policlínicas y la atención telefónica–.
En este sentido, Ponzo explicó que ASSE es uno de los prestadores que tiene la atención primaria "más desarrollada", pero que no sucede lo mismo con los prestadores privados, que aún tienen la atención "muy centralizada y sin buenas redes de atención en todo el departamento".
Los pacientes que tienen una insuficiencia respiratoria –como ocurrió en el caso del paciente de Salto y el de Bella Unión– a veces pueden recibir oxigenoterapia en su domicilio, sin necesidad de ser trasladados a un prestador. Para ello, explicó Ponzo, es necesario que la atención primaria esté bien dotada de ambulancias o móviles y de recursos humanos, debido a que esos pacientes requieren, al menos, una visita médica por día.
"El criterio para trasladar a los pacientes es, por ejemplo, una insuficiencia respiratoria, pero también depende de las condiciones generales, como las comorbilidades que tenga o si se trata de un paciente añoso", explicó Ponzo.
El factor de la movilidad
Desde el SMU insisten en que la saturación del sistema está ligada a la movilidad de la población y creen que el gobierno aún tiene margen para tomar medidas y reducirla. "Las decisiones que se tomen hoy, impactan en dos o tres semanas. Este quiebre que estamos viendo responden a medidas que se tomaron, pero siguen habiendo 2.000 y pico de casos por día y con sub-diagnóstico, porque una positividad tan alta nos marca que estamos testeando poco y mal", señaló Grecco.
El "quiebre" al que se refirió Grecco se traduce en los números de las últimas dos semanas. En los últimos siete días se registró un descenso en el promedio de casos semanales.
Además, el índice de Harvard a nivel país viene en descenso –de forma leve– desde el 16 de abril, y Durazno logró pasar a la zona naranja de riesgo mientras el resto del país se mantuvo en zona roja.
Este miércoles hubo 2.297 casos nuevos, pero el número de muertos siguió en un nivel de alerta: hubo 63 este lunes, tres más que los registrados el sábado y el domingo. La tasa de positividad –cantidad de casos nuevos en tests realizados– fue de 20,4%.
